Ajedrez
Faustino Oro: el gran prodigio argentino
Ya es el jugador más joven en lograr una norma de Maestro Internacional, es decir, una tercera parte del título, el cual se otorga por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, por sus siglas en francés) y hoy a Faustino se le denomina “el Messi del ajedrez”.CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).–El mundo del ajedrez, las matemáticas y la música, nos traen continuamente prodigios en esos dominios. No es coincidencia que estas tres ramas del saber humano tienen mucho que ver con el lenguaje. La música y las matemáticas son claramente lenguajes, uno de los sentimientos y el otro de la lógica, respectivamente. Y en el ajedrez, como acotaría el gran maestro danés Bent Larsen: “el ajedrez es un lenguaje que está marcado por la agresión”. Así, quizás podamos develar las posibilidades brillantes de alguien a partir de un desarrollo del área que controla el lenguaje en los seres humanos.
Y hoy hablamos de Faustino Oro. Con apenas tres años de iniciar su carrera ajedrecística (debido a la pandemia), Oro, de 10 años apenas, es un fenómeno del ajedrez, el cual está batiendo todos los récords en su país natal, cuya tradición por el juego ciencia tiene muchos años. Ya es el jugador más joven en lograr una norma de Maestro Internacional, es decir, una tercera parte del título, el cual se otorga por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, por sus siglas en francés) y hoy a Faustino se le denomina “el Messi del ajedrez”, tratando de hacer comparaciones (muy mediáticas, sin duda), entre las capacidades del probablemente mejor futbolista del mundo y el chico de 10 años.
En los últimos tiempos, debido probablemente a las facilidades que el ajedrez tiene a través de Internet, el “nacimiento” de prodigios ajedrecísticos ya no es novedad. Sin embargo, estos se dan en los países europeos o la India. Baste decir que la cantidad de grandes maestros jovencísimos es casi la marca de la casa de la India. Tienen ya más de 80 titulados y la mayoría no llega a los 22 años. Faustino Oro es por eso tal vez una excepción increíble, en donde gracias a la pandemia y con algo de suerte, se descubrió un increíble ajedrecista en ciernes.
Por ejemplo, Oro se convirtió en septiembre en el jugador más joven en conseguir una norma de maestro internacional. Antes de eso, también había sido el más joven en superar tanto la marca de 2200 puntos Elo como la de 2300 Elo, la cual es una medida numérica para representar la fuerza o nivel de un jugador en las competencias. Un Elo de 2200 es ya muy respetable. 2300 puntos equivalen a un Maestro FIDE, 2400 Elo representa la fuerza de un Maestro Internacional y 2500 es ya la puntuación mínima de un gran maestro. Cabe señalar que Magnus Carlsen, el mejor jugador del planeta, hoy por hoy, ha rondado los 2870 puntos Elo, una cifra inimaginable en el mundo del ajedrez.
Alejandro Oro le enseñó las reglas del juego a su hijo de 7 años. Su abuelo se sorprendió el interés que cobró en el chico por el juego ciencia y se asombraría más al analizar sus partidas en línea en chess.com. Eventualmente Faustino se haría miembro del Círculo Torre Blanca y comenzó a entrenar con Jorge Rosito, Maestro Internacional. Dice Alejandro sobre su hijo: “Desde muy pequeño supimos que Fausti era un chico despierto. Por ejemplo, era capaz de resolver el cubo de Rubik en menos de dos minutos. Cosas así. Pero nunca hubiéramos podido imaginar el increíble talento con el que nos sorprendería. Su genio natural para entender el juego real era poco menos que desconcertante”. Hoy, Alejandro y Romina, ambos contadores, han decidido emigrar a Europa, para probar suerte y dar el empuje definitivo al increíble talento de su hijo, que a decir del Gran Maestro Alan Pichot, “Fausti no tendrá muchos problemas para llegar a ser gran maestro, eso es más que evidente.”
Pero quizás lo más relevante es el nacimiento de este talento, el cual además, puede ahora documentarse y seguirse paso a paso. Otros ejemplos de lo mismo son las hermanas Polgar e incluso Magnus Carlsen, cuya familia dejó todo cuando Magnus tenía unos 12 años, para ir de torneo en torneo, por toda Europa, para lograr que su chico se convirtiese no sólo en gran maestro, sino en el mejor jugador del mundo.
Así pues, tenemos un nuevo prodigio, Faustino Oro, quien rompe récords casi en cada torneo en el que participa. Que sea de Latinoamérica (Argentina), es algo que también es notable porque muchas veces no hay las mejores condiciones para el desarrollo ajedrecístico de los potenciales talentos. Este chico, Faustino Oro –hasta en esto– es excepción a la regla.