Opinión

Inteligencia artificial en el arte: ¿innovación o despojo?

El impacto directo de la IA en los artistas ha movilizado a sindicatos y gremios que buscan protecciones sólidas, pero surgen dudas sobre los beneficiarios finales de dicha regulación.
domingo, 27 de julio de 2025 · 06:00

La voz del legendario actor de doblaje Pepe Lavat, fallecido en 2018, resucitó artificialmente para un mensaje institucional del Instituto Nacional Electoral. El escándalo simboliza que la irrupción de la inteligencia artificial (IA) en las artes escénicas y el entretenimiento ha desatado una confrontación entre el progreso digital y la dignidad laboral.

Mientras las voces sintéticas alcanzan niveles de realismo superlativos, actores de doblaje, intérpretes de pantalla y locutores se enfrentan a la posibilidad de que sus voces e imágenes sean replicadas sin su consentimiento y que su trabajo artístico se convierta en materia prima de los algoritmos.

Las capacidades transformadoras de la IA son evidentes en el sector audiovisual. La tecnología permite la clonación de voces con una precisión asombrosa. Captura el timbre, la cadencia y la inflexión que hacen única cada voz. Rejuvenece las voces, resucita interpretaciones clásicas o modifica actuaciones existentes sin necesidad de nuevas grabaciones. Ejemplos notables incluyen la recreación de la voz de un joven Luke Skywalker en The Mandalorian y la autenticación de diálogos húngaros en The Brutalist.

En lugar de una actuación única, la voz o la imagen de un actor se convierte en un activo de datos persistente que puede ser manipulado y reutilizado infinitamente. La interrogante es si el resultado generado por IA es una nueva "actuación" que requiere una nueva compensación, o simplemente un "uso de datos" derivado de una actuación pasada. La distinción es crucial para definir los modelos de compensación y los mecanismos de consentimiento.

José Lavat, actor de doblaje. Dignidad laboral. Foto: Especial.

La resurrección digital de actores fallecidos y el potencial de la IA para desempeñar un papel sin conexión con la contraparte de la vida real introduce el concepto de "actuación perpetua". La imagen o la voz de un artista pueden seguir "actuando" después de que su carrera física termine o incluso después de su muerte. ¿Quién posee los derechos de una imagen digital póstuma?

Los rápidos avances de la IA Generativa se han impulsado mediante vastos conjuntos de datos, a menudo adquiridos sin consentimiento ni compensación a los creadores originales. La práctica ha provocado acusaciones de robo de propiedad intelectual que sacuden los derechos de autor.

El senador republicano Josh Hawley ha declarado que el entrenamiento de modelos de IA con obras protegidas por derechos de autor constituye "el mayor robo de propiedad intelectual en la historia de Estados Unidos". Representa una "conducta criminal" en lugar de tácticas comerciales agresivas. Hawley desestima el argumento de que tales prácticas son necesarias para ganar la carrera de la IA contra China.

Grandes empresas de IA han enfrentado demandas por el uso de datos y contenidos protegidos por derechos de autor para entrenar sus modelos. Grandes conglomerados mediáticos han demandado a compañías de IA por infracción de derechos de autor y marcas registradas.

El impacto directo de la IA en los artistas ha movilizado a sindicatos y gremios que buscan protecciones sólidas, pero surgen dudas sobre los beneficiarios finales de dicha regulación. Los actores de doblaje se oponen a que sus voces sean clonadas y vendidas sin su consentimiento. La demanda es el consentimiento explícito y una compensación justa por cualquier uso de sus réplicas de voz digitales.

La Asociación Mexicana de Locutores Comerciales (AMELOC) protestó contra la clonación de voz por IA y exigió el reconocimiento legal de la voz como identificador biométrico. La exigencia surgió tras el uso no autorizado de la voz del difunto actor José Lavat por parte del INE. La Asociación Nacional de Actores (ANDA) ha propuesto iniciativas legislativas para proteger a los actores de doblaje de la IA. Advierten que, sin regulación, el doblaje humano podría desaparecer, lo que llevaría a la pérdida de empleos.

Existe el riesgo de que asociaciones como ANDA, AMELOC y AITE sean las principales beneficiarias de la regulación, en lugar de los artistas individuales. Si la regulación se centra en la negociación colectiva o en acuerdos de licencia gestionados por estos gremios, podría centralizar el control y las fuentes de ingresos para ellas, no para los creadores.

A medida que el impacto de la IA se vuelve innegable, los países comienzan a elaborar respuestas regulatorias. California ha promulgado leyes diseñadas para proteger a los artistas. Prohíben la creación de réplicas generadas por IA de artistas sin consentimiento y otorgan a los herederos de actores fallecidos el derecho a demandar por usos no aprobados de su imagen.

Dinamarca busca combatir los deepfakes contra imitaciones digitales realistas de la actuación de un artista o de sus características personales (rostro, cuerpo, voz) sin consentimiento. El objetivo es permitir a las personas solicitar la eliminación de dicho contenido de las plataformas digitales, con la posibilidad de que dichas plataformas sean responsables de multas por incumplimiento.

La Ley de IA de la Unión Europea incluye disposiciones para los desarrolladores de los Grandes Modelos de Lenguaje (LLM). Refuerza el cumplimiento de los derechos de autor, exige a los proveedores de IA de propósito general que implementen políticas que cumplan con la legislación de derechos de autor de la UE e incluye el respeto de los mecanismos de exclusión voluntaria para la extracción de texto y datos.

La tendencia de la legislación es hacia medidas proactivas en lugar de depender de litigios posteriores a la infracción. El consentimiento en California y el énfasis de Dinamarca en las solicitudes de eliminación otorgan a las personas un control inicial. La transparencia de la UE para los datos de entrenamiento y los mecanismos de exclusión voluntaria buscan prevenir el uso no autorizado antes de que ocurra.

Los más de 60 intentos legislativos de México desde 2020 no se han traducido en marcos legales concretos. La ausencia de una estrategia nacional sobre IA es un impedimento clave. Las iniciativas de ley persiguen un desarrollo ético y seguro de la IA a través de privacidad, ciberseguridad y neuroderechos. Algunas iniciativas proponen un enfoque basado en riesgos copiado de la UE; clasifican los sistemas de IA de "Riesgo Inaceptable", "Alto Riesgo" y "Bajo Riesgo". También existen propuestas para modificar la Constitución para otorgar al Congreso la atribución explícita para legislar sobre IA.

El camino a seguir para la regulación de la IA en las artes debe equilibrar la salvaguarda de la creatividad humana, la preservación de empleos y la innovación. Regular la IA con desconocimiento, miedo o anticipándose demasiado a los avances tecnológicos conlleva más riesgos que beneficios.

La sobrerregulación podría obstaculizar la innovación tecnológica, restringir la aparición y el desarrollo de nuevas empresas, limitar el crecimiento económico y reducir la competencia. También podría conducir a una homogeneización de la expresión creativa, erosionar el toque humano único, la intuición y la profundidad emocional que definen el arte.

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Twitter: @beltmondi

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