Teatro
Falleció el escenógrafo Alejandro Luna, padre del actor Diego Luna
El arquitecto Alejandro Luna Ledesma, quien diseñó a lo largo de más de cinco décadas la escenografía de obras teatrales, óperas, coreografías, filmes y programas de televisión. murió este martes a los 83 años de edad.CIUDAD DE MÉXICO (apro).– Luz, color y espacio fueron los elementos esenciales con los que el arquitecto Alejandro Luna Ledesma diseñó a lo largo de más de cinco décadas la escenografía de obras teatrales, óperas, coreografías, filmes y programas de televisión.
El también maestro de la iluminación y académico mexicano, egresado de la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y reconocido en el medio teatral y cultural como uno de los más grandes creadores en su especialidad, falleció a los 83 años, informaron autoridades culturales y de la escena teatral este martes 13 de diciembre a través de redes sociales.
Luna, quien nació el 1 de diciembre de 1939 en la Ciudad de México, se consideraba a sí mismo discípulo de los escenógrafos que le antecedieron: Antonio López Mancera, quien fue su maestro en la Facultad de Filosofía y Letras, y Julio Prieto, si bien de este último no recibió clases y consideraba incluso que los diseños de ambos “se apartaban considerablemente” desde el punto de vista estilístico:
“Si en Prieto dominaban el volumen, la masa, en López Mancera era más el aire, el espacio, los espacios pictóricos (en la medida en que) su escenografía era más plana, con más imagen que escultura”, declaró al semanario Proceso en varias entrevistas.
Prieto “nunca me dio una clase, pero creo que vi todas sus obras en el Seguro Social y me enseñó mucho. De López Mancera aprendí la gramática de la escenografía en el teatro tradicional que viene del siglo XIX, con escenografías pintadas, planas; mientras que Julio Prieto tenía su interés en la tridimensionalidad…”
Para Luna, la escenografía era una especie de codirección, el teatro tenía que ser una creación colectiva, aunque calara los egos de algunos directores. Dijo en las mismas páginas del semanario que “la escenografía es dirección o no es escenografía”, lo contrario es decoración. Y no importa que esté o no:
“Si por escenografía entendemos un montón de cosas que vienen en un camión y se tienen que colocar en algún lugar del escenario, probablemente no sea tan necesaria. Yo entiendo por escenografía la organización del espacio para la puesta en escena, es decir, no hay modo que no haya escenografía. Tan poderoso es un fondo negro que en alguna época representaba el vacío, o un ciclorama que representa al infinito, o el muro de tabique del teatro, todo significa.”
En 2001, el arquitecto recibió el Premio Nacional de Artes 2001, un acontecimiento que coincidió con otro “no menos extraordinario”, dijo el entonces crítico de arte de Proceso, Rodolfo Obregón, que fue la aparición del libro “Alejandro Luna, escenografía”, en una lujosa edición realizada por El Milagro, el Festival Internacional Cervantino, el desaparecido Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Obregón consignó dos comentarios aparecidos en el volumen, que reúne el trabajo del escenógrafo realizado entre 1959 y 2000. El primero del dramaturgo Hugo Hiriart, quien destacó que Luna era “de los pocos hombres de escena mexicanos (no el único)… que puede hablarse de tú con los grandes colegas del orbe”. El segundo, de Vicente Leñero, también dramaturgo y fundador de este medio, para quien Luna “llegó simplemente, junto a (Ludwik) Margules y el elenco de ‘De la vida de las marionetas’ (1983), a ‘esa perfección que sólo el recuerdo mantiene viva’”.
Amplia producción
A principios de este siglo, Luna llevaba en su haber la creación de más de 200 diseños de escenografía e iluminación en teatro, que rebasaron las 250, asimismo de 25 óperas y 10 coreografías. Asesoró la construcción de más de 40 espacios teatrales, entre ellos el del Centro Cultural Universitario de la UNAM, el Teatro Municipal de Lima y el Centro Cultural de la Universidad de Guadalajara, por citar algunos.
Fue titular de la Dirección de Teatro del INBA y de la compañía Nacional de Teatro desde el 24 de febrero de 1989 hasta el 4 de diciembre de 1991, una gestión de casi tres años, en los cuales la comunidad teatral considero que “la dramaturgia mexicana fue por principio privilegiada”, consignó Proceso en su momento.
Asimismo estuvo al frente del Programa Nacional de Apoyo al Teatro, y su propósito fue acercar el teatro a amplios sectores de la población, particularmente sensibilizar a niños y adolescentes ante el hecho teatral.
En cine participó en el diseño escenográfico de más de seis largometrajes. Fue el autor del diseño de producción de la película “Frida, naturaleza viva”, del realizador Paul Leduc.
Fue miembro de número de la Academia de Artes, recibió en 2016 la Medalla Bellas Artes por sus aportaciones al arte escénico nacional, y la Medalla de la Cátedra Bergman, entre otros reconocimientos.
A través de redes sociales, diversas instituciones oficiales y privadas o civiles, como el INBA, la UNAM, la Filmoteca de la UNAM, Ambulante, el Foro Shakespeare, así como artistas de distintas disciplinas, expresaron su pésame por el fallecimiento de Luna Ledesma y dieron sus condolencias al actor y realizador Diego Luna, quien hace unos días fue nominado en los Globos de Oro por la película “Andor” de Star Wars.
Vale recordar que cuando Diego Luna realizó la película “Mr. Pig”, declaró a la reportera Columba Vértiz de la Fuente:
“Mi papá me enseñó a observar y a escuchar. Es decir, me forjó como público y, por ende, como creador. En todo lo que cuento hay influencia de mi padre por la cercanía que tengo con él. Y para mí era importante crear una historia que se refiriera a lo opuesto: un padre que abandona a su hija, pero la vida los junta. Siempre pasa algo bonito cuando aprendes a comunicarte con tus padres. Funciona como el cine: tus padres son un espejo en el cual te puedes ver”.