Covid 19

Covid-19: Los pecados de López-Gatell que la Fiscalía debe investigar

Un juez ordenó que la FGR investigue si Hugo López-Gatell cometió negligencia, falsos informes y ocultó información durante la pandemia por covid-19. La especialista Laurie Ann Ximénez-Fyvie señala una serie de yerros del funcionario que, dice, la autoridad puede tomar en cuenta en su proceso.
sábado, 10 de junio de 2023 · 11:14

De acuerdo con el Inegi a septiembre del año pasado se sumaron 793 mil fallecimientos, cuyos casos están relacionados con la pandemia por covid-19. Gran parte de esas vidas podrían haberse salvado si el gobierno hubiera enfrentado mejor la emergencia sanitaria, asegura la jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la Facultad de Odontología de la UNAM, Laurie Ann Ximénez-Fyvie. En el contexto de que un juez ordenó que la FGR investigue al subsecretario Hugo López-Gatell, acusado por presunta negligencia, falsos informes y el ocultamiento de información, la también especialista en microbiología señala una serie de yerros del funcionario federal, que –dice– la autoridad puede tomar en cuenta en su proceso.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Después de que en marzo último la Fiscalía General de la República (FGR) determinó no proceder penalmente contra el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell Ramírez, el 10 de mayo pasado el juez Arturo Medel Casquera revocó la determinación y ordenó que se siga la investigación para establecer si el funcionario federal cometió negligencia, falsos informes y ocultó información durante la pandemia causada por covid-19.

Doctora en Ciencias Médicas, con especialización en Microbiología por la Universidad de Harvard y jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la Facultad de Odontología de la UNAM, Laurie Ann Ximénez-Fyvie explica lo que a su parecer fueron errores del funcionario federal que costaron vidas en el contexto de la emergencia sanitaria que recién concluyó: “No implementó estrategias de contención, no vigiló las fronteras, no envió mensajes adecuados e instruyó inadecuadamente a la población con el uso de cubrebocas, se fue demasiado tarde a los hospitales, no vacunó temprano a todo el sector de la salud, no aplicó vacunas a toda la  población…

Todo esto llevó, denuncia, “a muchísima más gente a morir y esto se llama negligencia, algunos la llaman negligencia criminal, por lo cual el señor debería de rendir cuentas, fincarle la responsabilidad que tenga por la muerte de centenas de miles de personas en este país durante la pandemia”.

A decir de Ximénez-Fyvie, lo que López Gatell hizo fue “encabezar una de las más mortales estrategias para enfrentar la crisis de la pandemia a escala mundial porque México tiene algunos de los peores indicadores sobre los resultados de la pandemia, que, aunque no se limiten sólo a eso, incluyen muertes en exceso.

“Somos el país, después de Perú, que tiene el mayor número de muertes durante la pandemia. Hay mucha gente que murió, no por covid-19, pero sí por la estrategia que se empleó para afrontar la crisis”.

Autora de los libros “Un daño irreparable” y “Las vidas que no contaron”, Laurie Ann asegura que están subestimadas las cifras del gobierno sobre las muertes causadas por la pandemia. Explica el porqué: “Hay gente que murió porque se pospusieron sus tratamientos, cirugías y un sinnúmero de cosas. Muchos pacientes no fueron atendidos en tiempo y forma y por ello murieron. Entonces, no son sólo los que fallecieron por covid-19, sino también todas estas personas que perdieron la vida por consecuencia de la manera como se atendió la emergencia sanitaria”.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hasta septiembre del año pasado había alrededor de 793 mil personas fallecidas, cuyos casos están relacionados con la pandemia, aunque el Instituto Nacional de Salud Pública refiere la cifra en 770 mil hasta diciembre del año pasado.

–¿Qué debió implementarse, doctora?

–Fueron omisos en los mensajes que se dieron a la población. Al inicio, durante mucho tiempo, se le hizo creer a la población que los asintomáticos no transmitían la enfermedad, y que no era necesario el uso de cubrebocas. No se dio información sobre atención temprana y diagnóstico oportuno de la enfermedad, lo cual hubiera salvado muchísimas vidas.

Explica que un artículo publicado en Estados Unidos se señala que a principios de 2021 México pudo prevenir cerca de 300 mil muertes, de no haber sido por “la pésima comunicación” que se dio a la población.

“Partiendo de varios puntos centrales, como el uso de medidas preventivas, todo el tiempo decían que con el lavado de manos era suficiente, cuando sabíamos que era una enfermedad que se transmitía a través del aire, tendríamos que haber implementado el uso del cubrebocas de manera mucho más temprana y enérgica para evitar contagios, pero no se hizo. Tampoco se hizo el número suficiente de pruebas en la población para detectar a toda la gente infectada que transmitía el virus”.

