El escenógrafo Alejandro Luna recibe la Presea FIC
GUANAJUATO, Gto. (apro).- El escenógrafo, iluminador y arquitecto Alejandro Luna recibió este mediodía la Presea FIC de manos de Rafael Tovar y de Teresa y Jorge Volpi, titulares de Conaculta y del Festival Internacional Cervantino, respectivamente.
Esta edición del evento tiene para Luna una especial connotación por la fuerte presencia de América Latina en la programación, dedicada además al binomio arte-ciencia, todos estos espíritus necesarios “ante el insoportable estado actual de las cosas” en el país.
Espacios como el Festival y la unión de países en torno a la ciencia y al arte “son urgentes”, consideró.
En el foro del Teatro Juárez, tras recibir el reconocimiento a la trayectoria otorgado por el Festival Cervantino, el diseñador escénico para teatro, danza y ópera más relevante del país destacó la reunión de artistas de Chile, Perú y Colombia –que junto con México forman la Alianza del Pacífico– en esta edición, pues él mismo se definió como un creador transnacional.
“He hecho mi vida repartida en dos trabajos, la arquitectura y la escenografía; aunque ambas se complementan”, señaló.
Aunque en el esbozo biográfico presentado previo a la entrega del reconocimiento, Luna habló también sobre sus estudios de arte dramático en la UNAM, donde fue discípulo del director Enrique Ruelas Espinosa, fundador del Teatro Universitario de Guanajuato que dio origen al Cervantino.
Su incursión artística lo ha llevado a ser creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Conaculta y miembro de número de la Academia de Artes, y abarca la ópera, la danza, el teatro y el cine, aunque este último “ya no me gusta tanto… ahí el camarógrafo es el dueño del espacio, él controla la luz, todo…”.
En la segunda veta profesional, Luna se ha dedicado a asesorar la construcción de teatros en distintos países, en Perú y Colombia, dos de las naciones invitadas al FIC.
“En Chile estuve a punto de asesorar con uno, pero no se hizo. Entonces me siento honrado de que se reconozca esta colaboración”, dijo el hombre sobre quien Vicente Leñero escribió, en la introducción del libro Alejandro Luna: escenografía, cuatro décadas de teatro en México: “El mejor escenógrafo de México por unanimidad”.
Proveniente de una familia minera guanajuatense por parte de su padre, Luna recuerda que ha asistido al Festival desde que éste comenzó, ya sea participando en producciones artísticas o como espectador que disfruta particularmente del teatro. “Así que creo que sí me la merezco (la presea FIC)”, comentó con una amplia sonrisa.
Recordó que en el primer año en que estuvo en el Cervantino, siendo muy joven y con la actriz Dolores del Río como presidenta del patronato a cargo de la organización, se dio cuenta de que la diva pretendía cambiar las butacas del Teatro Juárez por unas acojinadas y con terciopelo, “así que yo protesté; estaba escandalizado, este teatro es patrimonio nacional. Fui detrás de ella e hice un escándalo”.
Afortunadamente, conocía a un arquitecto que había sido su profesor en la escuela y que también formaba parte de la organización, quien al ser informado de las pretensiones de Dolores del Río, las frenó de inmediato, narró Luna.
Interrogado sobre su trabajo más satisfactorio en el diseño teatral, Luna lo piensa unos momentos antes de responder:
“Es como con los hijos, ¿a cuál quieres más? No se puede (elegir)… a veces siento que toda mi vida he hecho la misma escenografía”.