Cultura
De la fundación al mito de 500 años de luz. México-Tenochtitlán, siete siglos
El gobierno capitalino ha preparado un amplísimo programa de celebraciones de esos siete siglos, si bien la discutida fecha acordada, el 13 de marzo, se moverá para abril en el marco del solsticio de verano.Este año se cumplen 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán, un número redondo que impulsa inmediatamente a reflexionar sobre el país.
Proceso presenta la parte histórica y el mito, así como el diálogo en torno a la fecha de la fundación: el 13 de marzo de 1325, que a decir del escritor, investigador y exdirector de Etno-historia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Luis Barjau, es la más acertada, al tiempo de hacer énfasis en el “tributo” como la moneda-sistema que hizo a los mexicas prosperar como civilización y construir un mito, según el cual este 2025 concluyen los 500 años de “oscuridad” que acecharon a México a partir de la caída de su capital (justo dos centurias más tarde), para iniciar 500 años de “luz”.
La directora general de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Ciudad de México, Mariana Gómez Godoy, detalla algunas de las actividades que arrancaron en enero con la exposición de la Tira de la Peregrinación, y cuyo momento cumbre se efectuará en abril a través de un video-mapping en el zócalo capitalino.
De acuerdo al mito fundacional, el dios tutelar Huitzilopochtli ordenó al pueblo mexica asentar su reino ahí donde estuviera “un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente”, y que diversas fuentes sitúan el 13 de marzo de 1325, considerada la fecha fundacional de la urbe.
La ciudad levantada sobre islotes, con el tiempo, llegó a convertirse en la poderosa capital azteca, centro del orbe mesoamericano.
Así lo dice el Teocalli de la Guerra Sagrada, la piedra que da identidad al pueblo mexica, y eje del escudo nacional en la bandera de México labrado en 1507 para la ceremonia del Fuego Nuevo, marcando uno de los periodos de 52 años del calendario con una nueva amenaza de fin del mundo y la oportunidad de su renacimiento. Los mexicas celebraban la ceremonia cuando coincidían los calendarios solar y lunar, lo que sucede, en efecto, cada 52 años.

Según la Enciclopedia de México (México, 1987), para los antiguos mexicanos el águila, considerada la más majestuosa de las aves, representaba al sol como dador de luz y vida. La tuna, al corazón del hombre, de cuyo líquido, la sangre, se alimentaba el astro rey para emprender a diario su vuelo de oriente a poniente, combatir a la noche y así resurgir victorioso.
La búsqueda del origen
El mito fundacional -bello y significativo en esencia-, no ha sido tan discutido a lo largo del tiempo como la “fecha exacta” en que sucedió esa visión por parte de los mexicas, pues hay distintas fuentes históricas que dan cuenta del año.
Para Barjau (Jalpa de Méndez, Tabasco, 1943), autor de volúmenes como Hernán Cortés y Quetzalcóatl (2007), La conquista de la Malinche (2009), Náufragos españoles en tierra maya (2011), Voluntad e infortunio en la Conquista de México (2015) y Hernán Cortés y Moctezuma Xocoyotzin. Encuentro y conquista (2022), la fecha propuesta por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), el 13 de marzo de 1325 (basada en la Crónica Mexicayotl y otras fuentes históricas), es la más acertada, y conmemorarla habla de una “cultura cívica”.
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Fragmento del reportaje publicado en la edición 0021 de la revista Proceso, correspondiente a marzo de 2025, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.