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El de Irán, un régimen que asesina a sus atletas

Futbolistas, escaladores, luchadores, boxeadores, nadadores, alpinistas, ciclistas… la lista de deportistas detenidos, torturados, asesinados y desaparecidos data de los años setenta del siglo pasado con el surgimiento del régimen islámico, cuya persecución de opositores se ha intensificado.
viernes, 20 de enero de 2023 · 18:25

Futbolistas, escaladores, luchadores, boxeadores, nadadores, alpinistas, ciclistas… La lista de deportistas detenidos, torturados, asesinados y desaparecidos data de los setenta del siglo pasado, con el surgimiento del régimen islámico, cuya persecución de opositores se intensificó con las históricas protestas masivas a causa de la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, asesinada por la Policía de la Moral. El modus operandi del régimen del ayatola Alí Jamenei consiste en acusar a los opositores de estar contra Dios, incitar a disturbios o de apoyar a los alborotadores; detenerlos, torturarlos para sacarles confesiones falsas y después sentenciarlos… 

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El karateka kurdo Mohammad Mehdi Karami, de 21 años, y el entrenador de niños Seyed Mohammad Hosseini, de 20, fueron colgados la mañana del sábado 7. Fue el castigo que el régimen islámico de Irán les impuso por supuestamente haber matado a un miembro de la fuerza paramilitar Basij, el 3 de noviembre último, durante las protestas que comenzaron en septiembre pasado en ese país, luego del asesinato de la joven kurda Mahsa Amini, quien fue salvajemente golpeada y tortura por la presuntamente extinta Policía de la Moral.

Karami y Hosseini fueron condenados a morir en la horca el 5 de diciembre, menos de una semana después de que comenzó un juicio grupal injusto y basado en confesiones forzadas. La familia de Karami afirma que el deportista fue torturado en prisión y le negaron que el abogado Mohammad Hossein Aghasi lo representara.

De nada sirvieron los ruegos de los padres de Karami, quienes publicaron un video en las redes sociales pidiéndole al Estado que le perdonara la vida. “Mi hijo se encuentra entre los campeones de karate, tiene varios títulos nacionales y fue el cuarto miembro clasificado en la selección… Le suplico que levante la orden de ejecución”, dijo el señor Karami en un conmovedor video de la cadena estadunidense CNN. Sólo encontró oídos sordos. 

Karami tenía un tatuaje de los aros olímpicos en los tríceps de uno de sus brazos. A los 11 años comenzó a practicar karate, disciplina que entró al programa olímpico por primera vez en Tokyo 2020. Su talento de niño lo catapultó a la selección juvenil de Irán donde comenzó a triunfar hasta alcanzar sus títulos nacionales. 

Hosseini fue recordado por Ye-One Rhie, una legisladora alemana quien destacó su trabajo como entrenador voluntario. “La historia de #SeyedMohammadHosseini es muy triste. Perdió a sus dos padres. Visitaba sus tumbas todos los jueves. Entrena a niños gratis”, escribió en su cuenta de Twitter. Hosseini fue arrestado cuando se dirigía a las tumbas de sus padres. Su hermano también fue detenido y no se sabe nada de él. 

“Antes de que comenzara el juicio grupal, los medios estatales difundieron las ‘confesiones’ forzadas de los acusados y los describieron como ‘asesinos’, en violación de sus derechos a la presunción de inocencia y a no ser sometidos a tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes”, dio a conocer Amnistía Internacional después de las ejecuciones. 

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Unión Europea han instado a Irán a detener las ejecuciones tras el ahorcamiento del deportista y del entrenador. Desde que el 16 de septiembre comenzaron las protestas para exigir más libertades y derechos para las mujeres al régimen islámico de Alí Jamenei, líder supremo, y de Ebrahim Raisi, presidente de la República de Irán, cuatro personas han sido ejecutadas. 

Según las cifras disponibles, otras 41 han recibido sentencias de muerte. “Un régimen que asesina a su propia juventud para intimidar a su población no tiene futuro”, escribió Ye-One Rhie en Twitter el lunes 9. 

