Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición es ya mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Las trabajadoras del hogar en Latinoamérica son una realidad contundente. Mujeres trabajadoras con un universo poco visible que la Casa del Teatro ha rescatado desde la dignidad y la humanidad que contienen sus vidas y su condición.

“Espacio abierto para trabajadoras del hogar” presentó su segundo proyecto escénico bajo el título “Jardín de memorias”, a partir de fragmentos biográficos de 13 mujeres. La obra tuvo sus primeras presentaciones el sábado 25 y domingo 26 de noviembre en la Sala Víctor Hugo Rascón en la Casa del Teatro.

Un hermoso espacio escénico nos sumerge en un jardín; macetas con lavanda y plantas como las del romero ocupan el escenario donde las mujeres transitan, juegan, se expresan a través de su cuerpo y nos leen recuerdos de sus vidas; pasajes sensibles que nos asoman a sus inquietudes, dolores y anhelos. A momentos que dejaron huella en su corazón:

Marcelina, Minerva, Maribel, Alma, Enriqueta, Aurora, Mercedes, María Gabriela, Lidia, Genoveva, Hermelinda, Irma y María Elena dejan que nos asomemos a esos momentos y los representan con su lectura y el objeto que lo significa. El olor a lavanda, las velas iluminando apenas y el verdor que las rodea, nos trasladan a esos lugares ocultos del alma que pocas veces se ven.

Desde la pandemia, Casa del Teatro abrió “Espacio abierto para trabajadoras del hogar” con 16 mujeres que, desde la virtualidad, iniciaron la conformación de este grupo que ahora se observa sólido y vital. Stefanie Weiss y Patricia Yáñez, las fundadoras, dirigieron la primera obra, “La Casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca, y ahora Stefanie Weiss, Ingrid Cebada --actual directora de la Casa del Teatro-- y Mariana Villalobos, dan continuidad a este proyecto con “Jardín de la memoria”, que surgió de un laboratorio de creación encabezado por Stefanie Weiss y Enara Labelle.

“Espacio abierto para trabajadoras del hogar” se reúne una vez a la semana en este laboratorio en el que, desde la libertad y la confianza, pueden abrir sus emociones y trabajarlas en el teatro. El teatro que conocieron ahí por primera vez y que ahora les da un sentido más a su vida, como ellas mismas lo expresaron en un documental realizado el año pasado a raíz del encuentro que tuvieron en Casa del Teatro con La Cachada, grupo de El Salvador, pionero en esta propuesta teatral con trabajadoras del “sector informal”.

Ellas conocieron el trabajo de La Cachada en el 2018 cuando vinieron a México y sembraron la semilla para que en la capital diera frutos. Egly Larreynaga, en El Salvador, inició con un taller que nombró de autoestima, convocando a mujeres que hicieron del teatro, sí, un espacio de autoconocimiento y autoestima. El teatro como la herramienta mágica para la expresión.

En el video (https://www.casadelteatro.com.mx/espacio-abierto-para-trabajadoras-del-hogar/), constatamos los resultados enriquecedores de la experiencia, tanto de pertenecer al grupo como del encuentro de mujeres que se identifican y ven en la otra lo que pueden ser capaces de hacer. El reconocimiento y la identificación grupal nos recuerdan a los Grupos de Autoconciencia surgidos en México en los ochenta desde el feminismo. Lo maravilloso de “Espacio abierto…” es que el teatro es el medio de liberación y toma de conciencia.

“Jardín de memoria” encontrará su camino para seguir presentándose y el taller continuará. Los espectadores salimos sorprendidos y con los ojos abiertos hacia esa otra realidad. Una propuesta evocativa de un grupo de mujeres que contra viento y marea nos comparten, a través del arte, su ser. La esperanza se cuela por nuestros sentidos y entrañablemente nos hacen creer en los alcances humanos que puede tener el teatro.