UNAM

Selección de esgrima de la UNAM: Una denuncia por acoso se esfuma con la renuncia del entrenador

Jóvenes del representativo de esgrima de la UNAM denunciaron por acoso sexual a su entrenador, Andrés M. Las autoridades universitarias tomaron cartas en el asunto, pero la investigación se suspendió porque renunció el señalado.
sábado, 21 de enero de 2023 · 11:03

Jóvenes del representativo de esgrima de la UNAM denunciaron por acoso sexual a su entrenador, Andrés M. Las autoridades universitarias tomaron cartas en el asunto, pero la investigación se suspendió porque renunció el señalado, quien también es profesor de biogeografía en la Facultad de Ciencias. Los esgrimistas viven en la incertidumbre, porque temen que el entrenador regrese; no ha habido comunicación oficial al respecto. Este semanario logró hablar con Andrés M., quien se dice sorprendido por el caso.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Los integrantes de la selección de esgrima de la UNAM interpusieron una denuncia colectiva por acoso sexual contra su entrenador, “Andrés M”. Pero el proceso ante las autoridades universitarias fue interrumpido debido a que el señalado renunció, alegando problemas de salud.

El caso, integrado por seis testimonios, era tratado por la Defensoría de los Derechos Universitarios y Atención de Violencia de Género, en agosto último, pero como el entrenador se fue, la autoridad de la UNAM ya no alcanzó a entrevistar a los alumnos afectados.

Uno de los denunciantes relató a este semanario la agresión que sufrió de su entrenador en una concentración. “Cuando llegó la hora de irnos a dormir empecé a sentir cómo él se acercaba a mí por debajo de las sábanas; me quedé paralizado porque no sabía qué iba a pasar…”.

Los integrantes de la selección de esgrima supieron de la renuncia de su entrenador cuando éste envió un mensaje vía WhatsApp al chat del equipo: “Mis problemas de salud se han complicado y me temo que, por recomendación médica, no me queda de otra que presentar mi renuncia y atenderme”, se lee.

Sin embargo, en los cuatro años que Andrés M. estuvo al frente del equipo, de 2019 a 2022, nunca enfermó o mostró problemas importantes de salud; por ello los esgrimistas afirman que se trata de una acción premeditada para no enfrentar la denuncia en su contra, interpuesta ante las autoridades universitarias.

A causa de la dimisión, la Defensoría Universitaria explicó a los jóvenes que ya no era posible continuar la investigación, pero, de acuerdo con los denunciantes, a cada uno de ellos la autoridad de la UNAM les expuso que podrían reabrir el caso de manera individual, pero los afectados ya no lo hicieron por temor a repercusiones. Aclararon que la Defensoría de la UNAM les otorgó acompañamiento psicológico y legal, en caso de que alguno decidiera recurrir al Ministerio Público.

No obstante el acompañamiento, la UNAM no emitió algún comunicado sobre la renuncia de Andrés M., o que haya sido suspendido de sus labores docentes porque, de acuerdo con el directorio de la Facultad de Ciencias, está registrado como profesor de biogeografía I. Los alumnos entrevistados dijeron que el entrenador también ha dado clases en la Preparatoria 1 Gabino Barrera.

Dos de los esgrimistas denunciantes relataron sus casos a Proceso; aseguran que el ambiente se tornó incómodo y difícil para ellos en la Sala de Armas, donde suelen entrenar cuatro horas diarias de lunes a viernes.

La edad de los integrantes del representativo va de 16 a 24 años. De acuerdo con los jóvenes, Andrés M. acecha en su mayoría a los hombres; y a las mujeres las acosa psicológicamente vía comentarios sobre su peso y aspecto físico.

Los chicos explican que el entrenador siempre buscó acercarse a los alumnos más serios, los que no tenían muchos amigos en común y que probablemente no compartirían lo ocurrido con nadie.

En los entrenamientos colectivos siempre se mostró como una persona alegre y amigable que buscaba la unión del grupo. Sin embargo, cuando se encontraba a solas con algún esgrimista, su trato cambiaba radicalmente.

Agresiones

El esgrimista 1 –así se le identificará para proteger su identidad – llegó al equipo desde que cursaba el último semestre de preparatoria; aún era menor de edad. En 2019 conoció al entrenador con el cual llegó a tener mucha confianza, e incluso amistad. Al cumplir 18 años comenzó a sentir incomodidad por las acciones de su entrenador.

“Empezó a tratar de ganar más confianza conmigo; comenzó a tocarme la mano y la cintura. Me mandaba fotos de ropa interior y de tangas que sólo cubren el pene, diciendo que, si yo quería, él podría comprarme algunas prendas así. Siempre me decía ‘no, pues es que todas las personas somos un poco bisexuales’, tratando de convencerme porque él sabía que yo soy heterosexual”.