Los padres de Karami. Súplica. Foto: CNN

Dos días después de la ejecución de Karami y Hosseini, el régimen de los ayatolas le perdonó la vida al futbolista Amir Nasr-Azadani, quien primero fue condenado a morir en la horca y luego sentenciado a 26 años de cárcel. Su caso se hizo viral durante el Mundial de Qatar 2022, pues se dio a conocer que fue acusado de cometer el delito llamado moharebeh (enemistad con Dios). Azadani, un zaguero de 26 años que jugaba en el club Iranjavan de la liga de futbol profesional de Irán, confesó bajo tortura haber matado a dos militares del régimen.

El 12 de diciembre el practicante de lucha libre Majid Reza Rahnavard, de 23 años, murió ahorcado en una grúa en plena calle en la ciudad de Mashad, unos 900 kilómetros al este de Teherán. Esta es la primera ejecución en público de un manifestante cuya espeluznante imagen fue publicada como un acto de propaganda por el medio oficial iraní Mizan News. Rahnavard fue acusado de los mismos delitos que Azani y murió en la horca apenas a 23 días de su arresto. 

Otros deportistas han sido asesinados por las fuerzas de seguridad, de septiembre a la fecha. La lista fue publicada por IranWire, un sitio web colaborativo de noticias, dirigido por periodistas iraníes de la diáspora y ciudadanos: Ali Mozaffari, jugador del club de voleibol Saipa, de Teherán, murió durante las protestas en la ciudad nororiental de Ghouchan el 21 de septiembre último. Fue alcanzado por una bala. 

El 22 de octubre, en la ciudad suroccidental de Dezful, las fuerzas de seguridad dispararon por la espalda al futbolista de 22 años Mohammad Ghaemifar, del ­Jondishapur Omid, equipo de esa localidad. Más de 40 perdigones entraron en su cráneo y cuello. Murió dos semanas después en el hospital. Su familia fue presionada para que no diera la noticia de su muerte.

El fisicoculturista Ehsan Ghasemifar, de 32 años, ganador de campeonatos provinciales, nacionales y participante en justas internacionales fue asesinado en la ciudad norteña de Karaj, en diciembre de 2022. 

El sitio de derechos humanos Hengaw escribió que Ghasemifar estaba participando en un programa en vivo de Instagram cuando las fuerzas gubernamentales lo rodearon y se cortó la comunicación. Unas horas después las autoridades informaron a sus familiares que podían recoger el cadáver y los presionó para que dijeran que murió de un ataque al corazón.

Pero incluso antes del movimiento de protestas por el asesinato de Mahsa Amini –cuyo delito fue no llevar bien puesto el velo, pues dejó al descubierto un mechón de su cabello–, el régimen iraní ya había ejecutado, detenido, torturado, amenazado, presionado y dictado penas carcelarias contra los deportistas del país por participar en mítines, expresar su apoyo a los manifestantes, criticar la represión o por estar en el lugar y momento equivocados. 

En septiembre de 2020 el campeón de lucha Navid Afkari fue ejecutado, a los 27 años, lo que desató una condena generalizada, incluso de Estados Unidos y la UE que, obviamente, fue ignorada por el régimen iraní que lo acusó de matar a un guardia de seguridad durante las protestas contra el gobierno, en 2018. El luchador y su familia rechazaron los cargos y también dijeron que lo torturaron para que hiciera confesiones falsas.

Régimen sanguinario

Desde que nació, a finales de los setenta, el régimen islámico ha ejecutado a atletas iraníes. En su portal en internet el canal de televisión Al-Arabiya hizo un recuento de esas muertes: la volibolista Foruzan Abdi, capitana de la selección femenil, fue arrestada en 1981. Apenas había cumplido 20 años. Fue acusada de apoyar al grupo de oposición Mojahedin-e Khalq (MEK) y sentenciada a cinco años de prisión. Al cabo de ese tiempo no fue liberada y murió ahorcada en la prisión Evin, en Teherán, en 1988.

El futbolista Habib Khabiri, exintegrante de la selección nacional varonil, fue arrestado en 1983 también acusado de pertenecer al MEK. Fue fusilado en 1984. Khabiri es una de las 282 personas nombradas en un informe de las Naciones Unidas sobre el estado de los derechos humanos en Irán que enumera a quienes fueron “ejecutados sumaria y arbitrariamente en la República Islámica de Irán, de 1984 a 1985”.

