Ajedrez

Ajedrez: Faustino Oro, el nuevo prodigio

Hay que reconocer que siempre estos títulos adquiridos con tan poca edad son asombrosos, pero más allá de esto, es increíble la capacidad de Faustino en el ajedrez. Empezó a los 7 y tres años después ya puede presumir victorias ante grandes maestros.
lunes, 24 de junio de 2024 · 10:12

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un chico argentino, con apenas 10 años, se está convirtiendo en todo un fenómeno ajedrecístico. Faustino Oro, nacido en el 2013, empezó a jugar ajedrez cuando la pandemia de covid-19. Primero, como la mayoría de los ajedrecistas principiantes, empezó de forma autodidacta. Sin embargo, debido a su inicial taslento, comenzó a tomar clases con algunos maestros, en su natal Agentina.

Pronto quedó claro que Faustino podría ser un talento natural. En la clasificación mundial de las categorías sub 8, sub 10, sub 11 y sub 12, Faustino mostró amplia superioridad y para abril del 2023 se convertiría en el Maestro FIDE más joven de toda la historia del juego ciencia. Cabe señalar que este es el primer título de Maestro que otorga la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, por sus siglas en francés), que sanciona todas las actividades de esta actividad a nivel mundial.

Al cumplir 9 años, Faustino logró la tercera parte del título siguiente, el de Maestro Internacional –lo que se denomina una norma”–  luego de quedar subcampeón del torneo ITT Copa Ciudad de Comodoro Rivadavia. Y debido a su increíble avance en torneos donde jugadores con años de experiencia no logran jamás semejantes resultados, los padres del chico decidieron irse a vivir a España, para darle mejores oportunidades de desarrollo ajedrecístico en Europa. Hoy se ha logrado que un grupo de inversionistas argentinos patrocinen a Faustino, de manera que pueda dedicarse sin problemas al juego ciencia. De hecho, tiene un grupo de 5 maestros que le enseñan los secretos de este ate que llamamos ajedrez.

Ha dado muestras de una capacidad notable y su nivel empieza a ser sorprendentemente bueno, Recuérdese que apenas tiene 10 años. En marzo del 2024 derrotó al mejor jugador del mundo, Magnus Carlsen, en una partida a ritmo bala (1 minuto por jugador). Le aplicó la misma dosis al número 2 del planeta actualmente, Hikaru Nakamura. Ha derrotado, desde luego, a otras estrellas del firmamento ajedrecístico.

En el pasado torneo Continental, jugó de forma brillante y logró su segunda norma (necesita 3), para lograr el título de Maestro Internacional. En el momento de escribir esto el “nuevo Messi del ajedrez”, como le suelen decir, quedó a medio punto de su tercera y definitiva norma. Sin embargo, viene un torneo en Barcelona donde podría lograr la hazaña de ser el Maestro Internacional más joven de todos los tiempos.

Hay que reconocer que siempre estos títulos adquiridos con tan poca edad son asombrosos, pero más allá de esto, es increíble la capacidad de Faustino en el ajedrez. Empezó a los 7 y tres años después ya puede presumir victorias ante grandes maestros. De hecho, Alan Pichot, uno de los mejores ajedrecistas argentinos, ha indicado que no tiene dudas que Faustino se hará gran maestro relativamente pronto.

Lo interesante aquí es tratar de entender qué es lo que hace un ajedrecista tan joven para entender la estrategia y táctica del juego ciencia con esta facilidad casi inaudita. Es claro que la táctica se aprende relativamente fácil y habiendo tantos libros de ejercicios de “juegan blancas y ganan”, “juegan negras y empatan”, etcétera, quienes realicen esta actividad se verán recompensados con un mejor nivel de ajedrez. Sin embargo, en el momento de llegar a la estrategia, los conceptos no son tan directos, tan simples, pues son sutiles en muchos sentidos y la valoración de las posiciones, de quién tiene la ventaja, se convierte en cada vez más difícil de hacer. Y curiosamente Faustino revela un entendimiento que para decirlo coloquialmente, lo tiene ya jugadores maduros en el tablero. No es simple ni fácil de explicar cómo es que funciona este talento innato en un chico como Faustino. Yo aventuraría que quizás le hemos dado demasiado valor a la experiencia y tal vez, sólo tal vez, no es esta experiencia realmente importante como hemos creído.

Habrá que seguir los pasos del “chico de oro”, Faustino, porque me queda claro que seguirá dando de qué hablar en los próximos meses y años.

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