Ajedrez

Ajedrez: El mejor método de estudio

Es sabido que una de las preguntas más frecuentes de los jugadores es ¿Qué debo hacer para mejorar mi juego? Y probablemente no haya una respuesta única.
domingo, 26 de mayo de 2024 · 11:22

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).-Dice el GM Nikolas Krogius, en su libro “Psicología en Ajedrez”, que un jugador puede ver más en el tablero (en torneo), que en la tranquilidad de su estudio. E indica que está convencido de que nadie puede llegar a ser un jugador fuerte solamente estudiando libros. La cita es interesante porque es sabido que una de las preguntas más frecuentes de los jugadores es ¿Qué debo hacer para mejorar mi juego? Y probablemente no haya una respuesta única. Sin embargo, lo que queda claro es que jugar en torneos es casi una obligación para intentar mejorar.

Dice el MI John Donaldson: “Tienes que jugar. Si tu meta es llegar a ser un jugador fuerte de torneo, tienes que competir. Yo diría que un mínimo de 5 juegos al mes es lo adecuado. Esto significa unos 60 partidas por año. Y esto podría darse en un torneo de fin de semana al mes o jugar un torneo (o varios), a una partida cada semana en un club de ajedrez”, y ojo, Donaldson habla de partidas de 3 a 4 horas de duración, es decir, partidas de torneo lento (o clásico). Cabe decir que el excampeón mundial Mijaíl Botvinnik decía, allá por los años 50s del siglo pasado, que un ajedrecista debería jugar unas 50 partidas por año.

Aunque otros entrenadores hacen comentarios similares, no están absolutamente todos de acuerdo con el número de partidas por mes a jugar. No obstante esto, es inevitable pensar que el efecto que causa en el cerebro el participar en torneos. De hecho, el ir a un campeonato, quizás fuera de la ciudad donde uno vive, trasladarse, pagar hotel, comidas, etcétera, implica finalmente la idea de una actividad seria (aunque sea lúdica). Y esto no se puede simular fácilmente en la quietud del hogar. Es obvio que las lecciones duras difícilmente se olvidan y es claro que el ajedrez de torneo provee muchas de estas enseñanzas, las cuales suelen no olvidarse más.

De acuerdo con Peter Browen, Henry Roediger y Mark McDaniel (Make it Stick: The Science of Successful Learning), el aprendizaje es más fuerte cuando a uno le importa, cuando lo abstracto se vuelve concreto y personal. Y cualquier ajedrecista entenderá entonces por qué duele tanto perder en ajedrez. Y piénsenlo, si usted decide viajar a un torneo, invertir horas y más horas en las partidas, jugar muchas veces en 6 días 9 rondas, muchas veces contra jugadores muy fuertes, es claro que hay que ponerse en el tenor de esforzarse, calcular, cuidar las posiciones y no volverse loco en los ataques. Dicho de otra manera, el ajedrez de torneo conlleva muchas enseñanzas.

Hoy podemos, por ejemplo, jugar mucho a través de Internet, pero eso no replica ni remotamente la sensación de un torneo serio. En este último tipo de eventos todos quieren ganar y luchan muchas veces hasta el límite de sus fuerzas. Y por ello el ir a torneos es una de las mejores formas de estudiar ajedrez. El GM Andrew Tang indica “jugar en torneos en la mejor manera de practicar, por mucho”.

Hay que decir, sin embargo, que todos conocemos adultos que vana torneos continuamente pero no mejoran. Aquí hay algún factor que no estamos viendo, pero que podría ser importante: la edad. Pero más allá de eso hay factores más evidentes: una actitud laxa al enfrentar las partidas, incapacidad para enfocarse adecuadamente frente al tablero debido a cuestiones de la vida por ejemplo, la familia o el trabajo y hasta falta de mínimo talento, por qué no.

Dice el GM Ben Finegold que hay dos recetas a aplicar para mejorar en ajedrez: 1. Jugar con rivales mejores que uno y 2. Analizar las partidas jugadas, ya sea con el oponente, con un entrenador, con algún programa de ajedrez (o usando las tres opciones), en donde el jugador puede ver qué tiene que hacer para mejorar en el futuro cercano, es decir, en su siguiente partida.

La conclusión parece obvia: vaya a torneos y juegue. Es esta práctica la más dura y la más difícil de simular en casa, aunque se puede, y ya hablaremos de esto próximamente.

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