A finales de 2019 el equipo acudió a competir a Monterrey y, debido a cuestiones de planeación, el entrenador, el esgrimista 1 y dos compañeras arribaron un día antes al hotel donde se concentrarían para la competencia; fue entonces que el esgrimista 1 tuvo que compartir habitación y cama con Andrés M.

“Cuando llegó la hora de irnos a dormir empecé a sentir cómo se acercaba a mí por debajo de las sábanas, me quedé paralizado porque no sabía qué iba a pasar. Me abrazó y, como se dio cuenta que yo no hice nada, pues se regresó a su lugar. Fue bastante incómodo y muy impactante para mí”.

A partir de ese momento el esgrimista 1 comenzó a alejarse del equipo; incluso le escribió un mensaje a su entrenador pidiéndole que parara con los textos inapropiados que enviaba. Con la llegada de la pandemia se suspendieron todas las actividades deportivas y cesó el contacto con el entrenador.

En 2022, con la reapertura de las actividades, el esgrimista 1 probó suerte en otras disciplinas para no regresar a la Sala de Armas, pero el gusto por su deporte lo hizo volver, aunque no con la misma motivación y seguridad.

“Cuando regresé a entrenar, cada vez que se acercaba o pasaba atrás de mí (el entrenador Andres M.), sentía escalofríos, cierta repulsión… No me sentía seguro.”

Cuando los papás del esgrimista 1 supieron sobre el acoso contra su hijo intentaron convencerlo de interponer una acusación ante el Ministerio Público, pero, por decisión propia, al no sentirse cómodo, el joven decidió sólo continuar con la denuncia colectiva, con sus compañeros de equipo.

En el caso de otro denunciante, el esgrimista 2, se repite el modus operandi del entrenador: toqueteos en la cintura a manera de caricias mientras entrenaban; incluso relata que Andrés M. llegó a sentarse varias veces sobre sus piernas sin su permiso y sin ningún tipo de vergüenza.

“Me sentía muy incómodo porque sus acercamientos no eran propiamente de un entrenador; me acariciaba y él lo quería hacer pasar como si fuera un juego, pero después me di cuenta que era acoso sexual.”

Fue en el Selectivo Nacional 2021-2022, celebrado en Yucatán, cuando Andrés M. violentó sexualmente al esgrimista 2. Ambos se encontraban en la habitación del hotel donde el equipo se concentraba para competir.

“Cuando estábamos solos en la habitación del hotel (el entrenador) me subió la playera y empezó a darme besos y caricias, lamia mi vientre… La verdad me incomodó mucho, ni siquiera le pude decir nada, me quedé callado”. Explica que el entrenador, al ver que el joven ni se inmutó ante su toque, dejó de hacerlo, se alejó y posteriormente nunca hablaron al respecto.

Todos los alumnos violentados decidieron hablar a propuesta de uno de sus compañeros, que, aunque él no fue acosado, se dio cuenta de varias acciones inapropiadas del entrenador, fue así cuando en una reunión todos los esgrimistas comenzaron a relatar sus testimonios y decidieron levantar la voz y denunciar ante la Defensoría Universitaria.

Silencio

Proceso buscó al entrenador y profesor Andrés M., quien, sorprendido, aseguró no tener idea de que sus exalumnos lo denunciaron, pues nunca recibió una notificación formal de la UNAM, desmintiendo que la Defensoría Universitaria lo hubiera contactado.

Dijo que sólo conocía rumores de esgrimistas, pero nunca se acercó alguien para hablar con él o reclamarle algo. Antes de rechazar hablar más para esta publicación, insistió en que no sabe a detalle quién ni de qué se le acusa.

Esta reportera también buscó entrevistar a las autoridades de la Defensoría Universitaria, para conocer el estatus de la investigación de los jóvenes; no obstante fue rechazada la solicitud, alegando que dicha información sólo se brinda a los involucrados.

Los esgrimistas y sus familias concuerdan en que decidieron hablar al respecto porque es injusto que el entrenador continúe ejerciendo la docencia o entrenando esgrima, cuando en la denuncia se encuentran alumnos menores de edad, también con relatos graves sobre violencia sexual. Sin embargo, estos últimos jóvenes aún no se sienten listos para hablar abiertamente, de acuerdo con sus compañeros.

“Decidí unirme a la denuncia colectiva porque esto es importante. Pese a todo, tal vez a mí no me pasó algo tan grave, pero algunas personas que contaron sus testimonios sabemos que sí la pasaron muy mal, y considero que todas las acciones merecen un castigo, y él (Andrés M.) no ha tenido un castigo.”

Por ahora los jóvenes de esgrima cuentan con un entrenador provisional, pero aún no saben si Andrés M. regresará. 

Reportaje publicado el 15 de enero en la edición 2411 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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