Alejandro Luna

"El teatro existe y, si ustedes siguen haciendo teatro, mi papá existe”: Diego Luna

Los restos del escénografo Alejandro Luna fueron despedidos en el Palacio de Bellas Artes en un homenaje al que acudieron colegas, amigos, discípulos, funcionarios y sus hijos, María y Diego Luna.
viernes, 16 de diciembre de 2022 · 19:10

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, los restos del escénografo Alejandro Luna, indiscutible figura del teatro mexicano contemporánero, fueron despedidos en el máximo recinto cultural rodeado de colegas, amigos, discípulos, funcionarios federales y sus hijos María y Diego Luna

El día de ayer, el actor Diego Luna, recientemente nominado con un Golden Globe como Mejor Interpretación Masculina en una Serie Dramática por su trabajo en “Andor”, escribió en sus redes sociales que, tras despedir a su padre de la forma más íntima posible, tocaba el turno de hacerlo con su familia teatral:

“…Queremos hacerlo con la familia que él escogió. Agradecemos a @bellasartesinba la oportunidad de darle un aplauso más en el Palacio de Bellas Artes con toda la gente que quiere”.

Así, las cenizas del escenógrafo llegaron poco después de las 12:30 del día de manos de sus hijos, María y Diego Luna, y los nietos de éste, Fiona y Jerónimo.

En su turno, Diego, ataviado con traje gris claro y playera negra, fue el primero en tomar el micrófono:

“Estamos seguros que era importante para mi papá estar aquí, para mi papá el teatro era todo, y si no estabas dentro era difícil entender la intensidad de lo que significaba. Hicimos una ceremonia en casa, pero necesitabamos hacer esto y agradecer la posibilidad de hacerlo. La colaboración con mi papá era la más compleja y profunda; está Luis de Tavira presente, con quien trabajó por décadas y con quien hizo su última puesta, Luis también estuvo en su último cumpleaños, la colaboración con mi papá era la oportunidad de tener complicididad, respeto, contrastes, en el teatro le pasó todo al punto de que tuvimos que mudarnos (María y yo) al teatro para estar cerca de él.

Y en seguida leyó un texto escrito por su padre:

“La escenografía no existe, si es algo es parte de la dirección, pero he llegado a pensar que la escenografía no existe, el espectador percibe una imagen única formada por los actores, la luz que los hace visibles, una imagen carga de ideas y sentimiento, condicionada por el texto, un espacio que depende tanto de la luz como del tono en que se dice el parlamento, separar de esta imagen lo que es esceongrafía me aprece imposible, en todo caso artificial o arbitratia.

“No puedo decir donde empieza y donde termina, no puede ser algo independiente, la escenografía como organizaón del espacio depende del arquietecto que diseñó el teatro, del movimiento del actor que abre y cierra espacios, del texto que revela paulatianmente su significado secreto, del público que asisite esa noche y le da un último sentido.

“¿Has visto qué macabra es una exposición de escenografía? Maquetas, bocetos y fotos como cadáveres expuestos en tiempo efimero. Fuera de sus delicadas vidas con los sentimientos de los actores, creo que la escenografía no existe, existe el teatro, la fuerza del teatro y su potencia radica en ser un hecho vivio, los objetos, testimonios fuera del montaje teatral desligados de sentimientos de actores y actrices me producen tristeza. Un museo de teatro es para mí un cementerio, no tengo nada en contra de los cementerios”.

Y culminó con palabras quebradas debido a la emoción; el actor, dirigiéndose a los presentes, expresó:

“Hoy mi padre aparentemente no existe, existe el teatro y eso lo contradice, si el teatro existe y si ustedes siguen haciendo teatro, entonces mi papá existe, sigan haciéndolo por favor”.

Mientras que María, conmovida, expresó en su turno:

“No puedo agregar mucho, solo expresar mi más sentido agradecimiento en este homenaje póstumo porque el Palacio de Bellas Artes fue muy importante para mi papá. Desde niño, mi bisabuelo lo traía por una serie de reparaciones por el hundimiento del recinto, así que desde entonces vivió en el Palacio, montó muchas obras aquí, óperas; estamos muy conmovidos de estar aquí con ustedes, quiero recordar y apoyar lo que dice Diego, porque cuando le dieron la Medalla Bellas Artes, mi padre le dedicó la presea a técnicos y tramoyistas, porque sin ellos tampoco habría teatro”.

