Debido a que Morena lleva meses en la ambigüedad sobre el proceso interno para elegir a su candidato presidencial de 2024, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, se adelantó a sus opositores y activó los engranes de su estrategia para conseguir la nominación, pese al riesgo de ruptura con la cúpula de su partido –Mario Delgado, dirigente nacional y antes aliado, le ha dado la espalda–. El plan del exjefe de Gobierno pasa por su salida de la Cancillería y los primeros pasos ya los dio Martha Delgado Peralta, quien el martes 2 dimitió a la dependencia para irse de avanzada a la campaña.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).–Ignorado por la dirigencia nacional de Morena y apartado de la maquinaria electoral del partido, el canciller, Marcelo Ebrard Casaubon, se adelantó y dio un paso decisivo en su carrera política hacia la encuesta que definirá la candidatura del partido en las elecciones presidenciales de 2024.

La nueva estrategia pasa por su salida de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) –junto con su equipo–, para destinar todos sus esfuerzos en la promoción de su figura. El plan se activó el martes 2 con la renuncia de Martha Delgado Peralta a la Subsecretaría de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos. Incondicional de Ebrard desde 2004, Delgado se dedicará al “100 por ciento” a la campaña del canciller; otros altos funcionarios de la Cancillería “pronto” harán lo mismo.

“Algunos de sus compañeras y compañeros la seguirán en los próximos días”, comentó Ebrard. Su equipo cercano confió a Proceso que Delgado “se va de avanzada”, con la idea de que “vamos con todo y a ganar”.

Con este movimiento Ebrard hace caso omiso a los llamados de la dirigencia de Morena y de su principal rival, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, a que los aspirantes presidenciales permanezcan quietos hasta que pasen las elecciones del Estado de México y Coahuila, el próximo 4 de junio.

El canciller ha rechazado este plazo y denunció que Morena lleva cinco meses manteniendo una ambigüedad respecto de las condiciones de la encuesta, incluyendo lo más básico: la fecha en que se realizará. Por ello Ebrard tomó la iniciativa de adelantarse, con todo y el riesgo de ruptura con la cúpula del partido que acarrea.

El político explicó que terminó de convencerse durante el mensaje que el presidente Andrés Manuel López Obrador dio el 28 de abril último, durante una reunión a puerta cerrada con los legisladores del bloque oficialista y los cuatro principales aspirantes a la candidatura presidencial –sus “corcholatas”–: Ebrard, Sheinbaum, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y el senador Ricardo Monreal. Ahí, el mandatario urgió los militantes a mantener la unidad del partido, y les prometió que habrá imparcialidad en el proceso de designación de su sucesor.

Ebrard entendió que el mandatario les dio luz verde para que “cada quien tome sus decisiones”, dado que la contienda entró en una “etapa distinta”, en la cual, “quienes ya deseen participar de manera plena en el proceso tendrán que irse separando de sus cargos”. Acto seguido, aclaró que no anunciará por “ahorita” la fecha de su renuncia a la Cancillería, pues pretende “primero hablar con Morena”.

Al igual que Sheinbaum, Ebrard lleva más de un año alternando sus labores como servidor público y actos de proselitismo en todo el país, con el afán de aglomerar aliados clave alrededor de sus aspiraciones políticas. En ese tenor ha sostenido reuniones con sectores empresariales, con la comunidad mexicana en Estados Unidos y, más recientemente, con liderazgos de Morena en gobiernos estatales y municipales. Además ha tenido una intensa actividad en redes sociales.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2427 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.