Mahshid Razaghi fue miembro del equipo olímpico de futbol de Irán. Fue arrestado en 1980 por vender periódicos antigubernamentales y sentenciado a un año de prisión. Tampoco fue puesto en libertad tras cumplir su condena y estuvo encarcelado hasta su ejecución, en 1988.

Majid Reza. Víctima del ayatola. Foto: AFP

Hooshang Montazeralzohoor fue un campeón de lucha que fue arrestado en 1981 y ejecutado por un pelotón de fusilamiento junto con otras 29 personas ese mismo año. Según el régimen, todos eran miembros del MEK. Montazeralzohoor representó a Irán en los Juegos Olímpicos de Montreal 76, así como en la Universiada de 1977, en Bulgaria.

Majid Jamali-Fashi era un kickboxer profesional que fue arrestado en 2010 acusado de trabajar para el Mossad israelí y de asesinar a un científico nuclear en Teherán. Fue ahorcado en 2012. La televisión estatal lo mostró confesando sus cargos, pero activistas iraníes y grupos de derechos humanos creen que fue torturado para hacer confesiones falsas. Se difundió un supuesto pasaporte israelí de Jamali-Fashi que fue tomado de Wikipedia. 

En espera de ejecución

En la lista de IranWire también se difundieron los nombres de los atletas que están en peligro de ser ejecutados, además de Amir Nasr-Azadani, cuya sentencia carcelaria –según los antecedentes– no lo exime de morir a manos del régimen, se encuentra el campeón de natación ­Parham Parvari, de 26 años, quien cometió el delito de moharabeh.

Un pariente de Parvari le dijo a IranWire que el nadador regresaba a su casa en su automóvil cuando comenzó una protesta, “las fuerzas de la Unidad Especial de Motocicletas comenzaron a destruir los autos. Varios autos que estaban frente al de Parham pudieron escapar, algunas personas abandonaron sus coches y se fueron, pero Parham se quedó adentro. Tenía todas sus tarjetas de identidad y documentos, pero los oficiales lo golpearon y arrestaron”. 

El fisicoculturista Sahand Nourmohammadzadeh fue arrestado el 4 de octubre durante las protestas en la carretera Ashrafi Esfahani, en Teherán, y un mes después condenado a muerte por moharabeh, por “romper la barandilla” de la carretera y “prender fuego a un bote de basura”, lo que él niega. En un audio proporcionado a IranWire dijo que desde que fue arrestado le dijeron que sería ejecutado. 

Otro grupo de deportistas está tras las rejas o estuvieron y ya fueron puestos en libertad: Voria Ghafouri, uno de los futbolistas iraníes más famosos, fue detenido por las fuerzas de seguridad frente a sus hijos mientras entrenaba con el equipo Khuzestan Foolad. Fue acusado de “insultar y destruir el equipo”. Quedó en libertad bajo fianza el 29 de noviembre.

Parviz Broumand, entrenador de futbol y exjugador de la selección iraní, fue arrestado la noche del 15 de noviembre en Teherán por encabezar “disturbios”. También salió en libertad bajo fianza el 29 de noviembre. 

Kaveh Rezaei, actual delantero del equipo Tractor, de la segunda división de Irán, y exseleccionado nacional, fue arrestado el 29 de septiembre por expresar su apoyo a los manifestantes en las redes sociales. Salió bajo fianza tres días después. Hossein Mahini, jugador del Saipa FC de Irán y excapitán del Persépolis, fue arrestado el 28 de septiembre durante un allanamiento en su casa por parte de más de 15 elementos de las fuerzas de seguridad. Fue acusado de “incitar disturbios”. Salió bajo fianza el 4 de octubre. Hamidreza Ali Asgari, otro excapitán del equipo Persépolis, fue arrestado el 2 de octubre por “apoyar a los alborotadores”. 

El campeón asiático y mundial de lucha libre Alireza Nejati reveló que el 11 de diciembre fue citado por la policía, detenido y puesto en libertad bajo fianza por haber denunciado un fraude cometido por un socio y por el presidente de la Federación de Lucha Libre de Irán. Afirmó que ambos lo amenazaron. También hizo comentarios en las redes sociales apoyando las protestas. 