Luna, el escenógrafo

En su turno, la crítica e investigadora teatral Luis Emilia Aguilar Zinser recordó a Luna y su expeciencia de traajo, pero sobre todo su significado para el teatro nacional:

“En el devenir del teatro en México, numerosas personas han abierto caminos y renovados lenguajes, ninguna con la trascendencia y capacidad de síntesis y correspondencias de sus tiempo, como Alejandro Luna, referente esencial a lo largo de más de medio siglo, no solo puente entre discursos visuales de la primerta mitad de siglo XX y XXI, trajo la modernidad para hacer teatro en México, renovador de nuestra arquitectura teatral, tranformó nuestra concepción misma del arte de la escena, nos trajo la luz,

“Luna significa en la histora de la escenografia e iluminacion en México el paso de lo llanamente ilustratitvo o simplemente el ejercicio de delimitar un escenairo en el mejor de los casos alusivo a concebir el fenómeno de la escena como un acontecer poético...”.

Mientras que Marina Nuñez Bespalova, subsecretaria de Cultura federal, recordó el momento del pasado 5 de noviembre, cuando el escénografo recibió la presena otorganda por la CNT debido a su trayectoria entre aplausos y ¡vivas!:

“Tengo el honor de hablar a nombre de sus alumnos, de esta institucion en Bellas Artes, me honró en leer lo siguiente: Alejandro Luna era un maestro indiscutible de la imaginación, capaz de visualizar con creatividad y belleza el universo total de la puesta en escena revolucionando a través de su bastísimo trabajo las preconcepciones del diseño escenográfico y lumínico, comprender las emociones del drama y prever en sus diseños las concidicones necesarias para su ejecución, y se anticipaba a los directores con los que colaboraba.

“Quienes tuvieron la forunta de trajar a su lado en el primer boceto de Luna se podía ver la totalidad de la puesta en escena, al contrastar fotografías de montajes con primeros bocetos se expresa el rigor y la genialidad de su proceso creativo.

“De manera directa e indirecta los escenógrafos tienen a Luna como mentor y referencia, siempre generoso, fue formador de numerosas generaciones de artistas, muchos de ellos aún en la escena contemoránea”.

Fue Luis de Tavira, otra de las figuras del teatro nacional, quien cerró el homenaje recordando que el escenógrado fue homenajeado por la Compañía Nacional de Teatro hace poco más de un mes en el mismo palacio de mármol, y en sendo discurso lo recordó como creador escénico perteneciente al linaje de Adolphe Appia, Edward Gordon Craig y Josef Svoboda, “como ellos es un escenógrafo de la luz y un artista de la sinestesia”, como “uno de los grandes creadores del teatro mexicano” y “campeón de la vanguardia” dijo hacia el final:

“Alejandro Luna, el maestro de la luz oscura sabía que lo oculto se oculta más conforme más se adentra en la oscuridad. Es como la luz que sirve para ver lo que no es ella, pero que cuanto más se adentra en ella, más ciega y deslumbra. Aparece entonces el resplandor de aquello que, como no se sabe, se adivina. Los cuerpos y las superficies sobre los que al parecer cae la luz, se han convertido en las fuentes de la luz. Lo que se ilumina, ilumina su derredor.

“Como el mejor teatro, la obra de Alejandro Luna, siendo efímera dura el instante de lo que alcanza a ser perenne.

“Alguna vez dijo: ‘La escenografía no existe, existe el teatro’. Tiene razón, su obra no ha sido escenografía ni iluminación escénica, ha sido teatro. Y el teatro justamente es esa luz que inventa al mundo.

“Ha muerto Alejandro Luna, le sobrevive el teatro”.

Tras las palabras precisas y firmes de De Tavira se realizaron guardias de honor, hubo una con Marina Nuñez Bespalova, Lucina Jiménez, María y Diego Luna, y los hijos de este, luego una tras otra con la comunidad teatral.

Comentarios