Auditorio Nacional

Charles Ans quebró en tres horas de rap un pletórico Auditorio Nacional

El griterío de las multitudes integradas en su mayoría por parejas veinteañeras cobijó al rapero, quien navegó con sus versos ágiles siendo escoltado por coreos incansables de principio a fin.
martes, 8 de octubre de 2024 · 17:01

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Una candente velada de tres horas de rap brindó el cantante sonorense Charles Ans durante su debut este domingo en un pletórico Auditorio Nacional ante 10 mil agradecidos fans, acompañándose de una larga lista de invitados y destacada por las presencias de Ms. Ámbar, “Simpson Ahuevo” y el grupo Nunca Jamás.

La encargada de calentar los motores fue su paisana de Hermosillo, Ms. Ámbar, propiciando ambientes de muy chida vibra. Pasaditas las 19 horas emergió Charles Ans; tras leve pausa de apagón por desarreglos técnicos, el avance fue veloz sin menguar los ánimos para arrancar a todo poder a los ritmos de “Sin miedo a perderte”. Exultante, el artista de 33 años expresó:

“¡Ver a toda esta familia tan chula me quita el miedo, me quita los nervios...!”

El griterío de las multitudes integradas en su mayoría por parejas veinteañeras cobijó al rapero, quien navegó con sus versos ágiles siendo escoltado por coreos incansables de principio a fin, al entonar “No pienso llorar” y “Me toca perder”, a dueto con la también corista Ms. Ámbar.  

 

 

La sobria producción diseñada para Ocesa por una pantalla gigantesca fondeando el concepto fresco de Charles, con luminarias coloridas, surcó el horizonte. El aderezo instrumental incluyó a músicos profesionales bastante jóvenes en trompeta, saxofón, trombón, guitarra eléctrica, el apasionado Dj e inspiradores murmullos vocales de la guapa Ámbar. En constante conexión con su gente y fomentando diálogos, Ans lanzaba palabras optimistas:  

“¡Mientras estemos en este plano te invito a disfrutar la estancia!”.

La enloquecida chaviza aprovechó cada segundo de una alegre fiesta rap, bailoteos y brincos de cada corte en travesía por “El tiempo cura”, donde el jalisciense Adán Golden fue convidado a partir plaza e inusitadamente, el buen Charles Ans instó a guardar los celulares para “Voy a estar bien” y relajando neuronas, se postró en un sofá del escenario para recitar “No es que muera de amor”, del poeta chiapaneco Jaime Sabines (1926-1999), haciendo eco en el coloso de Reforma:

 

No es que muera de amor, muero de ti.

Muero de ti, amor, de amor de ti,

de urgencia mía de mi piel de ti,

de mi alma, de ti y de mi boca

y del insoportable que yo soy sin ti…

 

Fue un espectáculo lleno de emociones sin límite. Con los versos dio canto a “Hasta que la muerte nos separe”, “Andrómeda”, “Tu vaquero espacial”, “Vamos a dar el rol”, “No estés triste” y “Canela”, una de las más coreadas de la imparable noche.

El aroma de mi piel, sobre tu piel canela.

Si estamos distanciados, mi alma se congela.

Pareja perfecta de telenovela, somos tú y yo…

El extenso set consideró “Boleto de ida”, “Mil vueltas a este pantalón” con el también invitado sonorense “Simpson Ahuevo”. Se añadieron las desgañitadas “Empapelado”, “A paso lento”, “Pétalos”, “Esta noche”, “Aquí todo está bien”, “Mis ojos no podían ver” y “Cada vez.  Asimismo, dio nota versátil a “La que se fue” junto al grupo Nunca Jamás, oriundos de Ciudad Obregón, Sonora. El ocaso se vislumbró al son de “Suave” y “Déjame en paz”.

En el finiquito inexorable resonó “Me Gusta”. A los filos de la tarima Charles Ans, custodiado por sus músicos rindió gratitudes en una marejada de aplausos por su exitosa presentación en tanto se fondeaba “El rey” del legendario José Alfredo Jiménez (1926-1973). La lluvia fresca de Chapultepec recibió la salida de una multitud adolescente comportada ejemplarmente y feliz de un primer conciertazo de Charles Ans en el Auditorio Nacional.

“Fue muy suave ver cómo ha crecido profesionalmente en tan poco tiempo Charles Ans –señaló el promotor Alfonso “Poncho Varitas”, dueño del bar sudcaliforniano Las Varitas Cabo, quien acudió acompañando a su hija la cantautora Abril--, nosotros lo llevamos a Las Varitas en tres ocasiones y siempre llenó. Hoy vemos que ha alcanzado a convertirse en una estrella a la que le aguardan millones de noches brillantes más en su veloz carrera.”       

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