CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– “A través de la fotografía aprendí a entender el mundo más allá de mis dificultades”, dice el fotógrafo mexicano Iván Macías.

Originario del Estado de México, Macías ha conquistado más de 20 premios internacionales –entre ellos, el segundo lugar en Retrato Individual del World Press Photo 2021– gracias a una mirada que destila una sensibilidad casi dolorosa ante lo cotidiano.

Todo comenzó en 2016 como un simple pasatiempo, mucho antes de que él supiera que era autista. La pandemia, paradójicamente, fue su catarsis: mientras el mundo se ahogaba en la ausencia de los otros, él descubrió que siempre había habitado un planeta distinto. El diagnóstico llegó después y, de pronto, todo encajó: la cámara no era sólo un hobby, era su traductor, su refugio, su forma de tocar el mundo sin quemarse.

Después de recibir su diagnóstico tomó sentido que la fotografía fuera un sinónimo de escape, a través de la cámara podía realizar actividades que normalmente se le dificultaban, por ejemplo asistir a conciertos, donde el exceso de estímulos –el ruido, las luces y la multitud– suelen sobrepasar a una persona con autismo.

La facilidad de concentrarse en una sola actividad hasta concretarla le ha permitido experimentar con diversos géneros fotográficos como el paisaje, el retrato, lo arquitectónico y lo aéreo, hasta encontrar su verdadera pasión: la fotografía documental.

Me gustan mucho los proyectos que le dan voz a una persona, que ayudan a dar a conocer un hecho, que pueden generar cierta emoción dentro de ti -dice a Proceso este fotógrafo de 38 años. 

A su vez, comenta, la neurodivergencia le ha ayudado a conectar de una manera más cercana con las historias de quienes retrata en cada disparo, aun cuando entender la emocionalidad humana ha sido un desafío para él.

Pese a que cada vez se vuelven más visibles las neurodivergencias en la sociedad, Iván considera que todavía existe un estigma ante las personas que tienen esta condición, lo que se hace visible en la falta de oportunidades en diversos entornos. 

En México cerca de 15% de la población tiene una condición neurodivergente – entre ellas el autismo, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y la dislexia –, de acuerdo con la organización especializada en neurodivergencias Xtraordinary People.

Esta problemática ha llevado a Iván Macías a iniciar algunos proyectos para visibilizar la neurodivergencia. Sólo el año pasado se realizó la primera edición del festival “Vive el Autismo”, en colaboración con el Grupo de Atención Multidisciplinaria para el Autismo (GAMA).

A partir del éxito del evento fue que vio la luz su más reciente iniciativa: la creación de una exposición fotográfica titulada “Mirar desde dentro: Autismo y Fotografía”.

Albergada en el Museo Archivo de la Fotografía, en el corazón de la Ciudad de México, la muestra reúne 45 piezas que representan el trayecto de Macías en la neurodivergencia, acompañadas de explicaciones científicas sobre cómo el autismo permea en sus fotografías. 

“Esta exposición es un primer paso para entender que es tener autismo (...) ver que no es una limitante social, que no por ser autistas no tenemos la capacidad de entender el mundo (...) sino que sólo lo miramos diferente”, explica Macías. 

Con el objetivo de que el público pueda tener un acercamiento a la neurodivergencia, la exposición estará disponible hasta el 15 de febrero de 2026, en un horario de martes a domingo, de 10 a 17 horas.

En cuanto a planes, el fotodocumentalista está trabajando en un par de libros para entender las neurodivergencias, así como su conexión con la fotografía. También está desarrollando talleres fotográficos para personas neurodivergentes, donde podrán aprender algunas técnicas de este arte para mostrar su perspectiva del mundo.

“En lo que más me ha ayudado la fotografía es en poder generar un entorno social alrededor de mí, en el que yo puedo entender y aprender desde mi neurodivergencia”.