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México busca imponer su ritmo en breaking

Los jóvenes atletas que practican el breaking en el país están de plácemes ahora que el Comité Olímpico Internacional decidió incluir por primera vez en los Juegos Olímpicos París 2024 esa disciplina que integra música, baile y pasión con el deporte.
domingo, 25 de septiembre de 2022 · 16:27

Los jóvenes atletas que practican el breaking en el país están de plácemes ahora que el Comité Olímpico Internacional decidió incluir por primera vez en los Juegos Olímpicos París 2024 esa disciplina que integra música, baile y pasión con el deporte. No dejan de entrenar esa práctica que, dicen, aprendieron en la calle y que los mueve a representar a México de manera responsable en esta justa internacional; y aun cuando algunos ya se han colgado algunas medallas en otras competencias, su participación en París 2024 les quita el sueño.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– El breaking debutará como disciplina deportiva en los Juegos Olímpicos de París 2024, un hecho que no ha pasado inadvertido para la Federación Mexicana de Baile y Danza Deportiva (Femexbaile) ni para las B-Girls y B-Boys mexicanos. Estos últimos, sus practicantes, quienes buscarán marcar su propio ritmo y conquistar la gloria del olimpismo, pero antes deberán conseguir uno de los 30 boletos (15 para mujeres y 15 para hombres) disponibles.

El movimiento del breaking lo iniciaron los jóvenes afroamericanos y latinos durante los setenta en el barrio neoyorquino del Bronx, a partir del nacimiento de la cultura hip-hop y forma parte de los cuatro elementos que la forman; los otros tres son el rap, el djin y el grafiti.

Apareció por primera vez un certamen de carácter olímpico durante los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018. En esa ocasión la competencia se incluyó en esa justa sólo bajo un formato de exhibición. Fue el primer paso.

El Comité Olímpico Internacional (COI) le dio a Francia la oportunidad de proponer cuatro deportes adicionales para sumar a su programa olímpico. Los franceses se decantaron por tres que aparecieron por primera vez en Tokio 2020: la escalada deportiva, el skate y el surf. La cuarta disciplina fue el breaking, el cual recibió la aprobación del COI el 7 de diciembre ese año.

Ante las críticas de lo que motivó esa elección, el presidente del COI, Thomas Bach, explicó en una entrevista de 2021 para el sitio web oficial de los Juegos Olímpicos que el breaking “lo practican ­atletas que se expresan de manera auténtica”, además de mencionar que “en cada actuación se ve su personalidad”, y añadió que “no se trata de un simple ejercicio”.

Por su parte, Shawn Tay, presidente de la World DanceSport Federation (WDSF), federación que regula el baile deportivo y dentro de sus disciplinas el breaking pero que se enfoca principalmente entre ellos los bailes de salón, explicó”.

Emulando a los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018, los Nacionales Conade 2022 también contaron, por primera vez, con esta disciplina. Un total de 26 delegaciones y de 215 participantes formaron parte de esa primera edición.

La michoacana Monserrat Guadalupe Zavala Cahue, mejor conocida como B-Girl Monse, ganó la medalla de oro en la rama femenil (categoría de 16-23 años), mientras que el poblano Luis Gerardo Deolarte, conocido como B-Boy Niñonino, conquistó la presea áurea en la rama varonil (categoría de 16-23 años).

En entrevista con Proceso, el presidente de la Femexbaile, Juan Carlos Santana Salgado, explica que la federación levantó un censo nacional para saber el impacto que el breaking tiene en México. Según los resultados, esa disciplina tiene gran aceptación, sobre todo en personas de 12 a 23 años.

Y agrega que al conocer la gran respuesta de participantes y del público, directivos de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) le dijeron: “Tuvimos un gran impacto. Despertamos un monstruo”.

Un instrumento formativo

Santana Salgado comenta que si bien la Femexbaile busca promover otros géneros, como los bailes estándar, hip-hop, bailes latinos, salsa, rock and roll acrobático, boogie-woogie, baile disco, ritmo, danza escénica y quebradita, el breaking ha tomado mayor fuerza en México desde que fue reconocido como un deporte olímpico.

