desplazamiento forzado

El drama de los niños y adolescentes desplazados: "Solo me dijeron que nos íbamos"

El libro “Solo me dijeron que nos íbamos. Niñez y adolescencia desplazadas en el Norte de México” documenta el el desplazamiento forzado derivado de la militarización, enfrentamientos armados, extorsiones y secuestros, la llevó a voltear la mirada hacia las infancias.
miércoles, 1 de octubre de 2025 · 19:04

MONTERREY, N.L., (apro).- De la noche a la mañana, niñas, niños y adolescentes se ven obligados a abandonar su hogar debido al embate de la violencia, lo que deja en ellos un impacto importante que es ignorado por el Estado y que se magnifica con la segregación social.

El libro “Solo me dijeron que nos íbamos. Niñez y adolescencia desplazadas en el Norte de México”, publicado por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS-Noreste) refleja la urgente necesidad de políticas públicas enfocadas a atender la migración forzada y sus afectaciones en menores, entre ellas, la aprobación de una ley general contra el desplazamiento forzado que permanece sin ser dictaminada por el Senado.

“(La migración forzada) se quedó en el reconocimiento, es decir, no se ha emprendido nada, ni de prevención, ni de atención, ni de restitución; tampoco de reparación, digamos, para las personas. Tenemos una ley general que fue impulsada, fue aprobada por el Parlamento (Cámara de Diputados), no obstante, el Senado dejó esta ley general sin terminar de aprobarla, entonces eso está congelado” detalló Séverine Durin, profesora investigadora del CIESAS.

La investigación que dio pie al libro fue coordinada por la antropóloga Durin, con estudios de caso en el Noreste, Chihuahua y Sinaloa; colaboraron Rafael Ortega en Chihuahua; Jessica Juárez en Coahuila y Sibely Cañedo en Sinaloa. La publicación fue presentada el 18 de septiembre en la sede del CIESAS Noreste.

La edición aborda la situación de menores nacionales y extranjeros que ahora radican en dichos estados, alejando la mirada de los adultos y centrándose en la óptica de quienes en su momento no recibieron una explicación de qué era lo que sucedía y por qué debían cambiar su vida abruptamente.

“Ante la imposibilidad que ellos (los padres) sentían de saber qué decirles, cómo decirles lo que estaba pasando, inventan algo en su idea de protegerles, pero que tampoco van a poder entender lo que está ocurriendo. Y esto es un poco la idea, la trama importante”, señala la antropóloga Durin en entrevista con Proceso.

“Por una parte, las personas adultas, y ahí me voy a incluir, nos cuesta trabajo entender que niñas y niños sí son parte de esta sociedad, sí entienden, sí requerimos, digamos, explicar y dialogar con ellas y ellos acerca de lo que ocurre y que ellos mismos tienen capacidad también de actuar ante las circunstancias”,

“Sólo me dijeron que nos íbamos”

El trabajo de campo realizado a lo largo de los años por Durin, quien ha documentado el desplazamiento forzado derivado de la militarización, enfrentamientos armados, extorsiones y secuestros, la llevó a voltear la mirada hacia las infancias, de quienes en menor medida se ha mostrado su afectación.

Gracias a ello pudo acercarse a las familias y esta vez abordar su enfoque a las personas menores de edad en Chihuahua, replicándolo en Coahuila y Sinaloa.

 “Desplegamos una metodología amplia, siempre fundamentada en la importancia de la participación y la participación voluntaria de niñas, niños y adolescentes y procurando también tener esa visión norteña, con distintos escenarios, distintas clases sociales, distintos orígenes, eso es lo que procuramos”.

“Sólo me dijeron que nos íbamos” es la cita textual del testimonio de un joven, que retrata la fuga repentina de las familias cuyos padres no tuvieron las palabras o conocimientos para explicar a sus hijos los motivos por los que dejaban la vida que tenían y, en algunos casos, les contaban historias falsas para aminorar su pena.

“Un testimonio, en este caso de un niño hondureño y que los padres, por ejemplo, habían dicho, teniendo que irse ese día, luego del secuestro del padre, de su liberación, ‘nos vamos a Estados Unidos, nos vamos a ir a Disney’”, recordó la investigadora.

