CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- La cineasta Silvana Lázaro filmó en el 2017 el road movie “Canción de invierno”, donde Danielle (Ruth Ramos), una joven guitarrista, y su amigo Diego (Andrés Lupone), igual músico, se separan cada uno de sus respectivas parejas y para reconstruirse viajan de la Ciudad de México hasta Tijuana, Baja California.

La película de ficción de 78 minutos se estrena en los cines mexicanos desde este 4 de agosto. Lázaro informa en entrevista que el filme surge en el proceso de su graduación en la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC):

“Justo cuando estaba en el proceso de la escritura del guion pasaba por una situación emocional complicada, y al mismo tiempo pensé que sería interesante realizar una historia, que quizá mucha gente piense que se ha visto mucho que es la idea del viaje en carretera, pero aquí existen personajes que de alguna manera confrontan a los estereotipos con los que he crecido viendo televisión. Además, me interesaba tener la problemática de un personaje femenino fuera de la manera en que las mujeres hemos sido representadas en el cine y la televisión, entonces, creo que surge por un lado esta parte personal íntima de querer expresar algo, pero también surge de un ejercicio muy consciente de querer escribir una historia que se saliera de esos estereotipos”.

La cinta fue rodada en la Ciudad de México, Ensenada, Tijuana y Tecate. Es la ópera prima de Lázaro, quien agrega:

“Danielle y Diego pasan por dos procesos diferentes, en el caso de ella, nos sumergimos en sus memorias y en sus sueños para comprender su estado emocional y en cómo poco a poco va tomando acción sobre su propia vida, mientras reconoce sus virtudes y su talento. Diego se atreve dejar atrás por un momento sus responsabilidades y a salir de su zona de confort, el viaje lo libera de la monotonía y la música es importante en sus vidas”.

Sobre la actriz Ruth Ramos señala:

“Tengo la gran suerte que es la actriz principal de la película. Ella es una amiga mía muy cercana. Nos conocimos cuando ambas estábamos empezando nuestras carreras, ya había hecho con ella un proyecto anteriormente donde cuenta con un papel más pequeño, y desde entonces siempre supe que era una persona que tenía capacidades increíbles, que era la persona con quien me entendía muy bien. Entonces, desde que escribí el guion comencé a pensar en ella y creo que al final fue un proceso muy bonito filmarlo, porque de alguna manera hicimos un equipo, y más allá de solamente ser una directora y una actriz, más allá de mantener una relación laboral, pudimos discutir a profundidad el guion, y ella era parte de la dinámica de la filmación de manera entregada. Además, Ruth venia de filmar una película con Amat Escalante, entonces, traía ya también una experiencia profunda. Entonces, laborar con ella fue increíble”.

Respecto al resto del elenco, añade:

“Justo con los personajes de Diego y Bruno surgen a partir de que en un principio estaba buscando que todos los actores fueran músicos. Estaba pensando que, a final de cuentas, una parte fundamental de la película es la música. Entonces estábamos buscando a músicos que les interesara actuar y de esa manera conocí a Andrés Lupone, quien era amigo del compositor de la música. Él se entregó también a la historia y confió en mi porque no me conocía.

“Y en el caso de Bruno, quien es recreado por Leonardo Kin Ponce, también fue la recomendación de otros compañeros que me dijeron que él hace música y podía quedar muy bien en el papel que estaba buscando, y platiqué con Leonardo, igual una persona que no había actuado, pero sin duda es alguien que posee todo el potencial y además entendía muy bien el personaje. Entonces fue bonito final también porque Leonardo escribió conmigo una de las canciones de la película”.

--¿Por qué la música es parte de la historia?

--Yo soy una melómana de corazón.  Pienso que la música ha acompañado cada uno de los momentos más importantes de mi vida y justo cuando estaba escribiendo esta película pensaba que no podía existir esta travesía emocional sin música. Entonces pensaba que era interesante hacer música que pudiera formar parte del arco dramático de cada uno de los personajes. Al final cada uno de los personajes toca música diferente que refiere su personalidad.

“Creo que la música era buen punto de partida para hablar de diferentes cosas sin ser obvio.  Al final se hicieron 11 canciones originales y dos covers. Fue un trabajo muy elaborado que nos tomó bastante tiempo y estuvo en las  manos de Mateo Sánchez Galán, quien también es un músico increíble”.

Al final, Lázaro subrayó que el equipo de filmación y producción lo conformaron siete personas y las cabezas de cada departamento eran mujeres. “Para todos y todas era la primera vez que creábamos un largometraje, lo cual fue la introducción a la industria cinematográfica”, enfatiza.