Además revela que el breaking, a diferencia de otros estilos de baile, “permite tener una libertad de movimiento; claro, bajo ciertos patrones o elementos, pero siempre pueden crear sus propias coreografías conforme vayan sintiendo el ritmo de la música”.

Y matiza: “El baile debe verse como un instrumento formativo, educativo y que ayude a la salud”.

Hasta ahora, la WDSF ha llevado a cabo tres campeonatos mundiales, en 2018 en Kawasaki, Japón; en 2019 en Nanjing, China y en 2021 en París, Francia. En el segundo participaron tres mexicanos en la rama varonil; Gil Adán Hernández, Dr. Hill, quien quedó en la posición número 12; Miguel Ángel Ruiz, Ztimpy, en la 42, y Fernando Magalón, en la 60. Mientras en la rama femenil, Carla Sánchez, Kepsa, ocupó la plaza 45.

En París 2021, en la rama varonil Daniel Franco Martínez, Amorfo, se ubicó en el lugar 77 y Luis Gerardo Deolarte Ortiz, Niñonino, quedó en el 87. Y en la rama femenil, Claudia Gabriela Delgadillo, Fanzy, obtuvo 35 y Abigail Carrillo, Abigirl, se posicionó en el 57.

En cuanto al ranking mundial de la WDSF se refiere, son cinco: Niñonino (39); Juan Domingo Carballo, Juando (93); Brandon Alejandro Valencia, Kastrito (105); Óscar David Gayosso, TNA (192) y Rogelio Reyes, Roger (192). En la rama femenil, hay tres representantes: Swami Oshmara Mostalac, Swami (7); Gloria Reyes, Xunli (11), y Monserrat Zavala, Monse (42).

Para Santana Salgado, el desarrollo y crecimiento del breaking es resultado de un trabajo conjunto entre la Femexbaile con la Conade, la Confederación Deportiva Mexicana, el Comité Olímpico Mexicano y los institutos estatales del deporte y los breakers de todo el país.

Gracias a ese apoyo las y los breakers han logrado viajar y participar en torneos nacionales e internacionales. En estos momentos se hacen las gestiones para mejorar las condiciones de los atletas; el propósito, dice, es “que se les brinde la oportunidad de entrenar en las instalaciones de los diferentes institutos del deporte que hay en el país”.

También comenta que si bien el breaking tiene mucho tiempo practicándose en México, es poco si se compara con el plano profesional. “No existía un antecedente científico sobre la manera en la que un breaker debe entrenar y prepararse para una competición ni tampoco sobre cómo prevenir lesiones; todo el conocimiento previo era empírico.

“Así que comenzamos a hacer estudios en colaboración con una comisión de medicina del deporte aplicada al baile deportivo, la cual está integrada por un médico del deporte, preparador físico, nutriólogo y un psicólogo. Todo esto para generar un antecedente y buscar elevar el nivel de los breakers.”

“Salimos de la calle”

Luis Gerardo Deolarte Ortiz tiene 21 años y es oriundo de Huejotzingo, Puebla. Comenta a Proceso: “Al principio entrenaba en el espacio debajo de la presidencia de Huejotzingo y también en la explanada del Zócalo; lo hice por nueve años. Era complicado. A veces no se podía porque llovía, la gente que pasaba nos ofendía a mis amigos y a mí. No faltaba alguien que nos dijera que éramos unos vagos o que estábamos trapeando el piso”.

A pesar de ello, Niñonino, quien se interesó en el breaking desde los seis años, cuando vio a su tío Christian Ortiz Deolarte bailarlo. Asegura que la aceptación del breaking como baile y deporte se ha visto beneficiado en gran medida por la decisión del COI de aceptarlo en París 2024.

Deolarte Ortiz cursa el cuarto semestre de la carrera de licenciatura en administración de empresas en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, por lo que ha tenido que aprender a organizarse para poder aspirar a acudir a París 2024 como representante de México.

“Hay días en los que no puedo entrenar porque dedico ese tiempo a la tarea, pero normalmente le dedico tres horas entre semana al entrenamiento. Y los fines de semana doy clases de breaking a algunos chicos”, responde el primer medallista de oro de breaking en los juegos Conade 2022.

