Colosio
Detienen a exagente del Cisen, Jorge Antonio Sánchez Ortega, por caso Colosio
El acusado de ser el segundo tirador contra el entonces candidato presidencial Luis Donaldo Colosio fue capturado por segunda ocasión en TijuanaENSENADA, Baja California (apro).- Jorge Antonio Sánchez Ortega, exagente del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y acusado de ser el segundo tirador contra el entonces candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta, habría sido detenido nuevamente en el municipio de Tijuana, Baja California.
Conforme a información trascendida entre medios locales, al parecer fue durante la tarde de este sábado 8 de noviembre y el operativo estuvo a cargo de la Fiscalía General de la República (FGR), aunque las autoridades de la región no han confirmado el hecho.
Sin embargo, el nombre de Jorge Antonio Sánchez Ortega aparece en el Registro Nacional de Detenciones (RND), donde se especifica que fue en la colonia Los Reyes de Tijuana, entre las calles Carlos y Baltazar, aunque no se especifica la hora ni fecha.
Al parecer la detención se debió al cumplimiento de una orden de aprehensión federal.
Sánchez Ortega retomó relevancia en enero 2024, luego de darse a conocer que el juez quinto de Distrito de Procesos Penales Federales, Jesús Alberto Chávez Hernández, rechazó el mandamiento de captura de la FGR.
Esto bajo el argumento de que la única prueba que tiene la dependencia para acreditar que Jorge Antonio y Mario Aburto se pusieron de acuerdo para matar a Colosio es el testimonio de una mujer que no es fiable, pues modificó sus dichos 25 años después.
Jorge Antonio Sánchez Ortega fue asignado por el Cisen a Coahuila en 2008 y, caracterizado por saber acercarse a la gente, logró obtener datos personales de familiares de las víctimas de la explosión en Pasta de Conchos. Usaba de pretexto el decirles su horóscopo; estos datos sirvieron al gobierno para frenar el movimiento de inconformidad.
Sánchez Ortega fue detenido a 15 metros del lugar donde cayó herido el político sonorense el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana.
Tenía cerca de siete meses de trabajar para el Cisen, que le asignó vigilar el mitin de Colosio en la ciudad bajacaliforniana.
Tras el atentado, en su chamarra se le encontró sangre y en sus manos plomo. Un dictamen de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), publicado por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, indicaba que dio positivo a las pruebas que demostraban la presencia de plomo y bario “producto la deflagración de arma de fuego”.