Boris Johnson

El gobierno de Johnson, en fase de agonía

Aun cuando Boris Johnson lucha por mantenerse en el poder, el reporte sobre el partygate indica que “hay fallos de liderazgo, juicio y un excesivo consumo de alcohol” en Downing Street, el cual ha diluido el apoyo de los conservadores.
domingo, 13 de febrero de 2022 · 11:57

Aun cuando Boris Johnson lucha por mantenerse en el poder, el reporte sobre el partygate indica que “hay fallos de liderazgo, juicio y un excesivo consumo de alcohol” en Downing Street, el cual ha diluido el apoyo de los conservadores, que amenazan con llamar a un voto de confianza para intentar remover al primer ministro.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Boris Johnson estaría contando sus últimas semanas como primer ministro del Reino Unido, pero no sin dar pelea para mantenerse en el poder. El escándalo del partygate lo ha perseguido durante casi un mes sin lograr que renuncie. Sin embargo, 63% de la población lo quiere fuera y los conservadores se debaten sobre cuándo llamar a un voto de confianza en el Parlamento para removerlo.

“Boris Johnson no va a renunciar, pero ha entrado en una fase de agonía. Su gobierno y su marca se desgastan de cara a las elecciones municipales de mayo… ya es una cuestión de tiempo, su suerte se decidirá en semanas o meses”, señaló Isaac Bigio, politólogo y excatedrático de la London School of Economics.

Las hasta 16 fiestas “secretas” de Downing Street se realizaron en plena pandemia –el alcohol (escondido hasta en maletas), bromas y juegos eran cotidianos– y han terminado bajo investigación interna y de la Policía Metropolitana, que tiene en sus manos 300 fotografías.

El tan esperado reporte parcial interno sobre las fiestas en el gobierno, mientras todo Reino Unido estaba obligado a una cuarentena con estrictas medidas, indica que hay falta de “liderazgo, juicio y un excesivo consumo de alcohol” en las oficinas del gobierno.

Los protagonistas, incluido Boris Johnson y su esposa Carrie, podrían enfrentar multas que van de las 100 a las 10 mil libras esterlinas (de 2 mil 775 a 277 mil 542 pesos), dependiendo de las restricciones del momento, el tamaño de la fiesta y la responsabilidad de las personas involucradas. Sin embargo, el costo político podría ser mayor.

El otrora ganador de elecciones y el hombre que “entregó” el Brexit podría enfrentar un voto de confianza de los conservadores en el Parlamento si el Comité de 1922 recibe 54 cartas de falta de confianza –15%–. Sus correligionarios podrán votar a favor o en contra de su líder; si gana (al menos con 180 votos) se queda en el poder, de lo contrario deberá dimitir sin poder presentarse a las próximas elecciones.

Hasta el momento, 17 parlamentarios han hecho pública la entrega de cartas al Comité de 1922, y otros más han mostrado su descontento con el llamado partygate, del que han admitido que “ya no pueden defender”. Se desconoce el número total de misivas, ya que se entregan en secreto.

Según el corresponsal político de la BBC Iain Watson, los parlamentarios rebeldes desencadenarían el voto de confianza después del reporte final elaborado por Sue Gray –segunda secretaria permanente en la Oficina del Gabinete– o después de las elecciones locales de mayo, “lo que sea primero, porque tendrán más oportunidad de derrocar a Johnson en esa etapa, con malos resultados electorales o mal comportamiento, lo que les daría más armas para asegurar los votos”.

Se requieren 54 ministros para desencadenar el voto de confianza, pero 180 para asegurar la remoción de Boris Johnson, quien ha insistido en que “se mantendrá –como primer ministro– mientras tenga el privilegio y el honor”.

Podría ganar

Bigio puntualizó que el voto de confianza sólo puede hacerse una vez al año; “si se hace ahora, ya no podrá hacerse después del reporte de la policía, por ello los parlamentarios ahora sólo deben decidir el cuándo.

“Si el voto de confianza se hace ahora, creo que Boris ganaría, porque no se ha publicado aún el informe de la policía; si es que gana la votación en el Parlamento, habría que esperar un año para cuestionar su liderazgo. Es cuestión de tiempo. Si se hace pronto le convendría, saldría mal parado, pero ganaría; pero si se hace después del informe de la policía dudo que pueda ganar”, consideró.

