Literatura
Vicente Leñero a través de la Academia Mexicana de la Lengua: un grande de la narrativa
Vida y obra del también guionista, dramaturgo y periodista fue recordada por sus colegas y compañeros mediante un diálogo virtual.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con un diálogo por parte de sus colegas y compañeros en la Academia Mexicana de la Lengua, la vida y obra de Vicente Leñero fue recordada en una actividad virtual el día que se cumplieron 10 años de su partida, este 3 de diciembre.
El diálogo tuvo como exponentes a Silvia Molina, quien relató sus experiencias de Leñero como su mentor en el mundo de la escritura; Felipe Garrido, a través del acercamiento del autor de “Los Albañiles” a quien fuera su maestro, Juan José Arreola; Germán Viveros, quien lo recordó en su relación con el teatro; y Rosa Beltrán, a través de sus obras, narración, periodismo en Proceso y legado a la distancia.
Fue Molina, discípula a su vez de Leñero, quien abrió el diálogo recordando que el también guionista, dramaturgo y periodista entró a la Academia Mexicana de la Lengua en 2010 como miembro de número en la silla XXIII que a su vez le perteneció a un colega y amigo suyo, el dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda, quien años antes fue colaborador de la columna de teatro en Proceso.
Ahí Molina recordó a Leñero como un hombre centrado, justo, muy organizado, que siempre compartía con los más jóvenes y en su día a día, los orientaba a ser mejores escritores:
“Si me preguntaran cual era mi libro favorito, es difícil desde luego porque tiene novelas magníficas, obras de teatro y cosas inolvidables, pero ahí la que más me gusta es La Gota de Agua porque tiene muchas características de las otras cosas, un teatro de sí mismo cuando era pasante de ingeniería y le toca trabajar en una obra, era principiante y no tenían el carácter para dominarlo, y los trabajadores se burlaban de él, tiene una cosa muy buena que es que sabía reírse de sí mismo.
“Hizo su novela de una experiencia, porque decía que cuando se hacía literatura se hacía recreación de uno mismo, y ahí lo reúne, su literatura es muy simple, irónica, con diálogos maravillosos, se podría decir muchas cosas de él, fue un hombre encantador pero sobre todo un hombre imperdible, es imposible para un periodista no leer ‘Los periodistas’ o para un escritor no leer la obra de Leñero… fue un hombre que trató de ser mejor cada vez y que enriqueció a todos los que nos conocimos”.
En su turno, Garrido recordó cómo después de que el autor de “El evangelio de Lucas Gavilán” ganó el primer y segundo lugar de un concurso universitario con “La polvareda y otros cuentos”, en donde había un jurado importante que incluyó a Guadalupe Dueñas, Juan José Arreola, Juan Rulfo, Jesús Arellano y Enrique González Casanova, a raíz de ahí se hizo discípulo de Arreola.
En seguida leyó un texto de cómo Leñero, ilusionado y con sus cuentos en un folder amarillo, llegó a la casa de Arreola en uno de sus primeros encuentros en con él, y a raíz de ello con el ajedrez, en especial rememorando que fue por un comentario de Arreola –a la distancia– que se quitó el apellido materno, para firmar en adelante solo como Vicente Leñero.
Por su parte Germán Viveros le dedicó al escritor el texto titulado “Censura teatral en coliseos novohispanos” sobre la época virreinal, mismo que re-elaboró como un ‘homenaje personal’ a Leñero, a quien consideró como un:
“Distinguido narrador, dramaturgo, periodista quien sabiamente supo administrar estos menesteres, además de su profesión de ingeniero civil sirviéndose de la palabra escrita. El tema de la censura le interesaba pues su obra y él mismo se vieron afectados”.
Mientras que Beltrán, también coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, recordó la figura de Leñero como escritor, dramaturgo, guionista y periodista, de quien dijo "fue un grande de la narrativa”:
“En ‘Gente así’ hacía referencia a varios acontecimientos reales en el imaginario popular, cuyo desenlace se hacía posible debido a la maestría de lo narrado… sus relatos afincados en el dato duro terminaban con un dato fantástico producto de la invención, hechos que debido a la naturalidad de los diálogos traicionaban al periodismo por su fidelidad a la literatura, relatos magníficos que me hacían pensar, ‘¡qué bueno que Leñero decidió escribir esa falsa crónica de nuestros días en sus últimos días!’.
“Con ‘Mas gente así’ celebré que se hubiera seguido de filón con su falsa o real autobiografía, ágil, tragicómico y con muy mala leche consiguió retratos de dos caras, donde lo mismo el gerente del periódico de ‘la vida nacional’ te hace miembro del Consejo Editor y robarte unos grabados de tu casa, o donde Carmen Balcells, quien engordó su cuenta bancaria a costa de Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa pasa sus días sonriendo y cortejando a Leñero en un ejercicio dancístico y perverso, digno de Freud”.
El diálogo-homenaje a Leñero se puede ver completo en las redes sociales de la Academia Mexicana de la Lengua a través de su Facebook y Youtube.