Niñonino confiesa que al inicio de su carrera como breaker, no ponía mucho cuidado en su alimentación y que incluso no tenía mucho conocimiento sobre cómo podía entrenarse. Más allá de tener claros sus objetivos sobre ganar las competencias en las que participaba, carecía de una estrategia, pero conforme fue conociendo a más personas en el mundo del breaking, también lo hizo su metodología.

“He ido construyendo un equipo multidisciplinario que me permita tener un mejor nivel como breaker. Hay un gimnasio aquí en Huejotzingo, el Gem’s Sport, que me brinda un espacio para poder entrenar y solo; cuenta con una fisioterapeuta, Concepción Zamudio Mendieta; una nutrióloga, Laura Karina Damián Pérez, y con el apoyo de Legati Corporativo para cuestiones de psicología.”

Niñonino, es el breaking mejor posicionado en el ranking a nivel internacional según la WDSF, recuerda que siempre ha disfrutado de ver los Juegos Olímpicos. Le emociona tener la oportunidad de luchar por un boleto para competir en ellos. Tiene claro que debe trabajar duro si quiere ir a París 2024.

“Es momento de que todos los breakers pongamos en perspectiva lo que está sucediendo, salimos de la calle, fue nuestra base, pero ahora tenemos la oportunidad de hacer historia.”

Amor por el baile

Este semanario también platicó con Daniel Franco Martínez, Amorfo, oriundo de Netzahualcóyotl, Estado de México, quien gracias a su amigo el breaker Juan Carlos Estrada, B-Boy Shcoker, se acercó al mundo del breaking. Lleva ya 12 años inmerso en ese movimiento.

“Al principio fue toda una revelación, no sólo por todo lo que puedes hacer en la pista y la música, sino también por una cuestión ideológica. Encontré en el breaking un mundo lleno de valores, amistad y pasión que no he encontrado en otro sitio.”

Y así como Niñonino tiene su propia marca de ropa para breaking (Young Free), él diseñó la suya y la llamó Funka Madre. “Me dedico a la fabricación y distribución de ropa, además de la confección de vestuarios para compañías de baile, puede ser por menudeo o mayoreo”, dice.

Amorfo, quien se posicionó en el peldaño número 77 del Campeonato Mundial de París 2021, explica que entrena de lunes a viernes durante dos horas y media. Dice que, como Abigirl, por el momento no cuenta con un equipo disciplinario, por lo que él mismo establece la metodología de entrenamiento.

Dice que su deseo es participar en los próximos Juegos Olímpicos. “Es un reto que voy a asumir”, dice. Y repite: “Quiero estar ahí”.

Por su parte, Abigail Carrillo Velasco, Abigirl, de 34 años y quien se ubicó en la posición número 57 en el Campeonato Mundial de París 2021, recuerda que la primera ocasión que vio a unos chicos bailar breaking fue en los Reyes la Paz. “Al inicio todo fue de manera empírica. Me acerqué con unos chicos del barrio y ellos fueron mis primeros maestros. Y así surgió mi amor por el baile”.

Abigirl, quien lleva 18 años practicando breaking, explica que la UNAM se acercó para contactar a algunas personas y pudieran dar clases en línea de este baile con Deporte UNAM, y a partir de ahí, se afilió a la Universidad, lo cual le permitió acercarse a la Femexbaile y así poder comenzar a representar a México en torneos internacionales.

Con respecto a su entrenamiento, ella lo hace los fines de semana y le dedica seis horas, pues entre semana divide su tiempo entre su empleo como coordinadora del departamento de limpieza del IMSS en la Unidad de Medicina Familiar 14 y el estudiar la carrera técnico laboratorista clínico en el Cetis 57.

En cuanto a qué representa que el breaking sea considerado un deporte olímpico, Abigail es clara: “Es un sueño que se ha consolidado, pero que inició con generaciones anteriores, por lo que hay que estar a la altura de lo que representa la cultura del breaking: pasión, disciplina y amor.

“No soy muy buena con las palabras, pero cuando bailo es una forma de hablar, puedo expresarme mejor. Sé que compites contra otras personas, pero más bien lo veo como una competencia contra mí misma. Y sí, quiero estar en París 2024. ¡Está chido el reto!”.  

Reportaje publicado el 18 de septiembre en la edición 2394 de la revista Proceso cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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