Pueblos Indígenas

José del Val: Se apaga una voz por los pueblos indios y afros

El etnólogo José Manuel del Val Blanco, quien exigió desde diversas trincheras un trato más igualitario para los pueblos indígenas, falleció a los 74 años de edad.
sábado, 2 de septiembre de 2023 · 16:17

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Congruente con el proyecto original de crear un Instituto Nacional para las Culturas Populares, como han existido ya el de Bellas Artes y el de Antropología e Historia, el etnólogo José Manuel del Val Blanco (1949-2023) exigió desde diversas trincheras, a lo largo de su trayectoria, un trato más igualitario para los pueblos indígenas.

Asimismo, su labor fue clave en la lucha por el reconocimiento de la población afrodescendiente: creó no sólo del Festival Afrocaribeño, que durante sus primeros años se realizó en Veracruz, sino que fundó --siendo director general de Culturas Populares en el desaparecido Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura)-- el Programa Nuestra Tercera Raíz, dirigido entonces por la antropóloga Luz María Martínez Montiel.

Posteriormente instituyó en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el Programa Universitario México Nación-Multicultural (PUMC). La población negra de México demandaba en esos momentos que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) los censara como descendientes afro, mediante una sencilla pregunta: “¿Usted se siente afrodescendiente?” Pero la institución se negaba sistemáticamente.

El PUMC realizó entonces una encuesta entre las comunidades negras para entregar el estudio al Inegi y a la Cámara de Diputados y lograr el reconocimiento constitucional de dicha población, arraigada principal, pero no solamente, en la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca.

Cuando se dieron a conocer los resultados del ejercicio, Del Val destacó que el censo de la población afrodescendiente (aplicado por primera vez hasta 2020), tendría que ser “el principio del fin no sólo del racismo, sino de la mirada de discriminación que se le da a los pueblos de negros en México y América Latina” (https://www.proceso.com.mx/cultura/2011/11/29/exigen-al-inegi-censar-la-poblacion-afrodescendiente-95483.html).

Egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia en la carrera de Etnología, y con una trayectoria como investigador, catedrático y promotor cultural, Del Val falleció el pasado miércoles 30 de agosto a los 74 años.

El investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM dirigió también el Museo Nacional de Culturas Populares (entonces adscrito a la Secretaría de Educación Pública), entre 1985 y 1989; condujo Investigación y Promoción Cultural en el desaparecido Instituto Nacional Indigenista, así como secretario técnico de la Comisión Nacional para el Desarrollo Integral y Justicia de los Pueblos Indígenas; y fue director del Instituto Indigenista Interamericano de la Organización de los Estados Americanos.

Por la autonomía

En febrero de 2001, en el semanario Proceso, el ya fallecido colaborador Porfirio Miranda escribió un artículo titulado “Contra el indigenismo”, en el cual expresó que los indios debían abandonar sus culturas o se condenarían a vivir de limosna. Hubo una dura respuesta por parte de tres reconocidos antropólogos, Lourdes Arizpe, Margarita Nolasco y José Del Val, entrevistados para la edición #1772 (Judith Amador Tello y Roberto Ponce en “Más allá del EZLN: El indigenismo, conservación o desarrollo”), del 18 de marzo de ese año, con la pregunta: ¿Deben conservarse las culturas indígenas o hay que incorporarlas al desarrollo?

Autor de más de 60 publicaciones como capítulos de libros y artículos en revistas nacionales y extranjeras, entre ellos “Documentos fundacionales del indigenismo en México”, Del Val respondió que el siglo XX “fue la amenaza más formidable que enfrentaron los pueblos indios con respecto a su desarrollo como pueblos diferenciados”. Y por primera ocasión en su historia, añadió, “tienen ya voz y asiento en la disputa por la nación”.

Consideró que de no haber sido por políticas que inicialmente buscaron integrar e incorporar a los indios, “probablemente habrían desaparecido con el siglo”. Aunque al paso del tiempo se comprobó que esa concepción era falaz, pues realmente han sido y siguen integrados “pero mal”. Y es que, señaló, la Independencia, consumada mayoritariamente por ellos, les creó un espació específico, lo cual fue un error que comenzaba a corregirse en el inicio del siglo XXI:

“Los 300 años de colonización dejaron a los pueblos indígenas en condiciones de miseria absoluta. Al concluir la Independencia y plantearse el problema de la nación mexicana, hay una falsa identificación: las condiciones de absoluta marginación no se explicaron por efecto del periodo de colonización, sino por la característica de ser indígenas”.

Nacido en la Ciudad de México el 8 de abril de 1949, el etnólogo recordó el peso del Primer Congreso Indigenista Interamericano, realizado en 1940, en donde México contó con la representación de Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gamio, Moisés Sáenz y Miguel León-Portilla. El problema, a decir suyo, es que los indios están mal incorporados y mal integrados, “su integración es profundamente desigual”.

Recordó --al referirse al sexenio de Ernesto Zedillo, pues recién iniciaba el de Vicente Fox-- demandas que entonces, antes y aún hoy siguen vigentes: leyes reglamentarias:

“No se trata ahora de un nuevo paquete de derechos, sino de reconocer una situación de hecho: que los pueblos indígenas elijan autoridades, que tienen autonomía que en muchos casos es de facto, sin relación con el gobierno, y un desarrollo propio”.

Entre las banderas que enarboló en vida el etnólogo pueden mencionarse también la defensa de las lenguas indígenas que, lamentó, están en peligro de desaparecer, principalmente por causa de la discriminación. Y puso en tela de juicio la realización del Tren Maya, al cuestionar por qué el proyecto estaba en el sector Turismo y se había hecho a un lado al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.

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