UNAM

Rafael Pimentel, preguntas ante el centenario de Filosofía y Letras*

El día 9 la Sinfónica de Minería ofreció un concierto, y del 12 al 16 se efectuará el XI Congreso Internacional Alexander von Humboldt en la UNAM. Dos de los maestros del plantel, el mimo Rafael Pimentel y el filósofo Mario Cruz Antillón, evalúan la conmemoración.
sábado, 10 de agosto de 2024 · 07:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– El actor, mimo, director de teatro, dramaturgo y médico cirujano Rafael Pimentel Pérez, profesor de Actuación, Expresión corporal y Laboratorio de puesta en escenaen el Colegio de Literatura Dramática y Teatro (CLDyT) de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, no se muestra tan optimista ante el centenario del plantel, mas aclara a Proceso:

“Hay que festejar esos cien años y habrá que recordar con cariño a los altos funcionarios de nuestra alma mater que propiciaron la fundación de una de sus hijas más controvertidas, la Facultad de Filosofía y Letras, misma que, a su vez, ha albergado y engendrado excelentes hijos útiles a la comunidad”.

Creador, además, de grupos de teatro para niños y niñas, adultos, pantomima y teatro del silencio, se cuestiona y cuestiona:

“¿Cómo festejar a una hija de cien años? ¿Cómo será el homenaje conmemorativo que prepararán los alumnos y funcionarios de los colegios de bibliotecología, geografía, letras, pedagogía, historia y filosofía? ¿Qué opinan de la Nueva escuela y del Humanismo Mexicano que omite la lógica, la ética y la filosofía en sus nuevos programas educativos? ¿Qué deben seguir argumentando los filósofos y qué debemos hacer para revertir estas ocurrencias propias de George Ripley y Franz Kafka?

Sigue:

¿Qué haremos desde Literatura Dramática y Teatro, a donde tuve, hace muchísimos años, la fortuna de arribar para trabajar como maestro de asignatura? ¿Y cómo asisto yo a la celebración de estos cien años, de los cuales he trabajado aquí treinta y cinco y he vivido sesenta y siete de mis ochenta y tres primaveras? ¿Cómo veo a la facultad que es también mi facultad, a pesar de haber egresado de medicina, cuyos estudios y profesión (que junto con mi pasión por el teatro) han propiciado que mis juicios sobre lo que hay que celebrar me impidan, desgraciadamente, echar las campanas al vuelo?

Y es que, según afirma, ha constatado que cientos de egresados del CLDyT “han sido funcionarios y ejecutantes de esa profesión en las instituciones responsables de hacer teatral y han propiciado que el teatro mexicano, a pesar de nuestras buenas intenciones, no goce de cabal salud, que esté en urgencias, casi agónico”.

Por más de medio siglo ha sido maestro de actuación y pantomima en diversas instituciones públicas y privadas, por lo cual continúan sus interrogantes:

“¿De verdad nuestros egresados creen que el arte se hace por el arte, qué el arte sucede en el éter? ¿Por ignorancia no pueden preguntarse dónde están todos los teatros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)? ¿Dónde están los presupuestos suficientes que existían para producir teatro en la UNAM, en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura? Porque para trabajar hoy en ellos hay que llegar con un productor asociado y hacer una fila de espera de más de un año… ¡qué vergüenza!

“¿Y qué egresado del Colegio de teatro universitario alza la voz por la desaparición de los programas de teatro escolar para niños y los teatros y presupuestos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado? ¿Por qué la Compañía Nacional de Teatro no posee un teatro digno, y por qué la más antigua escuela de teatro del país, el Colegio de Literatura Dramática y Teatro no cuenta con un teatro exclusivo para dar clases?”.

Reflexiones. Foto: José Manuel Jiménez

Pimentel Pérez, quien ha participado en más de 50 puestas en escena, rememora:

“En 1934, el actor de cine y teatro y director teatral Fernando Wagner fue el primer docente en impartir la asignatura de teatro en este Colegio. ¿Seguiremos engañando a los estudiantes diciéndoles que el mercado de trabajo los espera con los brazos abiertos? O que están condenados al ostracismo, ya que nadie quiere poner en escena la nueva dramaturgia mexicana…”.

Para concluir, cierra el círculo:

“¡Claro!, hay muchísimo que celebrar, pero queda tanto por rescatar, por recobrar… Sin embargo, de seguir las cosas así, de continuar los festejos y celebraciones sin evaluar carencias, pérdidas u omisiones e ignorando lo que alguna vez fue el teatro en México, estamos camino a lo peor”.

Un pensamiento propio

Especialista en la historia de la educación en México, el filósofo Mario Cruz Antillón (Distrito Federal, 1958), quien estudió en la FFyL, habla de la importancia de la filosofía a propósito del primer siglo de la facultad:

“Partamos de una afirmación dolorosa, pero cierta: hasta finales de la primera mitad del siglo pasado en Europa, pero tristemente también en toda Latinoamérica, no se consideraba que hubiera una auténtica filosofía fuera de Europa. Se decía que los grandes sistemas filosóficos, el kantiano, el hegeliano o aun el marxismo sólo habían florecido allá.

“Así que el mejor ejemplo de la importancia para México, y para toda Latinoamérica, ha sido demostrar que en nuestro país podemos encontrar un pensamiento propio y una auténtica reflexión filosófica desde finales del siglo XVIII, y principios del XIX, cuando podemos rastrear un eclecticismo semejante al que dio lugar al Siglo de las Luces en Europa.

“Lo primero que podemos mencionar sobre la importancia de la FFyL, es la aceptación del propio papel de la filosofía mexicana desde tiempos prehispánicos a la fecha. Sin temor a equivocarme, el que inicia este redescubrimiento es Ezequiel A. Chávez (1868-1946), quien da lugar a El perfil del hombre y la cultura en México de Samuel Ramos, y más adelante a El laberinto de la soledad de Octavio Paz.

“Y sigue la lista con todos los discípulos de José Gaos (Gijón, España, 1900-D. F., 1969), quien enriquece 1os estudios de lo mexicano, y la lista de sus discípulos es larga, muy larga, pero continúa hasta llegar a la doctora María del Carmen Rovira (1923-2021), quien funda y dirige, hasta su muerte el año pasado, el Seminario de Filosofía en México”.

Para el profesor de redacción en la Sociedad Mexicana de Cardiología del IMSS (entre 1994-2004), corrector de estilo y representante ante la dirección general de Derechos de Autor de la Editorial Jorge Porrúa (1980-1982) y escritor de sketches, “la filosofía en México se ha visto enriquecida por ‘transterrados’ (el concepto es de Gaos) sudamericanos como Enrique Dussel (1934-2023), quien evoluciona el pensamiento filosófico para ampliarlo al pensamiento crítico y reflexivo a todo el mundo con su filosofía de la liberación y, dentro de la lógica (de gran influencia en nuestro país desde el siglo XVIII) con Raúl Orayen, quien enriquece la lógica simbólica con sus aportaciones”.

Remata contundente:

“Sólo para valorar el papel de la escuela de Filosofía, podemos mencionar que de ella se desprendió, para convertirse en facultad, la psicología y recientemente los estudios de biblioteconomía y pedagogía, además de los estudios latinoamericanos”.

*En la sección de Cultura de la edición impresa de Proceso de este mes de agosto, se publican entrevistas con Mary Frances Teresa Rodríguez Van Gort y Emilio Alberto Méndez Ríos, directora y secretario de la FFyL, relativas al centenario del plantel de la UNAM.

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