CDMX
Gentrificación CDMX: éstas son las alcaldías con más inmuebles anunciados en plataformas digitales
Al menos en 3 alcaldías los precios se disparan: la renta de un departamento que en 2017 costaba 5 mil pesos, hoy se ofrece en 2,300 la noche. Alejandra, exresidente guatemalteca, revela que la crisis habitacional la expulsó de la ciudad. Lorenza, en cambio, defiende a Airbnb como fuente de recursosCIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– La presencia de inmuebles que se ofertan en plataformas como Airbnb o Booking crece de manera concentrada en las alcaldías Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez, al mismo tiempo quedan en suspenso las regulaciones a este tipo de alojamientos y la creación del padrón de anfitriones, establecidos en la Ley de Turismo, la Ley de Vivienda y la Ley para la Reconstrucción Integral.
Desde los disturbios ocurridos durante la manifestación contra la gentrificación en las colonias Condesa, Roma Norte y Doctores, el 4 de julio último, se avivó la discusión en torno de este fenómeno. Así como algunos lo defienden bajo el argumento de que trae progreso a las colonias, otros denuncian que vulnera su derecho al acceso a la vivienda y desplaza a habitantes originarios.
Tras la protesta, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció que las aplicaciones como Airbnb contribuyen al crecimiento de la gentrificación y el encarecimiento de la vivienda en ciertas áreas mediante la especulación inmobiliaria.
Para atender lo anterior, las regulaciones existen, pero no se aplican. Primero, el 4 de abril de 2024 se publicó en la Gaceta Oficial una reforma a la Ley de Turismo, en la que se establecieron obligaciones a los anfitriones de las plataformas, entre las cuales, destaca la de su registro en un padrón –que aún no existe– habilitado por la Secretaría de Turismo (Sectur), en el cual deberían inscribirse los inmuebles.
El 2 de octubre de ese mismo año el Congreso de la Ciudad de México aprobó una iniciativa promovida por el exjefe de Gobierno y actual director del ISSTE, Martí Batres, con la cual se endureció –en teoría– el control sobre la renta de inmuebles en aplicaciones.
Las modificaciones establecieron un tope de 50% a las noches que cada propiedad puede ofertarse al año, así como la prohibición del registro en estas aplicaciones de viviendas de interés social.

Todo quedó en el tintero, ya que al cierre de esta edición está pendiente la resolución de los juicios que se generaron luego de que en enero de 2025 Airbnb y algunos anfitriones presentaron amparos contra la iniciativa aprobada.
Además, la expectativa de que la capital mexicana recibirá más de cinco millones de visitantes por la Copa Mundial FIFA 2026, según datos de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, replanteó la creación del padrón ante la posibilidad de afectar la disponibilidad de espacios para recibir a los turistas.
El director de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP), Ángel Augusto Tamariz Sánchez, declaró a Expansión: “La plataforma está lista, el tema es que ahora estamos reflexionando, platicando en el gabinete de la Ciudad de México para que haga sentido la plataforma ante lo que se viene”.
Mientras la aplicación de los lineamientos queda en suspenso, el proyecto de datos Inside Airbnb registró un aumento de 13.6% en la cantidad de inmuebles anunciados en dicha plataforma, entre noviembre de 2022 y julio de 2025.
Los datos recabados hasta marzo último indican que en la CDMX existen 26 mil 67 propiedades anunciadas, de las cuales 46.15% se concentra en la alcaldía Cuauhtémoc, 17.4% en Miguel Hidalgo, 11.4% en Benito Juárez, 6.4% en Coyoacán y 3.8% en Álvaro Obregón.
Precios "escandalosos"
En 2017 Alejandra llegó desde Guatemala a la capital mexicana con una beca de posgrado en la Universidad Iberoamericana (Ibero). En entrevista, relata: “Desde ese entonces mis compañeros ya me recomendaban vivir en la Condesa o la Roma, me acuerdo mucho que me decían que estar en esas zonas era como si no estuvieras en la Ciudad de México y la verdad es que había muchos güeros y mucha fiesta fresa, como le dicen”.
Para poder costearse una habitación en un departamento ubicado sobre el circuito de Ámsterdam, entró a trabajar como mesera medio tiempo y además recibía un apoyo de su familia: “Pagaba cinco mil, ya me parecía una fortuna, pero no conocía la ciudad y son zonas seguras, cómodas. Yo me vine con un apoyo de la Ibero, en Guatemala mi familia es trabajadora y ellos también hicieron sacrificios para que yo viviera al máximo mi experiencia como estudiante en otro país”.
Sin embargo, casi cuando iba a terminar su posgrado, se tuvo que mudar porque su casero le subió la renta a siete mil pesos de un día para otro: “Yo no firmé ningún contrato, encontré la habitación y confié porque un amigo vivía ahí y me dijo que había muchos estudiantes y extranjeros”.

