Cultura
A 55 años: La Gráfica del 68
“Sin querer queriendo”, Julio César Schara fue resguardando del tiempo lo que hoy son amplias colecciones con las que sueña hacer un museo de arte en su casa de San Juan del Río, Querétaro. Catedrático e investigador de la UAQ, muestra públicamente aquí por vez primera su acervo gráfico.Ciudad de México (Proceso).-- Mi colección de Gráfica del 68 se inicia cuando Olivia Revueltas y yo fundamos la compañía de Teatro Latinoamericano y pusimos en escena la obra de mi autoría: TAMUSTLA! (fuera de aquí, en náhuatl), que trata de los crímenes de la guerra de Vietnam y del informe del filósofo Betrand Russell. Para la producción del vestuario, escenografía y producción recurrimos al taller de Arte Otro, de la generación del 65 de la Academia de San Carlos (Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM).
Estaba integrado por Eduardo Garduño, Melecio Galván, HERZÚA, César Martínez, Saúl Martínez, Sebastián, Manuel Suasnavar y Crispín Valladares, entre otros.
La obra se estrenó en el auditorio del Instituto Politécnico Nacional y estuvo itinerante por varios estados del país. Giras en las cuales también nos acompañaron algunos miembros de Arte Otro.
Asistíamos también al taller del maestro Vlady, quien con su gran liderazgo y talentos supo crear una corriente importante del informalismo pictórico del país. Paralelamente, el maestro Luis Pérez Flores y un servidor traducíamos manifiestos de libros sobre el arte cinético y virtual (muy boyante en el arte francés desde mediados del siglo pasado).
Varios de los carteles de la colección del 68 llevan la impronta de la movilidad virtual, así como dos xilografías de dibujo informalista que formaban parte de los ejercicios pictóricos de la Academia de San Carlos por aquellos días.
Mi relación con los miembros de Arte Otro me permitió acercarme a la Academia de San Carlos, y durante el movimiento estudiantil del 68 me uní a sus brigadistas volanteando, haciendo mítines exprés en autobuses y plazas, y pegando carteles. Cuando quedaban algunas de estas imágenes, las guardaba, y así, poco a poco, se fue formando el acervo. Esta colección de los grabados del 68 forma parte de este testimonio lamentable de la historia política del país y sus nefastas consecuencias. Está compuesta con los grabados y panfletos que se producían en la imprenta de San Carlos, la cual fue destruida por los militares, y que fui guardando para mi sueño no cumplido de crear un museo de arte.
Adelanto del reportaje que se publica en la cuarta edición mensual de Proceso. Suscríbete en este enlace o adquiere la edición digital aquí.