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Cine/Aún no: "La Muestra: La luz que imaginamos"
Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Mumbai, millones de habitantes, edificios, ruido y murmullos incesantes: Ahí tres mujeres se afanan por llevar una vida digna, sobreviven al peso y a la opresión de tradiciones que imponen matrimonio por decreto parental, sujeción a la casta, tabúes raciales y religiosos.
Las tres llegaron de lejos, de una pequeña población, y trabajan en un hospital. Prabha (Kani Kusruti), seria y responsable, en espera eterna del esposo que partió a trabajar a Alemania justo después de casarse, ahora comparte casa con Anu (Divya Prabha), más joven y entusiasta, pero enamorada de un musulmán a quien los padres jamás aprobarían; la mayor de las tres, Parvaty (Chhaya Kadam), cocinera en el mismo hospital, se haya a punto de perder su vivienda porque el difunto esposo no dejó los documentos en regla.
Primer largometraje de ficción de la india Payal Kapadia (1986), La luz que imaginamos (All We Imagine As Light; Francia/India/Países Bajos/Luxemburgo/Italia, 2024) entrelaza los conflictos de estas tres mujeres a la manera de un melodrama en el que se teje una intriga sentimental, como si eso fuera lo más importante en la historia femenina; pero la intención de Kapadia no es dar el mensaje de que el amor tenga cara de mujer. Las tres etapas que representa cada una de ellas, la edad madura y la viudez de Pavarty, o Prabha, la mujer abandonada de facto luego de haberse sometido a un matrimonio arreglado por sus padres, frente a la joven que se atreve a vivir un romance interracial que sitúa al amor y al sexo contra el prejuicio social, representan una clara postura política en la India de Modi.
Payal Kapadia no se halla bien vista por las potestades jurídicas y culturales de su país, por ello tuvo que buscar apoyo internacional para producir su película; y si el éxito obtenido por su cinta anterior contribuyó a darse a conocer a nivel internacional, al interior es vista como una directora rebelde e incómoda. Y es que A Night of Knowing Nothing (2021), magnífico documental poético sobre una estudiante del Instituto de Cine y Televisión de la India que escribe cartas al novio del cual ha tenido que separarse por pertenecer a otra casta, habla de la violencia institucional y la maquinaria de opresión social y cultural, que entreteje las protestas de estudiantes provocadas por el suicidio de Rohith Chakravarti, estudiante de doctorado reprimido en la universidad justo por su rebelión contra el sistema de castas.
En La luz que imaginamos, Kapadia toca un tejido aún más sensible del corazón de su magnífico y complejo país, el de la fuerza femenina; esa condición en la que cada una se haya atrapada, y que podría ser tema de telenovela, puede reducirse a una sola pregunta: ¿Por qué tiene que ser así?
¿Por qué razón Prabha tuvo que someterse a un matrimonio arreglado, vivir el abandono y tener que valerse por sí misma en un ambiente hostil para la mujer? Es la interrogante, cuando recibe por correo una moderna arrocera de fabricación alemana, lo que detona la acción de la película: ¿La habrá enviado el marido extraviado en señal de compensación o de terminación del compromiso legal y moral, es sólo una burla? Una arrocera en cualquier país asiático es un objeto central en la vida familiar, quizá el mensaje implica que su lugar está en la cocina y nada más.
Igual ocurre con Pavarty, ¿por qué el difunto marido no previó que la dejaría desprotegida en una sociedad donde sólo el lucro, construir departamentos de lujo, importa? Por último, ¿por qué Anu, la joven, no debería relacionarse con un musulmán? Pero si cada situación representa una forma de reclamo al estado de cosas, cada uno de estos tres estupendos personajes, al cuestionar, expresa lo más profundo de sí mismo, para luego responder de una manera poética y sutil.