Circo Soleil
Teatro/En este lado: Las maravillas del Circo Soleil
Como en el circo tradicional, no podían faltar los payasos o mimos que, desde una perspectiva contemporánea, eran tres haciendo bromas o un mimo siendo pájaro o felino para seducir en un sillón del escenario a una espectadora que invitó a pasar.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Llegó Kurios: Gabinete de curiosidades del Circo Soleil a la Carpa de Santa Fe. Con sus 122 participantes de diferentes países, llenaron el escenario con números complejos de acrobacia, de payasos, de música y baile. Construyeron mundos imaginarios partiendo del concepto renacentista de Gabinete de curiosidades, que significaba la colección de un sin fin de objetos raros a partir de los cuales se contaban historias.
El Circo Soleil surgió en Quebec, Canadá, en 1984 como un grupo de malabaristas, bailarines, tragafuegos y músicos callejeros. A la fecha son ya 35 producciones que viajan por todo el mundo convirtiéndose en una gran empresa. Kurios se estrenó en Montreal hace 10 años y la han visto ya más de 5 millones de espectadores, como señalan en el programa de mano. Es una superproducción con números de circo en grados de dificultad elevados y una gran precisión.
Lo que parece sencillo, implica un entrenamiento intenso y una exigencia reflejada en cada momento. Los acróbatas, payasos, actores, trapecistas y cantantes se colman de significados al estar enfocados a mostrar los mundos fantásticos que un inventor idea y se sorprende al verlos. No sólo son números acrobáticos sino que están inmersos en una estética muy bella que parece recuperar un pasado, cuando apenas la industrialización empezaba y proliferaban las máquinas, los aparatos para volar o para recorrer el mundo.
Con vestuarios extravagantes aparecen personajes como el acordeón o la mujer espiral, o payasos contemporáneos con un mechón cómico. Los músicos tienen sobre sus cabezas algún instrumento musical o un gramófono, que los convierten en personajes extraños que aparecen y desaparecen del escenario cantando y tocando en las transiciones o momentos específicos, pero la música festiva y típica de circo se mantiene durante todo el espectáculo sin palabras.
Los números de acrobacia en Kurios son variados y pareciera un homenaje a los números tradicionales de circo con tropas de acróbatas que trabajan juntos generando códigos comunes de lanzamiento, preparación y aterrizaje. Los acróbatas de piso en banquinas se toman de las manos para hacer una base y lanzar al aire a una o un volante que podía girar en el aire haciendo mortales, flicks o equilibrio parándose de manos. Otros realizaban trucos de alto riesgo como cuátruples alturas y construyendo torres humanas de tres o cuatro personas.
Para la acrobacia en red y las contorsionistas, crearon personajes del mundo acuático no realista. Acróbatas con colas de pez o contorsionistas con aletas y escamas. Las acrobacias en red eran impresionantes al alcanzar grandes alturas en los saltos para quedar prendados de una persona en un trapecio que los sujetaba y los volvía a lanzar. Las contorsionistas hacían figuras piramidales o completamente desdobladas que mostraban cuerpos fuertes y elásticos.
Los números tenían siempre un ambiente festivo de grupo y diversión. Alegres y sonrientes podían volar en una bicicleta para subirse en el manubrio o los asientos, o volar en un avión rústico o estar en una comida en lo más alto de la carpa alrededor de una mesa, todos de cabeza como en la película de Mary Poppins.
Uno de los números más sobresalientes fue el del cuadro coreano que consistía en un marco elevado a más de cinco metros de altura, en el que un portor sostenía a la volante, la lanzaba, la recibía y ella hacia saltos mortales y equilibrios sin temblarle ni un poco los brazos.
Como en el circo tradicional, no podían faltar los payasos o mimos que, desde una perspectiva contemporánea, eran tres haciendo bromas o un mimo siendo pájaro o felino para seducir en un sillón del escenario a una espectadora que invitó a pasar.
El Circo Soleil, con la desgracia de sus altos costos de entrada, es un espectáculo que no se olvida, que se trae en la piel y en el asombro a cada momento, sumergidos en un mundo maravilloso de personajes surrealistas, acróbatas de primer nivel y con un profesionalismo sin igual.