Shohei Ohtani

Ohtani, el inquebrantable espíritu japonés que reclama el trono de Babe Ruth

Desde que Babe Ruth puso fin a su carrera en 1935 en ningún campo de beisbol se había visto un pelotero tan fuera de serie como Shohei Ohtani, un jugador de dos vías capaz de lanzar y batear al mejor nivel. El japonés está en pos de demostrar que la grandeza puede volverse repetir.
domingo, 17 de agosto de 2025 · 07:00

En un ensayo de cultura a distancia llamado El crisantemo y la espada, la antropóloga estadunidense Ruth Benedict intentó arrojar luz sobre los códigos morales, sociales y militares que distinguían a los japoneses de los países occidentales.

En el contexto de la ocupación de Japón en los estertores de la Segunda Guerra Mundial, con más de medio millón de soldados estadunidenses desplazados, el trabajo por encargo de Benedict sirvió para desentrañar todos los misterios asociados al inquebrantable “espíritu japonés”. Aunque, en el fondo, lo que más le obsesionaba era entender la importancia que le concedían al honor y su devoción por el método.

Analizando el fenómeno del beisbolista japonés Shohei Ohtani en Estados Unidos también es posible entender su paso por las Grandes Ligas (MLB), la supuesta unidad de medida que sirve para legitimar a cualquier estrella internacional, como una conquista cultural y no tanto deportiva. Porque la aventura de Ohtani ha llevado, de alguna manera, el evangelio del “espíritu japonés” al otro lado del mundo. 

Lo primero que hay que asumir es que, para los estadunidenses, el hecho de que el mito en torno a un beisbolista japonés amenazara siquiera con eclipsar la leyenda de Babe Ruth como el arquetipo del jugador de dos vías (que lanza y batea), ya implicaba una afrenta. Una afrenta exponenciada por un aspecto decisivo: Ohtani no sólo lanza y batea con una habilidad inusitada, como Ruth.

También lanza y batea bajo los estándares competitivos y estéticos occidentales. Su wind-up no compartía territorio con el de Hideo Nomo, el pelotero que consolidó la presencia de los japoneses en las Mayores, Novato del Año en 1995, y su swing no se parecía en nada al de Ichiro Suzuki, el primer jugador de posición nacido en Japón en la MLB, Novato del Año y Jugador Más Valioso (MVP) ese mismo año. 

Mientras Babe Ruth, guardián de la noche y catador de whiskey, fue un héroe imperfecto de entreguerras, Ohtani emergió como...

Fragmento del texto publicado en la edición 0026 de la revista Proceso, correspondiente a agosto de 2025, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace

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