Fue un importante trabajo deconstruir ese adulto centrismo, dijo, en el que se considera a las infancias como seres que no pueden entender qué es lo que está pasando y se les priva de explicaciones y capacidad de decisión.

“El libro lo que busca es, por una parte, mostrar, sí, las afectaciones que hay ante, desde casos de reclutamientos forzados, de lo que escapan los chavos, las afectaciones psicosociales que hay para niñez y adolescencia, las rupturas, los duelos; todo lo que dejas atrás cuando te tienes que ir de manera tan repentina. Y que justifican también la importancia de actuar, de buscar protegerles, que es la visión muy de las personas adultas que mostramos”, explicó.

La investigación se centra además en resaltar su importancia como personas que pertenecen a la sociedad, que se ven afectadas ante las circunstancias y los significados que le atribuyen los menores.

La antropóloga comentó que entre los testimonios impactantes plasmados en el manuscrito aparece el de jovencitas de Chihuahua cuyo hermano y primo fueron reclutados por la fuerza por el crimen en la sierra, y que lograron escapar para luego volver a ser capturados y esta vez asesinados.

Ante la amenaza a toda la familia en pleno funeral tuvieron que huir a la ciudad, en donde vivieron racismo y discriminación, al grado de que dejaron la escuela.

“A ellas les gustaba la escuela en la sierra, pero ya en la ciudad, pues los malos tratos, la discriminación, agarrarles el cabello, decirles indias, (terminaron) desescolarizadas. Y una chica de 13 años se vuelve cuidadora de los hermanos chiquitos, los lleva a la escuela, los recoge de la escuela, pero ella está siendo privada de lo que era su vida allá y también la posibilidad de escolarizarse, de educarse”.

Una ley pendiente

En México existe un problema serio desde la federación, explicó Durin, porque no se ha aprobado la ley general que brinde una atención integral al tema.

Pero la investigadora resalta que en 2017 se modificó la Ley General de Víctimas para reconocer a las personas desplazadas, lo que significa que las comisiones de atención a víctimas estatales y nacional tienen la facultad de atenderles, sin que de momento se requiera forzosamente que haya otra ley para trabajar con estas infancias y adolescencias que requieren de tanta atención.

“Y yo creo que podríamos recuperar esta experiencia de la atención con enfoque psicosocial con grupos para personas adultas, pero también para niñas y niños y adolescentes desplazados en las comisiones de víctimas. Están facultadas para hacerlo”.

En el caso de Nuevo León, la investigadora ha encontrado voluntad y trabajo por parte del Sistema Estatal de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), del que forma parte y con el que trazó las condiciones de niñas refugiadas, retornadas y desplazadas que asisten a escuelas en la entidad, en donde encontró que la discriminación es común y la ausencia de programas de atención a dicha situación.

“Se tienen que preparar cuando se reciben nuevos estudiantes, cómo los recibieron, los recibimos bien, cómo valoramos, lo que nos aportan. (Dar) el seguimiento psicológico cuando estamos con niños con situaciones tan pesadas, con los traumas a cuestas, con el desplazamiento forzado”, apuntó.

De igual forma se debe atender a la adolescencia, sugirió, pues así como a una mujer no se le retorna al hogar en donde la violentan, un joven que viene huyendo de la violencia y el reclutamiento forzado, debe ser cobijado por protocolos que le aseguren una vida libre de violencia.

Derivado de su trabajo, Durin extendió recomendaciones a la Secretaría de Educación estatal y confía en que las investigaciones publicadas que redunden en protocolos de actuación, que sean implementados por todas las instituciones mexicanas, más allá de los cambios de personas al frente del gobierno.

“Que por favor no se tiren a la basura los trabajos realizados porque estamos cambiando de gobernatura. Esto va a pasar en el 2027, entonces, eso es fundamental, tenemos que pensar de otro modo, no tanto nosotros, la política pública, sino las personas que llegan finalmente a encabezar los gobiernos, que sean transexenales los trabajos”, concluyó.

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