Primera elección judicial
Candidato a ministro propone dotar de más dientes a la Corte por esta razón
Edgar Corzo, candidato a ministro de la SCJN, dice en entrevista que también es necesario tener un Máximo Tribunal que continúe fortaleciendo los criterios jurídicos que emite y esté cada vez más cerca de la realidad social.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La llegada de los nuevos ministros electos por voto popular hará necesaria una nueva reforma para darle mayor estabilidad a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) e incluso dotarla de facultades, afirmó Edgar Corzo.
El investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM afirmó en entrevista con Proceso que actualmente la Corte es débil constitucionalmente y que, para contrarrestarlo, debería poder enviar iniciativas de ley al Congreso y tener la facultad de defender su propio presupuesto.
Esto, pese a que la reforma judicial aprobada en septiembre de 2024 le quitó a la SCJN la facultad de enviar su propuesta de presupuesto a la Cámara de Diputados, pues esta tarea será asumida por el Órgano de Administración Judicial, que es uno de los dos cuerpos colegiados que sustituirán al Consejo de la Judicatura Federal (CJF).
Corzo, quien actualmente es candidato a ministro de la SCJN, comentó que también es necesario tener un Máximo Tribunal que continúe fortaleciendo los criterios jurídicos que emite y esté cada vez más cerca de la realidad social.
“La sociedad está esperando, por supuesto, que las decisiones que se toman sean correctas, apegadas a derecho y con sensibilidad social”, dijo.
“Bajo esta premisa, ahora que estamos en un nuevo modelo de impartición de justicia en el que el electorado participa para elegir a los jueces, debe haber un cambio, una relación más estrecha entre electorado, ciudadanía e impartición de justicia y eso implica, desde mi punto de vista, que va a haber un impacto social más fuerte. Porque las personas van a decir ‘yo lo elegí, yo di mi voto para que estuviera ahí y que represente los intereses de la sociedad, no en lo particular, pero sí en la sociedad’, entonces, una forma para que la Suprema Corte fortalezca su posición, pues es que esté más allegada a la realidad social”.

El doctor en Derecho afirmó incluso que en esta nueva etapa sería deseable que los ministros puedan trasladarse a los lugares donde se originan los conflictos que deben resolver para tomar en cuenta el contexto social de los casos.
“Necesitamos una Corte sensible y cercana a la realidad social. Hoy tiene ciertas facultades, es cierto, pero lo que nos falta es que se meta más en el compromiso social, en la cercanía que debe haber con la ciudadanía”, agregó.
Bajo reflectores
Reconoció que el Poder Judicial, en especial la Corte, siempre ha estado en el ojo público, porque los casos que resuelve son de trascendencia nacional, por lo que consideró que el juzgador federal requiere de una madurez especial para resolver esos casos y al mismo tiempo estar consciente de que éstos ya no pueden ser resueltos desde el escritorio.
“Estamos en un momento decisivo. Un momento en donde, yo diría a propósito, que la Suprema Corte tiene que ser el soporte del cambio. Es decir, si nosotros finalmente terminamos con una Corte que no está lo suficientemente conformada, fortalecida, estable, pues imagínate entonces el mensaje que mandamos al resto del Poder Judicial, pero además el que mandamos a nivel internacional”, refirió.
“Lo que hay que hacer es responder con una decisión madura, inteligente de personas que tengan la capacidad para darle la estabilidad, no solamente a la Suprema Corte, insisto, sino a través de la Suprema Corte, al resto de los órganos jurisdiccionales y ésa es la encomienda que tenemos”.
Para Corzo, los sistemas anteriores de designación de ministros no garantizaban necesariamente que los perfiles que llegaban a la Suprema Corte eran los más idóneos, porque tanto la designación directa del Ejecutivo como el método de la terna propuesta por el mandatario federal y ratificada por el Senado no establecían filtros que ayudaran a evitar nombramientos a modo.
Sin embargo, consideró que antes de esta nueva designación por voto popular, establecida en la reforma de Andrés Manuel López Obrador, hubo oportunidades para crear un punto intermedio que permitiera participar a la academia o a las comisiones de Derechos Humanos en la propuesta de los perfiles para conformar una terna.
Nueva etapa
Debido a que no se llegó a ese punto medio y a que aún se desconoce por completo cómo va a funcionar, Corzo consideró que en su nueva etapa la SCJN debería tener una mejor relación con la academia y dejar los recelos a un lado.
“Había un recelo entre la impartición de justicia y la academia, sin embargo, yo creo que eso tiene que superarse, porque hay muchos asuntos, muchas cuestiones en las que necesitamos de los avances científicos, de las investigaciones que hagan las universidades para tomarlas en consideración y, en un momento dado, reconocer que se llegó a un criterio específico con base en esos estudios”, explicó.
Tiene que haber una simbiosis, una relación muy fuerte entre academia e impartición de justicia, porque una vez que se emite una sentencia, le corresponde a la academia hacer comentarios, críticas, y en eso no hemos avanzado.
Corzo afirmó que su decisión de participar en el proceso electoral judicial no fue improvisada, pues recordó que toda su vida, incluso desde muy pequeño, ha estado estrechamente vinculado al conocimiento de la Constitución y, luego de convertirse en jurista, llegó a trabajar en la Corte, donde conoció de primera mano cuál es el papel del Máximo Tribunal en México.
El 28 de junio de 2023, durante la 11ª Reunión de los Estados Parte de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, Corzo fue reelecto como miembro del Comité para la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (CMW, por sus siglas en inglés) para el periodo 2024-2027, cargo al que está dispuesto a renunciar si gana la elección.

Explicaciones a la ciudadanía
Confió en que las discusiones que ahora se den en el pleno de la Corte deriven en decisiones contundentes, transparentes, que sean explicadas a la ciudadanía de manera clara, con un mecanismo que agilice el desahogo de los casos.
—¿El Poder Judicial y la Suprema Corte deben seguir siendo contrapeso a los otros poderes de la Unión?
—La función de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es la de ser intérprete suprema de la Constitución. Si hay un acto del Ejecutivo que contradiga la Constitución, pues la Corte tiene que analizarlo, y si es el caso, echarlo abajo. Si hay una ley que contradiga el texto de la Constitución y el asunto llega a la Corte, pues tiene que analizarlo y tiene que prevalecer la Constitución.
Entonces, en esa medida, de esas resoluciones apegadas a Derecho, si eso significa que se tiene que, en ocasiones, enmendar la plana a los actos que se están realizando por el Ejecutivo o el Legislativo, eso normalmente lo hace la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así que eso es algo muy importante, o sea que no es propiamente pesos y contrapesos, no es como si fuera una iniciativa de ley.
Por ello consideró que la posición constitucional de la Corte es débil, porque no puede presentar iniciativas de ley ni tiene forma de defender su presupuesto, por lo que en el momento en el que el electorado tiene más poder de decisión en el sistema de justicia, eso le tiene que dar una posición diferente al Poder Judicial.
“Yo creo que ya el Poder Judicial tendría que caminar un poco más fuerte con una posición constitucional más contundente y en el sentido que hasta incluso podríamos pensar en una reforma posterior, una iniciativa para que tenga facultad de iniciativa de ley o incluso posibilidad de que intervenga en las necesidades propias para determinar el presupuesto. Yo creo que eso tiene que venir y en esa parte sí ya empezaríamos a ver un un poco de pesos y contrapesos”, precisó.