Por lo mismo que pagaba, encontró un monoambiente de 30 metros cuadrados en la colonia Tabacalera. Pese a su mala experiencia rentando en la Condesa, Alejandra quedó enamorada de la zona y de la Ciudad de México.
En 2020 regresó a su país con la convicción de regresar a trabajar aquí y poder volver a vivir cerca del Parque México. Cuatro años después ya estaba de regreso en un viaje de dos meses que destinó a buscar ofertas laborales y un departamento: “Yo pensé que ya con una vida profesional más madura y más oportunidades iba a poder, pero no podía estar más equivocada, pensé que iba a tener la oportunidad de volver a mi viejo departamento de la glorieta de Iztaccíhuatl para compartirlo con mi pareja, pero descubrí que ya lo rentaban completo en Airbnb en dos mil 300 pesos la noche, en general encontré precios escandalosos”.
Alejandra cuenta que visitó al menos 15 departamentos en renta por la zona, los cuales describe como “demasiado pequeños, demasiado caros y demasiado descuidados”.
Con el paso de los días, terminó por llegar a una conclusión: “Resultó que para lograr la vida que quería tenía que resignarme a destinar más de 30% de mi sueldo a una renta, así que mejor nos regresamos a Guate”.

También comparte una reflexión:
Mira, yo sé que no me puedo decir víctima de la gentrificación porque para empezar soy extranjera, pero me parece que mi testimonio si refleja una situación que afecta a muchas personas, he leído en mi Instagram sobre el desplazamiento de personas que hicieron toda su vida ahí y ya no pueden dar el ancho para costearse la vida en su barrio. No me imaginó el coraje que tienen.
Alternativa para generar recursos
Los padres de Lorenza viven en una casa de retiro en San Miguel de Allende, la cual costean gracias a que ella les ayuda a administrar en Airbnb un departamento que tienen cerca de la avenida Nuevo León.
En una llamada telefónica Lorenza se muestra orgullosa de las calificaciones que ha recibido como anfitriona, habla sobre la importancia de poner sábanas y toallas blancas, de su experiencia probando aromatizantes y de “los pequeños detalles”, como preparar algunos chocolates y agua mineral para recibir a sus huéspedes.
Entonces, comienza a hablar sobre las pintas que dicen “¡Fuera gringo!” y que quedaron plasmadas en diversas calles de la Condesa y Roma Norte después de la protesta contra la gentrificación:
“Me enerva ver que mi país se resiste al progreso, a los que queremos progresar, buscar una mejor vida, nos jalan abajo, porque después de leer las noticias los extranjeros nos meten a todos en el mismo costal de vándalos y nacos cobardes, resentidos”.

–¿Cuál es su opinión sobre las regulaciones a Airbnb?
–Yo no sé de leyes, pero mis hijos sí me estuvieron informando de eso hace unos meses, después como que todo siguió como antes porque está claro que no le conviene a nadie.
Algo sí te quiero dejar bien claro, soy mexicana y para mí la aplicación es una maravilla que me permite tener a mis papás como se merecen, no todos los meses es lo mismo, pero en todo caso se cubre lo básico y algunas veces les doy sus gustitos, nos vamos todos de viaje o los mandamos a ellos con mi hermana a Texas.
Un mes antes de la protesta contra la gentrificación, el 4 de junio último, Airbnb publicó un comunicado en el que remarcó que su plataforma es un canal de activación económica para miles de negocios de barrio que en 2024 generó un impacto económico de más de 22 mil millones de pesos en la Ciudad de México e impulsó ingresos para más de 46 mil personas en sectores como alimentos, transporte y comercio.