Día de Muertos
El Día de Muertos llegará hasta China, lanzan exposición fotográfica Danzatrinas
Ejercicio de color y movimiento en el espacio público, a partir de una idea del artista surgida hace cuatro años, la muestra contempla 40 fotografías que pueden verse hasta el 7 de noviembre en las ciudades de Hangzhou y Shanghai.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La idea de las 40 fotografías con las cuales Édgar Olguín ocupa espacios museísticos de ciudades chinas y del museo El Barrio de Nueva York a lo largo de toda esta semana (algunas de las cuales se muestran desde antes en la capital de El Salvador), surgió de un campo de cempasúchiles en Xochimilco, tras los sismos de 2017. Se alió entonces a bailarinas profesionales que se volvieron catrinas, y desde el fondo de la más honda tradición prehispánica encuadró su cámara en zonas urbanas y rurales. El artista contó la historia de esa serie de imágenes, algunas de las cuales se reproducen aquí.
Un pedacito de nuestra festividad del Día de Muertos viajará a través de la mirada del joven fotógrafo Édgar Olguín hasta China y a Estados Unidos, con la exposición fotográfica #Danzatrinas.
Ejercicio de color y movimiento en el espacio público, a partir de una idea del artista surgida hace cuatro años, la muestra contempla 40 fotografías que pueden verse desde el 30 de octubre hasta el 7 de noviembre en las ciudades de Hangzhou y Shanghai, y a partir del 1 de noviembre en el museo El Barrio Art Space de Nueva York.
Discípulo del fotógrafo Jorge Izquierdo y egresado de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Olguín (D. F., 1984), ha creado y expuesto las series Instante subterráneo e Instantes entre hilos, entre otras; llega al país asiático tras haber enseñado obras suyas en la capital de El Salvador, San Salvador, a invitación de la embajada nacional, que lo contactó después de que un video de su trabajo en redes sociales se hiciera viral en 2019, llegando a casi 4 millones de reproducciones.
El artista recordó que esta etapa inició en 2017 cuando laboró como voluntario en San Gregorio Atlapulco, pueblo originario de Xochimilco, uno de los más afectados al sur de la Ciudad de México por el sismo de ese año. Ahí hizo amigos que meses después lo llevaron a la reserva ecológica de la zona, a donde regresó después de un tiempo encontrando un campo convertido en un inmenso césped de la flor de cempasúchil. Contó a Proceso:
“Cuando regrese vi esa alfombra impresionante de cempasúchil y ahí me surgió la idea, pues ya venía desarrollando la serie Instantes subterráneos con bailarinas profesionales en el transporte del Metro. Les expliqué la idea de hacer catrinas en puntas de ballet, y dos de ellas rechazaron la idea, casi se ofendieron, porque pensaron que era faltarle el respeto a su profesión… no entendí por qué.
“Pero Valeria Gaona, quien ahora está en una compañía extranjera, me dijo: ‘Mi flor favorita es el cempasúchil, yo sí bailo, cuenta conmigo’.”
De entonces a la fecha ha realizado cuatro sesiones a lo largo de cuatro años con profesionales del ballet, desde novicias a reconocidas como Fernanda Cervantes, Sofía Martínez y Ximena González, de la Compañía Nacional de Danza. Vestidas como catrinas, han trabajado con él en distintos puntos de la ciudad, como el mercado de La Merced y el Metro de la Ciudad de México. También han participado extranjeras, pues en San Salvador hizo una sesión.
–¿Cuál es la diferencia de su proyecto con otros similares?
–Es curioso, pero lo que pasa es que viviendo en la capital mexicana, la segunda que se destaca por la piratería después de la de China, mi idea de #Danzatrinas ha sido como un regalo de vida mal envuelto, porque tuve que migrar el concepto original después de que parte de mi trabajo se hizo viral: De bodypaint (pintura en el cuerpo) con papel picado en las bailarinas, y otras cosas, para que haya una diferencia entre lo que hago y lo que los demás copian.
–¿Cómo llegó la posibilidad de exponer en China y Estados Unidos?
–Fue justo el trabajo que expuse en El Salvador el año pasado lo que llamó la atención. Lo único que pedí es que fuera en un espacio público porque la serie nació así, y me asombré, sobre todo en China, cuando me dijeron que no era común que artistas extranjeros expusieran al aire libre. Afortunadamente se logró y las fotografías estarán en gran formato.
“Como a todos, la pandemia me afectó, quizá a algunos más que a otros; la verdad 2020 me deprimió mucho, hubo meses que ni siquiera me acerqué a la cámara fotográfica porque no sentía esas ganas de hacer cosas, pero poco a poco salí de ahí, así que la noticia de exponer este año me animó, por eso le tengo tanto cariño a esta serie fotográfica.
“Estoy muy a la expectativa por esto y porque la concepción que tenemos sobre la muerte es muy distinta a la que tienen los chinos, y me emociona saber cómo reaccionará el público… y es que no podré ir, por el tema de la pandemia.”
–Su trabajo se hizo viral, y el título de la exposición usa el hashtag (símbolo de número o de “gato”), pero en un momento en donde las redes a veces pueden ser tóxicas, ¿cómo hacer esa diferencia?
–En un mundo al revés caben todas las posibilidades, y tengo claro que cuando se hace un trabajo honesto y no piensas en el ego de los likes (me gusta), eso puede traspasar pantallas, y creo que la gente lo percibe. Para mí las redes sociales son un puente, un vínculo para llegar a otras culturas. Jamás me imaginé exponer en Asia, y si no fuera por la pandemia, seguro estaría allá. Pero ese tipo de posibilidades pueden dar las redes sociales.
–¿Qué proyectos tiene para 2022?
–De momento continuar con el proyecto de #Danzatrinas, espero que llegue a otros puntos, otras latitudes, es increíble cómo conecta la tradición mexicana en otros lados del mundo, cómo se abre camino, por ejemplo en China donde la idea de la muerte es completamente distinta a la nuestra, espero hacerle honor a una tradición tan querida y entrañable cómo el Día de Muertos.
El trabajo del creador y algunas de las imágenes de #Danzatrinas que se expondrán en China y Estados Unidos pueden verse en las redes sociales de @EdgarOlguinFotografo.