La alpinista Reyhaneh Armaghani fue secuestrada el 1 de noviembre durante una redada de agentes de seguridad, en su casa. Unos días después le dijo a su familia por teléfono que estaba recluida en el Centro de Detención del Ministerio de Inteligencia. Durante el allanamiento a su domicilio le confiscaron su celular y su laptop. 

El escalador Dariush Hossein Shahravi estaba en su coche frente a su casa el 1 de noviembre cuando fue golpeado y arrestado por agentes vestidos de civil que atacaban a los manifestantes. Eshragh Najafabadi, exmiembro de los equipos nacionales de ciclismo y montañismo, fue arrestado en la ciudad sureña de Shiraz, el 30 de octubre. Está detenido en un lugar desconocido y su familia, preocupada porque “pueda estar bajo presión para hacer confesiones forzadas”. 

El 26 de octubre pasado el escalador de 34 años Amir Arslan Mahdavi, instructor de snowboard y miembro de los equipos de montañismo, fue arrestado en la calle, en Shiraz, y llevado a un lugar desconocido. Otra escaladora de Shiraz, Marjan Jangjou, fue detenida el 2 de noviembre y llevada a un lugar desconocido después de que las fuerzas de seguridad allanaron su casa. No hay información sobre su paradero. 

Dana Shaybani, instructora de snowboard de Shiraz, fue arrestada el 10 de noviembre mientras viajaba en un taxi. Según los informes fue trasladada al Centro de Detención No. 100, pero su familia no ha tenido información sobre ella desde el 22 de noviembre. Otro escalador de montaña de Shiraz, Hamed Ghashghaei, fue arrestado el 16 de noviembre por escribir la palabra “libertad” con yeso en las alturas de la montaña Drak. Hessam Mousavi, instructor de escalada en roca de Shiraz, fue arrestado el 30 de noviembre.

Según información recibida por IranWire, más de 30 atletas de Shiraz han sido secuestrados y detenidos, pero sus familias no están dispuestas a hablar porque están bajo presión y no han sido informadas del paradero de sus seres queridos. 

A esta interminable lista se unen otros atletas que están bajo amenazas: el entrenador y exjugador de futbol Ali Karimi se encuentra en un exilio autoimpuesto. Se unió a las protestas en sus redes sociales desde el inicio del movimiento, por lo que sus cuentas bancarias y su casa han sido incautadas. 

La campeona de escalada en roca Elnaz Rekab ha estado bajo arresto domiciliario desde su regreso a Irán después de participar en una competencia en Corea del Sur sin el hiyab obligatorio. Su hermano declaró que la casa de la familia fue destruida como represalia.

El exseleccionado nacional de futbol y máximo goleador de Irán Ali Daei, quien ha estado en el movimiento de protesta desde los primeros días, participó en una huelga nacional de tres días durante diciembre, por lo que el gobierno cerró su joyería y el restaurante que tiene en Teherán. 

La estrella de futbol Yahya Golmohammdi criticó a la selección nacional luego de que el equipo se reuniera con el presidente de Irán, antes de viajar al Mundial de Qatar. Un día después fue convocado por las autoridades y sus actividades en internet fueron prohibidas. Aref Gholami, defensa del equipo de futbol de Esteghlal, criticó la represión contra los manifestantes por lo que el director ejecutivo del club, Sardar Mostafa Ajorlou, lo sacó y ni siquiera le permite entrenar.

Parmida Ghasemi, arquera de la selección nacional, se quitó el hiyab durante la ceremonia de entrega de medallas de una competencia en Teherán, en noviembre. Al día siguiente, la obligaron a hacer confesiones forzadas y afirmó que no se dio cuenta de que el viento se había llevado su velo. 

Soroush Rafiei, capitán del club Persépolis, fue brutalmente golpeado el 15 de noviembre después de ayudar a una niña que estaba siendo perseguida por las fuerzas de seguridad. 

Los jugadores de la selección de futbol de playa, que no cantaron el himno de la República Islámica durante una competencia internacional, fueron objeto de presiones tras regresar a Irán. Algunos de los jugadores, como Saeed Piramoun, Mohammad Ahmadzadeh, Moslem Mesigar y Mostafa Kiani, ya no fueron convocados.  

Reportaje publicado en el número 2411 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 15 de enero de 2023. 

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