Debido a que el gobierno nunca quiso invertir para tener diagnósticos certeros y amplios de la gente que estaba contagiándose –continúa– esto llevó a muchos más contagios de los que hubieran ocurrido de haberse tenido más cuidado en hacer un mayor número de pruebas para poder diagnosticar oportunamente los casos.

Catedrática en los niveles de especialidad, maestría y doctorado de la materia de Microbiología en la UNAM, Laurie Ann denuncia otro yerro: le dijeron a población que se quedará en casa a menos que les faltará la respiración. Con ello cuidaron muy bien las camas, que era el indicador que querían cuidar, pero llevó a muchísima gente a morir.

 “Sabíamos muy bien que el covid-19 podría tratarse de forma relativamente exitosa si se detectaba de manera temprana y se implementarán tratamientos de manera oportuna. En lugar de ello la gente iba tan enferma al hospital que llegaba sólo a morir y desocupaba rápidamente las camas, pero las desocupaban no porque estuviesen mejorando, sino porque morían rápidamente”.

Se hizo pura mitigación y se permitió con ello que la gente infectara de manera masiva. Está infección masiva que el gobierno no solo permitió, sino que hasta incluso podemos asumir que la causó al promover el no uso de cubre bocas. Esto provocó muchas más infecciones y muertes de las ocurridas.

Insiste, sí se excluye a unos pocos países del este de Europa, que son los que actualmente reportan mayor índice de mortalidad, después de esos países, Perú es el que tiene mayor exceso de mortalidad y después México.

Los casos de orfandad son otro indicador de que la pandemia fue mal enfrentada por las autoridades federales, considera la especialista.

México, después de la India, es el país con mayor número de niños sin padre y madre por la pandemia. A finales del año pasado había unos 250 mil casos relacionados con la emergencia sanitaria.

Sin embargo, el gobierno ya no reporta cifras de exceso de mortalidad, orfandad ni de personal de salud fallecidas por covid-19; tampoco de la cobertura de vacunación.

Fallas en vacunación

El subsecretario López-Gatell fue denunciado por el abogado Javier Coello Trejo, quien lo responsabilizó de “homicidio por negligencia” al causar la muerte de miles de personas durante la pandemia, específicamente del señor Felipe, padre de una de sus empleadas.

–¿Tomando todas estas consideraciones, sería muy probable que el juez tenga todos los elementos para llegar a sancionar a López Gatell?

–No es mi campo; no sé cómo se esté dando el proceso legal, pero si esto lleva su cause, y realmente se puede fincar una responsabilidad, esto lleva un precedente para que se pueda sancionar por las centenas de miles de casos que ocurrieron en este país.

“De entrada, es algo positivo que un juez haya dicho que se le va a dar seguimiento al proceso judicial para llevar a López-Gatell a la rendición de cuentas.

“Desde el punto de vista médico allí están todas las causas, y no he dicho qué México tiene una de las peores campañas de vacunación contra covid-19 en el mundo. En un inicio no se le dio vacunación prioritaria a todo el sector médico, a los profesionales de la salud independiente de su estatus, como se hizo en otras partes del mundo.

“Aquí se hizo algo muy restringido y muchos médicos no fueron considerados, sólo los de la primera línea, aunque esa primera línea realmente era muy ficticia”.

La especialista detalló que sólo vacunaron a los médicos en hospitales públicos que estuvieran atendiendo directamente casos de covid-19. “Sin embargo, hay muchísimos médicos, odontólogos, enfermeras, camilleros, paramédicos, conductores de ambulancia, médicos de farmacias… Todos ellos eran la primera línea porque los pacientes no iban a los hospitales porque el gobierno les instruyó que no fueran. Todos ellos eran de primera línea, pero no recibieron la vacuna porque no fueron considerados así.

“Esto llevo a otro indicador en el que México tiene el mayor número de profesionales de la salud muertos por covid-19, por no darles vacunación prioritaria. Según las últimas cifras que se tienen de noviembre del año pasado en algún momento estuvimos en el lugar número 1 de profesionales de la salud muertos por covid-19”.

En México desde hace décadas se tienen redes de vacunación eficaces, para hacer la vacunación muy amplia incluso en poblados pequeñitos y muy alejados, dice Ximénez-Fyvie. “Lo que el gobierno hizo fue entorpecer esa eficiencia centralizando las vacunas, y no se le dio ninguna libertad a los estados para realizar sus campañas de vacunación, como estaban acostumbrados. La brigada Correcaminos –operada por la Sedena– llegó a cuentagotas y según la distribución que le pareció a la federación”.

