Cultura
Los límites y las dudas sobre el Reglamento Interno de Cultura
Dos abogados especialistas en políticas culturales, Carlos Villaseñor Anaya y Luis Cacho, desmenuzan a petición de Proceso el Reglamento Interno de la Secretaría de Cultura federal, que adelgaza la nueva estructura de la dependencia a cargo de Claudia Curiel de Icaza.A un año del “segundo piso” de la 4T en la era de la presidenta Claudia Sheinbaum y 10 de la Secretaría de Cultura (SC), la dependencia a cargo de Claudia Curiel de Icaza llega con el anuncio de un nuevo Reglamento Interno que, a decir de especialistas, no deja claro el rumbo ante la falta de un Plan Sectorial y un presupuesto 2026, y por otro lado arroja dudas respecto a la política de diplomacia cultural, y nuevas unidades, y una dirección anunciada como “estratégica” pero sin respaldo jurídico.
El recién lanzado reglamento de julio pasado contiene diez capítulos, 27 artículos y un “adelgazamiento” de su estructura, pasando de 16 a 12 unidades administrativas.
Entre los puntos destacados está la incorporación de la Unidad de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad (Ucuvi), la eliminación de la Dirección General de Asuntos Internacionales que causó polémica en el gremio, aunque a decir de la SC se “eficienta” al integrarse a la Dirección General de Vinculación Cultural, y la nula mención de la Dirección General de Formación y Gestión Cultural, aunque a decir de Curiel de Icaza se trate de una unidad estratégica.
Otras dependencias cambian sus nombres, como Comunicación Social, que ahora se ubica como Difusión Cultural; la anterior Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas que pasa a ser Dirección General Técnica y de Investigación de las Culturas Populares -a cargo de la Ucuvi-; y la nueva Dirección General de Circuitos y Festivales que sustituye a la Dirección General de Promoción y Festivales Culturales...
Tras añadidos y cambios, en total quedan 12 unidades administrativas:
Subsecretaría de Desarrollo Cultural; Unidades de Administración y Finanzas; de Asuntos Jurídicos; de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad; y las direcciones generales de Bibliotecas; de Sistema de Apoyos a la Creación de Proyectos Culturales, de Circuitos y Festivales; de Acción Territorial y Promoción Comunitaria; de Vinculación Cultural; de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural; Técnica y de Investigación de las Culturas Populares; y de Difusión Cultural.
Más sus cinco órganos desconcentrados: Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Instituto Nacional de Estudios de las Revoluciones en México (INEHRM), Instituto Nacional de Derechos de Autor (INDE), y Radio Educación.
Sobre los movimientos, el abogado y promotor cultural especializado en políticas culturales, Carlos Villaseñor Anaya, relató que en los últimos 10 años desde la conformación de la SC han ocurrido variaciones presupuestales: el destino de recursos a proyectos como Chapultepec: Naturaleza y Cultura, el Tren Maya, y recientemente el Reglamento Interno, sobre lo cual afirmó:
“Me parece que estamos todavía ante un momento de conformación de la Secretaría de Cultura, de sus objetivos, estructuras. Operó durante nueve años, de 2016 a la fecha, con una estructura similar a la que tenía el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), lo que determinó muchos de los alcances de la SC; en ese orden de ideas me parece que esta podría ser la propuesta de reordenación del sentido y funciones de cultura más alineada a una visión de la 4T, heredada de un desarrollo cultural del siglo XX.
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Fragmento del texto publicado en la edición 27 de la revista Proceso, correspondiente a septiembre de 2025, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.