Vacuna Patria

Vacuna Patria ¿Soberanía científica?

En medio de la campaña de desprestigio contra la vacuna Patria y la doctora María Elena Álvarez-Buylla Roces, extitular del Conahcyt, vale revisar los hechos.
lunes, 10 de noviembre de 2025 · 08:52

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Durante meses se ha repetido la misma frase: “la vacuna Patria fue un fracaso”. Se dijo que nunca sirvió, que tardó demasiado y que se perdió en el olvido. En medio de la campaña de desprestigio contra la doctora María Elena Álvarez-Buylla Roces, extitular del Conahcyt, vale revisar los hechos. Detrás de la polémica hubo un proyecto científico sin precedentes en México.

Primero. Patria no surgió por improvisación. Fue el resultado de una alianza inédita entre la empresa mexicana Avimex, especialistas de la UNAM y hospitales privados de alto nivel (como Médica Sur), entre otras instituciones , bajo la coordinación del Conahcyt. Todos mexicanos. Su base tecnológica se centró en un virus modificado —el de la enfermedad de Newcastle— usado como vector para transportar una versión estabilizada de la proteína espiga del SARS-CoV-2, conocida como Spike HexaPro. Esta innovación aporta mayor estabilidad, mejor respuesta inmunológica y una producción más eficiente. A diferencia de las vacunas que requieren ultracongeladores, Patria se conserva entre 2 y 8 grados Celsius. Su distribución es más sencilla y menos costosa, una ventaja clave para países con infraestructura limitada.

Segundo. El desarrollo tomó tiempo, pero no por falta de resultados. En biotecnología, los procesos rigurosos requieren años. Entre 2021 y 2024, mientras las variantes del virus cambiaban y el mercado global se concentraba en pocos laboratorios, los investigadores mexicanos completaron todas las fases clínicas y regulatorias exigidas por la ley. El 26 de enero de 2024, el Comité de Moléculas Nuevas de Cofepris emitió una opinión favorable tras evaluar la seguridad y eficacia de Patria. Posteriormente, Cofepris otorgó la autorización para uso de emergencia. En otras palabras: Patria sí fue aprobada y sí demostró eficacia como biológico contra COVID-19 en sus diversas  cepas. El infectólogo Alejandro Macías, crítico constante del gobierno, reconoció públicamente el mérito del proyecto: “Patria se hizo con mucho más cuidado que otras. Es una buena noticia.” La declaración provino de un especialista, no de un discurso político, quien apoyó su opinión en datos duros.  https://www.youtube.com/watch?v=5gO51cJcKHI)

Tercero. Patria no es solo una vacuna; es un símbolo de capacidad nacional. Muestra que México puede desarrollar, producir y regular sus propios biológicos. Que cuenta con talento, infraestructura y rigor científico suficientes para no depender siempre de otros países. El proyecto reveló algo más profundo: el potencial de la sinergia entre el sector salud, las farmacéuticas nacionales y las universidades. Esta tríada, cuando trabaja con objetivos comunes, puede generar innovaciones de alto impacto y fortalecer la soberanía tecnológica y sanitaria del país. Con apoyo institucional, inversión sostenida y voluntad política, el modelo de Patria podría replicarse en otros campos: vacunas contra influenza, tratamientos antivirales o nuevas plataformas biomédicas. La base científica ya existe; lo que falta es una estrategia de Estado que garantice continuidad y escala. La historia de Patria no es la de un fracaso, sino la de una oportunidad nacional. Su verdadero valor no radica solo en las dosis que produjo, sino en la capacidad que demostró el país para crear conocimiento propio. Si se mantiene la cooperación entre ciencia, salud y empresa, México puede dejar de importar lo que ya sabe producir. Si se abandona, volverá la dependencia. Patria no fracasó. México aprendió que sí puede. La pregunta obligada ¿Porqué después de más de un año de haber sido aprobada para casos de emergencia Cofepris no ha otorgado la aprobación definitiva?

@evillanuevamx

ernestovillanueva@hushmail.com

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