Así, explica, mientras todos los países o la mayoría de los países de Latinoamérica reportan campañas de vacunación por arriba de 80%, México se quedó en 64% de cobertura. “Y ya no hay vacunas en este país más que la Abdala, de origen cubano. Y nunca se han vacunado a los menores de edad entre seis meses y cuatro años. No se tienen refuerzos porque no hay vacunas bivalentes y los adultos mayores recibieron su último refuerzo hace mucho tiempo.

La Abdala está autorizada en México, Vietnam, Nicaragua y en Cuba, pero no por la Organización Mundial de la Salud, por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) ni por la organización civil EMA (Entidad Mexicana de Acreditación) porque no es una reconocida por ninguna entidad regulatoria internacional.

–¿Doctora, en otros países se vacuna a los menores de edad?

–Totalmente. Desde los seis meses en adelante se han hecho esquemas de vacunación completa y refuerzos ahora bivalentes para toda la población, pero no en México, donde ningún menor de edad recibió refuerzo y la población entre seis meses y cuatro años no recibió jamás una sola vacuna. Porque ahí si no pueden aplicarles la vacuna cubana porque tendría que ser por fuerza la vacuna pediátrica Pfizer.

El gobierno en México no ha querido invertir en investigación, expone la doctora. “Al inicio querían centralizar las pruebas, pero en el verano de 2020 la cloaca se destapó; el gobierno no ofrecía la suficiente y amplia disponibilidad de pruebas gratuitas, y los laboratorios empezaron a realizarlas de manera particular y en farmacias empezaron a hacer pruebas de antígenos a bajo costo. El asunto es que esas pruebas no necesariamente se reportaban al sector salud y siempre tuvimos un subconteo.

–¿Es criminal que estén empleando la vacuna cubana sin que esta sea aprobada por la OMS?

–Lo que es criminal es que no se estén usando las vacunas adecuadas; dejemos el hecho de que la vacuna Abdala esté aprobada o no. Es una vacuna monovalente de primera generación, y en la actualidad, en Estados Unidos, Europa y en Asia, ya se retiraron del mercado porque el virus que circula no es el virus que circulaba en 2020, cuando fue hecha esta vacuna.

“El virus evolucionó notoriamente, de tal manera que ahorita las únicas vacunas que están aprobadas en el resto del mundo son las llamadas bivalentes, Qué son de segunda generación”.

Expone que posiblemente en septiembre u octubre entrarán vacunas de tercera generación, que van a ser las monovalentes, pero van a estar hechas contra la variante XBB de Ómicron, qué es el virus que actualmente circula más abundantemente en el planeta.

“Entonces, la Abdala y la vacuna mexicana Patria son de primera generación, monovalentes, cuando el virus que circuló en 2020 ya evolucionó y cambió. Además, Patria no podría ser administrada a menores de edad, sólo a mayores de 18 años. ¿Por qué aplican la Abdala si necesitamos vacunas fabricadas contra los virus que circulan actualmente?

“Sólo 64% de la población mexicana tiene un esquema completo de vacunación contra covid-19, entonces, casi 40% de la población mexicana, incluyendo menores de edad, no se pueden vacunar con Patria porque es sólo para refuerzos, no para dosis iniciales. Entonces, pues si, se cuelgan del discurso demagógico al decir que es una vacuna maravillosa que va a solucionar todo”.

–¿López–Gatell contaba con las credenciales necesarias para ocupar la subsecretaría?

–Hice énfasis en que tiene las credenciales y, por ende, él sabía bien qué hacer, él decidió no hacerlo. No es que no supiera o no tuviera la preparación para no saber qué hacer, pero en lugar de actuar correctamente se fue por apoyar la austeridad republicana que el presidente Andrés Manuel López Obrador pregona, y se convirtió en un político y no en un científico. Dejó morir a cerca de 800 mil personas en este país. Definitivamente López-Gatell es un político disfrazado de médico y de científico.

–¿El presidente Andrés Manuel también es responsable, como cuando dijo que contra el virus se protegía con imágenes religiosas y llamó a no usar cubrebocas?

–Desde luego, y también Claudia Sheinbaum porque ella encabezó en la Ciudad de México la estrategia más mortal que se instituyó en cualquier ciudad del mundo. Entonces sí, también tiene responsabilidad, como lo tiene su secretaria de salud, Oliva López Arellano.

“Hay muchas culpas que distribuir, pero realmente quien diseñó, implementó y encabezó la estrategia general a escala nacional fue López-Gatell. Hago énfasis en la responsabilidad que él carga, pero esto no exime al resto”. 

Reportaje publicado el 4 de junio en la edición 2431 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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