Migración
El infierno de un polaco en Cancún: tres meses atrapado en el aeropuerto
El empresario Filip Roger Zalewski tiene más de 90 días detenido por las autoridades migratorias mexicanas en un cuartito de la Terminal II del Aeropuerto Internacional de Cancún, donde sobrevive con hot dogs y bollos de jamón y queso que le da una aerolínea.El empresario Filip Roger Zalewski tiene más de 90 días detenido por las autoridades migratorias mexicanas en un cuartito de la Terminal II del Aeropuerto Internacional de Cancún, donde sobrevive con hot dogs y bollos de jamón y queso que le da una aerolínea. Desde el 22 de abril no ve la luz del día porque cuando llegó a México, procedente de Panamá, los agentes de Migración le dijeron que tenía una “alerta migratoria”, pese a que no tiene antecedentes penales y tampoco una ficha de búsqueda y detención de la Interpol. Su esperanza es que un juez le otorgue la protección de la justicia para ser liberado.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).–Desde el 22 de abril último Filip Roger Zalewski no ha visto la luz del Sol, no ha respirado aire fresco, no ha tenido una comida balanceada, no se ha podido asear ni ha conseguido tener un sueño reparador.
De 38 años y origen polaco, Zalewski se encuentra confinado en el área de control que el Instituto Nacional de Migración (INM) tiene en la Terminal II del Aeropuerto Internacional de Cancún, un espacio en el cual cada día llegan y salen expulsados alrededor de un centenar de personas de distintas partes del mundo.
El polaco, director de la firma Poland Zalewski Consulting, salió de Polonia en 2017, dos años después de la llegada al poder de Andrzej Duda, del partido ultraconservador Ley y Justicia, gobierno que lo persiguió y lo obligó a cerrar su empresa en ese país.
En septiembre de 2020 Zalewski obtuvo su residencia permanente en México, radicándose en Playa del Carmen, Quintana Roo. Ahora se encuentra en el limbo jurídico.
Después de un viaje a Panamá, donde su consultora empresarial tiene representación, funcionarios del INM en el aeropuerto de Cancún le pidieron que desbloqueara su teléfono celular y su computadora personal para revisar sus mensajes de texto y redes sociales.
Sin mayores explicaciones, los agentes mexicanos prohibieron a Zalewski el ingreso a México, bajo el argumento de que tenía una “alerta migratoria”, retirándole su pasaporte polaco, que tenía vigencia hasta 2027, y su tarjeta de residente permanente número 12258333, emitida por el mismo INM.
Ante la amenaza de ser deportado a Polonia, Filip contrató un abogado e interpuso un recurso de amparo ante el Juzgado IV de Distrito de Quintana Roo, logrando el 23 de abril pasado una suspensión de plano que instruía al INM a no deportar al quejoso, disponer de un traductor en su idioma natal, a ponerlo a disposición de un agente del Ministerio Público en caso de que hubiera algún requerimiento judicial o, en caso contrario, de tratarse de una falta administrativa, ponerlo en libertad inmediata.
Pese a la disposición de la jueza Gloria Luz Reyes Rojo, el 25 de abril elementos de la Guardia Nacional intentaron montarlo en un avión, pero las protestas airadas de Filip evitaron el retorno forzado.
La referencia de Filip Zalewski fue inicialmente revelada por el periodista colombiano Sebastián Forero Rueda, quien conoció al polaco durante su retención en la misma Terminal II del aeropuerto de Cancún, y devuelto a su país por una supuesta alerta migratoria 28 horas después de intentar vacacionar en México (Proceso 2383).
A más de un mes de esa publicación, Zalewski sigue en esa área de espera donde sobrevive en medio del caos, entre gritos de hombres y mujeres, llantos de niños; con el temor de que su equipaje le sea robado, con fiebres continuas por estar bajo temperaturas de hasta 15 grados del aire acondicionado del lugar y con limitaciones para conseguir agua potable.
Vive alimentado de hot dogs y bollos con jamón y queso que le provee la aerolínea Copa Airlines; intenta dormir sobre una colchoneta y abrigado con una manta térmica de aluminio proporcionadas por el INM; no ha podido bañarse ni tener comunicación con sus familiares ni personas de confianza de manera fluida, pues su teléfono celular le fue confiscado por las autoridades y sólo se lo prestan dos veces al día.
Durante su retención, Zalewski ha conocido de la evasión de dos personas, una de origen jamaiquino y un colombiano, quienes salieron de la estancia de INM por el techo del baño, logrando huir el primero y el segundo alcanzado en una gasolinería cercana al aeropuerto. El techo del baño ahora está enrejado para evitar más fugas.