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Teatro/De este lado: Emilio Echevarría gran actor, inmensa pérdida

Se recibió como contador en la UNAM y trabajó en Televisa en ese rubro, por muchos años. Es a los 35 años que se lanza al mundo de la actuación y encuentra ahí una pasión que le permite indagar en su interior emocional y proyectarlo con verdad en las más de 25 películas, 10 cortometrajes y 15 obras.
jueves, 9 de enero de 2025 · 09:59

CIUDAD DE MÉXICO (apro).-El pasado 4 de enero murió el gran actor y gran persona Emilio Echevarría. Actor de teatro y cine sobresalió en cada intervención, grande o pequeña, en la que su compromiso era siempre total.

Su trabajo inició cuando lo invitaron a participar en el grupo de teatro infantil Circo, maroma y teatro con Berta Hiriart, Otto Minera y Norma del Rivero, su compañera de vida. Ellos hicieron mucho teatro y fueron alumnos de José Luis Ibáñez. Su amistad y su trabajo se mantuvo a lo largo de la vida y cada uno encontró distintos espacios de realización en el mundo del teatro y la radio.

Emilio Echevarría hace su debut como actor en 1979 en la obra Isabel de Inglaterra, de Bruckner, dirigida por José Luis Ibáñez, y después en la que dirige y escribe Minera, Los 7 pecados de la capital.

Emilio Echevarría se recibió como contador en la UNAM y trabajó en Televisa en ese rubro, por muchos años. Es a los 35 años que se lanza al mundo de la actuación y encuentra ahí una pasión que le permite indagar en su interior emocional y proyectarlo con verdad en las más de 25 películas, 10 cortometrajes y 15 obras de teatro.

Ludwik Margules, el director polaco que nos dejó en la memoria obras de teatro de gran calidad, lo llamó para que trabajara en De la vida de las marionetas de Ingmar Bergman en 1983, tan comentada por su fuerza escénica y actoral. En el teatro Sor Juana Inés de la Cruz vimos impresionados

el trabajo de Fernando Balzaretti, Echevarría, Julieta Egurrola, Rosa María Bianchi y Luis de Tavira, en donde había un cuestionamiento profundo del comportamiento humano, una crítica a la psiquiatría, una reflexión sobre la soledad, y la diferencia que existe entre lo que se dice y lo que se siente. Margules invitó a Emilio a trabajar con él en otras dos obras: Don Juan de Molière en 1997 y Viaje de un largo día hacia la noche en 1992, con un texto desgarrador de O´Neill en el que interpretaba al hermano mayor.

Hugo Hiriart también fue uno de los autores y directores que trabajaron con Emilio Echevarría. En 1984 en El tablero de las pasiones de juguete, donde Juan José Barreiro construyó los muñecos y artefactos, e Intimidad sobre la pareja y la sexualidad. En ese mismo año, entra al cine con su participación en el cortometraje Desde el cristal con que se mira, dirigido por María del Carmen de Lara, y trabaja en dos textos de Hugo Hiriart: Intimidad en 1991 y Ámbar en 1994 (adaptación de su obra teatral con el mismo nombre).

Aunque las películas no fueron tan afortunadas, a diferencia de las obras teatrales, Emilio Echevarría sobresalió en la pantalla grande con su actuación en Amores perros, escrita por Guillermo Arriaga y dirigida por Alejandro González Iñárritu, interpretando a un exguerrillero que enfrenta distintos dilemas morales y actos arriesgados. A ésta le siguieron otras películas como Y tú mamá también, Vivir mata, Babel y Malos hábitos, entre otras.

En teatro trabajó también con los grandísimos Vicente Leñero y Luis de Tavira. Protagonizó la obra Nadie sabe nada, escrita y dirigida por ellos, respectivamente, en la que interpretaba a un periodista que se veía sometido a una persecución en su intento por develar secretos de Estado y su compromiso con la verdad. En esta obra, en la cual participé como dramaturgista y asistente de dirección, era admirable no solamente el profesionalismo con el que abordaba su personaje y la relación con el resto, sino la calidad en sus

relaciones con los otros y su generosidad. En su trabajo resaltaba el manejo de las pausas, la reflexión y el ímpetu cuando se requería. Su interpretación de primera también se mostró en Los perdedores de Leñero dirigida por Daniel Giménez Cacho, y en La expulsión, escrita por José Ramón Enríquez y dirigida por Luis de Tavira, donde interpretaba magistralmente al personaje del jesuita Francisco Xavier Clavijero.

Emilio Echevarría murió a los 80 años, una gran pérdida para el teatro y el cine; y para los colegas y colaboradores que convivimos con él y para los espectadores que tuvieron la fortuna de vivir, a través de él, a personajes que las y los hicieron emocionarse, reflexionar y vibrar con ellos.

 

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