Se requieren 54 ministros para desencadenar el voto de confianza, pero 180 para asegurar la remoción de Johnson.

Mientras tanto, el primer ministro ha entrado en una fase de “agonía permanente”, dice, debido a que el reporte parcial interno elaborado por Sue Gray lo ha afectado, pero aún deberá esperar el reporte de la Policía Metropolitana de las 12 fiestas?investigadas.

El aún líder del Partido Conservador empieza a resentir las bajas dentro de su gabinete: cuatro funcionarios renunciaron, dos relacionados con las fiestas, incluido el que mandó la invitación a 100 trabajadores con el mensaje de “trae tu propia botella”; el encargado de personal; el director de Comunicaciones y, lo más sorprendente, la directora de Política, Munira Mirza, quien había trabajado con él desde hace 14 años.

Mirza explica en su misiva que pese a que pidió al primer ministro pedir una disculpa por las acusaciones infundadas contra el dirigente del partido opositor, Keir Starmer, en el acalorado debate del Parlamento por no enjuiciar al delincuente sexual en serie Jimmy Savile cuando era director de Procesamiento Público, Johnson sólo admitió que Starmer “no tuvo nada que ver con el caso”… y no se ha disculpado.

Se debilita ante conservadores

La popularidad del primer ministro cae día a día, pese a sus disculpas y a su promesa de “lo voy a solucionar”. El 63% de la población lo quiere fuera, pero hasta hace una semana, después de la publicación del reporte, mantenía el apoyo de la mitad del Partido Conservador (51%), que piensa que debe permanecer en el cargo, mientras que 38% cree que debe renunciar, de acuerdo a la encuesta rápida YouGov.

No obstante, conforme los días pasan, en los medios ingleses hay filtraciones de detalles de las fiestas y de ciudadanos inconformes, los cuales han debilitado el apoyo de parlamentarios de su partido, incluso de quienes antes fueron sus defensores.

El parlamentario Andrew Mitchell, quien anteriormente le había dado a Johnson su “apoyo total”, cambió de opinión después del informe de Gray. “Estoy profundamente preocupado por estos eventos y muy preocupado por algunas de las cosas que le ha dicho al público británico y a nuestros electores”, dijo.

“Cuando (Boris) me invitó amablemente a verlo hace 10 días, le dije que debería pensar muy bien en el mejor interés de nuestro país y del Partido Conservador, y tengo que decirle que ya no disfruta de mi apoyo.”

Tobias Ellwood fue más allá y después del reporte anunció que presentó la carta de falta de confianza al liderazgo de Boris Johnson al Comité 1922 del Parlamento.

“No creo que el primer ministro se dé cuenta de lo preocupados que están los colegas en todos los rincones del partido, diputados y ministros por igual. Esto va en una sola dirección e invariablemente se deslizará hacia un lugar muy feo. Es hora de que el primer ministro tome las riendas de esto y él mismo llame a un voto de confianza, en lugar de esperar a que se presenten las inevitables 54 cartas”, señaló en entrevista con Sky News.

Otros exministros también se han unido a las críticas, entre ellos David Davis, exsecretario del Brexit, quien le exigió: “En nombre de Dios, vete”; y la exprimera ministra Theresa May, quien lo cuestionó duramente en la sesión del Parlamento, después de la presentación del informe parcial de las fiestas.

“Lo que nos dice el informe es que el gobierno no siguió las reglas que impuso a la población. Entonces usted no ha leído las reglas, no las entendió o no pensó que las reglas aplicaban para su gobierno, ¿qué fue?”, cuestionó. Y la respuesta de Boris Johnson fue un: “No… eso no es lo que dice, hay que esperar el informe de la policía”.

Espera condicionada

Mientras Boris Johnson busca ganar tiempo para que el tema del polémico partygate se enfríe, ha lanzado diversas medidas para levantar su popularidad con miras a las elecciones municipales de mayo; entre ellas, un paquete para aliviar la inflación en el costo de vida, principalmente ante el incremento del precio del gas; pero el descontento continúa.

Iain Watson, en su artículo “¿Cuánto tiempo creen los conservadores que tiene Boris Johnson?”, señala que en entrevistas off the record con los parlamentarios, algunos han decidido esperar hasta las elecciones de mayo para darle al primer ministro la opción de levantar su popularidad y revertir el daño del partygate.

Sin embargo, con las 300 fotografías en manos de Sue Gray, la encargada del reporte interno, y la Policía Metropolitana, “el primer ministro podría ser desestabilizado mucho antes si cualquier imagen dañina cae en la opinión pública”.

Los conservadores están preocupados por las elecciones de mayo y que los votos puedan irse al Partido Laborista o a los Liberales Demócratas.

Los sucesores

El Partido Conservador se ha dividido entre los que ya presentaron las cartas de moción de confianza, los que aún apoyan al primer ministro –como la secretaria de Cultura, Nadine Dorries, quien llamó a los rebeldes “un grupo de egoístas que hacían el trabajo del Partido Laborista”– y los que esperan el momento adecuado para forzar la renuncia mientras preparan la sucesión.

Ante una inminente campaña para desafiar el liderazgo del aún líder del Partido Conservador, las cartas más visibles para suceder a Boris Johnson son el canciller de Economía, Rishi Sunak, quien de acuerdo a la encuestadora YouGov es el más popular de los políticos conservadores, con 31% de popularidad; y la secretaria de Relaciones Exteriores, Liz Truss, con 18% de popularidad.

Aun cuando asegura que Johnson tiene su “apoyo total”, Sunak ha empezado a marcar su distancia. “Las fiestas en Downing Street han dañado la confianza pública en el gobierno”, reconoció ante la BBC.

Asimismo dijo sobre la acusación infundada del primer ministro contra Keir Starmer por el caso del pedófilo Jimmy Savile: “Yo no lo hubiera dicho, es bueno que el primer ministro clarificara lo que dijo”. Sunak es parte del círculo de Munira Mirza.

También se mencionan otros “caballos negros” que podrían surgir, como Penny Mordaunt, miembro del Parlamento y a quien consideran podría unir a los diferentes grupos del partido; Mark Harper, Steve Baker, Jeremy Hunt, Tom Tugendhat, Sajid Javid y Michael Goove, de acuerdo con la encuesta interna entre los conservadores –¿quién debería ser el siguiente líder del partido después de Boris Johnson?– realizada a finales de diciembre.

El periódico The Guardian añade a esta lista a Esther McVey y el exministro de Salud Matt Hancock, quien fuera despedido por romper las reglas impuestas por el covid y no respetar las distancias con su ahora pareja y asistente personal.

Cuestión de tiempo

La caída en picada de la popularidad de Boris Johnson, con 63% de desaprobación, podría ser peor por el informe de la policía, que investiga 12 fiestas –Johnson asistió a cuatro– y el reporte final de Sue Gray.

“No me iré. Hay que enfocarse en los nuevos retos (conflicto bélico entre Ucrania y Rusia)”, ha sido la respuesta del primer ministro ante la Cámara de los Parlamentarios, a pesar de los continuos reclamos que piden su renuncia por haber roto las reglas que él mismo impuso.

La ira contra Boris Johnson entre la población se incrementa. Primero, por haber mentido al haber asistido a las fiestas; segundo, por denigrar la figura del primer ministro, que ahora se encuentra bajo una investigación policial; pero sobre todo porque mientras su gobierno celebraba, familiares de miles de fallecidos por el covid-19 no podían despedirse de ellos debido a estrictas reglas de confinamiento.

En las redes sociales las críticas han sido más contundentes, con historias de personas que cuentan cómo por seguir las reglas no pudieron dar el último adiós o, acompañar a familiares y amigos con enfermedades terminales.

Incluso se ha rebuscado en el pasado de Johnson, donde lo han tildado de “mentiroso”, hecho que lo llevó a perder un empleo en el periódico Times y dos empleos como vicepresidente del partido y ministro de Arte al negar un romance con una periodista.

Durante más de una semana ha ocupado del primer al tercer lugar de trending topic #Johnsonout (Johnson fuera) versiones 1, 2, 3, etc., y se ha empezado a formar una marcha social para el próximo sábado 19 en Parlament Square, en Londres, llamada “Suficiente es suficiente” “Recuperemos la democracia”.

Johnson se aferra al poder y se niega a renunciar, pero el llamado partygate puede representar el agónico final de una serie de escándalos que se han acumulado en su gobierno, hasta que su propio partido, los conservadores, encuentren el momento conveniente para desencadenar el voto de confianza y desafiar su liderazgo.

Reportaje publicado el 6 de febrero en la edición 2362 de la revista Proceso cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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