Festival Internacional de Cine de Morelia

La fuerza fílmica de las realizaciones autóctonas

Lo indígena es una categoría impuesta que no identifica a los diferentes pueblos vivos descendientes del México prehispánico, asegura el tsotsil Xun Sero, cineasta treintañero quien llevará su documental Mamá al Foro de los Pueblos Indígenas del FICM 2022.
domingo, 23 de octubre de 2022 · 14:51

Lo indígena es una categoría impuesta que no identifica a los diferentes pueblos vivos descendientes del México prehispánico, asegura el tsotsil Xun Sero, cineasta treintañero quien llevará su documental Mamá al Foro de los Pueblos Indígenas del FICM 2022. Con él, hablan a Proceso su maestra colimense Isis Ahumada Monroy y la directora zapoteca Xóchitl Enríquez Mendoza. Contemporáneas del chiapaneco, ambas irán también a la vigésima edición del connotado encuentro cinematográfico michoacano con Mi no lugar y el cortometraje La baláhna (2022), respectivamente.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Con la finalidad de conocer, promover y fortalecer las expresiones cinematográficas y audiovisuales de realizadores provenientes de pueblos originarios de México, el Foro de los Pueblos Indígenas en la 20 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) ofrecerá películas que abordan el machismo, la migración, la identidad, las tradiciones y la lengua.

En este 2022 integran la muestra los largometrajes documentales Mamá, del chiapaneco Xun Sero, y Mi no lugar, ópera prima de la colimense Isis Ahumada Monroy (proyectos ya con un recorrido en varios encuentros fílmicos) y los cortometrajes:

La baláhna, de Xóchitl Enríquez Mendoza; 3 días, 3 años, de Florencia Gómez Santiz; El cielo es muy bonito, de Aracely Méndez; La lengua y el olvido, de José Lomas; Ñuhu, de Julio César Saavedra Castro; Cuentos mixe, de Galileo Beethoven Genaro Domínguez, y Piedra, de Salvador Martínez Chacruna.

El FICM se efectuará del 22 al 29 de octubre de manera física y virtual, por lo que estos filmes podrán verse no sólo en Morelia, sino también en las plataformas Cinépolis Klic, FilminLatino y Canal 22, de manera gratuita.

Largometraje tsotsil

Originario del pueblo tsotsil de Mitontic, Xun Sero señala a Proceso que es importante que existan dichos espacios que brindan escaparate a sus películas “y tratar de colocar qué pensamos respecto a cómo se nos está concibiendo”.

Empero, subraya que Mamá (2022) –su ópera prima estrenada mundialmente en el Festival Internacional de Cine Documental de Canadá Hot Docs– no es una película indígena, sino un largometraje tsotsil.

“Lo indígena –explica– es una categoría impuesta que no identifica a los diferentes pueblos descendientes de las naciones que ya habitaban este territorio desde antes de conocerlo como México.”

El joven, nacido en 1988, precisa:

“Creo que estamos en una época en la que es importante empezar a nombrar nuestra raíz. Durante muchos años lo indígena o indio, como nos han llegado a nombrar aquí en Chiapas, ha causado mucho dolor, pero siempre hemos sacado fuerza para superar ese dolor al momento que decimos, por ejemplo: ‘Yo soy chamula, yo soy zinacanteco, yo soy de Mitontic’… Cuando nombramos los pueblos de donde somos nos genera una especie de orgullo. Pero llamarnos indígena nos recuerda que hay un kaxlan, un opresor que no nos deja nombrarnos como somos, como queremos”.

Desde Colima

Isis Ahumada Monroy (Cuauhtémoc, Colima, 1991), quien estudió comunicación en la Universidad de Colima, opina ante este semanario que el foro le parece un espacio necesario “para dialogar, reflexionar y compartir los múltiples pensares en torno al cine que se realiza desde las entrañas de los pueblos originarios de nuestro país”. Y explica:

“Durante años el cine y la televisión se reconocieron como la voz de los pueblos de México, llenaron de folclor las narrativas de cine indígena, establecieron los estereotipos de las historias, segmentaron la visión de las comunidades. Por ello me parece muy valioso tener un foro donde las palabras sean protagonizadas por realizadores que estamos haciendo cine desde las esquinas más pequeñas de nuestras comunidades.

“Será enriquecedor encontramos, conocernos y abrir el panorama de lo que se identifica como ‘cine indígena’. Considero importante analizar dónde es nombrado así, quiénes lo reconocen y catalogan: ¿Es un género cinematográfico?, ¿qué ventanas se abren para este cine? En mi caso, debo confesar que son más las inquietudes que las respuestas que puedo compartir.”

Enseguida festeja:

“Este año, en el Festival Internacional de Cine de Morelia, participamos en la competencia oficial cinco películas realizadas con el apoyo del fondo Estímulo a la Creación Audiovisual en México y Centroamérica para Comunidades Indígenas y Afrodescendientes (ECAMC). Nos emociona mucho ser parte de la selección al igual que el resto de las cintas seleccionadas, nos entusiasma estar presentes no sólo bajo el cobijo de una conmemoración”.

Presencia de Tehuantepec

A su vez, Xóchil Enríquez Mendoza (Oaxaca, 1991), directora del cortometraje La baláhna, asevera vía la aplicación Messenger desde Australia, donde radica, que en el foro “se puede mostrar quiénes somos nosotras, de dónde venimos como mujeres y qué nos duele”. Enfatiza:

“Me parece que se ha venido abriendo una brecha para las nuevas generaciones de cine originario. Eso me gusta y me agrada. Pienso que ha sido un trabajo de muchos años y que nosotros como nueva generación estamos cosechando los frutos de tanta lucha pasada. Debe haber sin duda más espacios y más financiamiento a estas historias.”

Como parte del Foro de Los Pueblos Indígenas habrá los conversatorios que tendrán lugar en el Auditorio del Centro Cultural Universitario (CCU):

–La palabra y la imagen: Narrativas identitarias desde las comunidades indígenas (lunes 24 de octubre a las 16:30 horas, con Julio César Saavedra, Hugo Espinosa, Salvador Martínez y Galileo Beethoven Genaro Domínguez).

–Mujeres indígenas en el cine: Miradas desde la intimidad (miércoles 26 de octubre a las 16:30 horas, con Aracely Méndez, Florencia Gómez, Isis Ahumada y Xun Sero).

Además, De la idea al proyecto: Taller de desarrollo de proyectos cinematográficos, un espacio de formación destinado a analizar los retos derivados de la organización y el trabajo creativo en el marco del proceso de desarrollo de proyectos fílmicos, dirigido a realizadoras indígenas.

Aventuras fílmicas

Sero expone con Mamá el hecho de vivir en una sociedad machista. Es una historia que “no sólo sucede en las comunidades indígenas”.

La cinta capta a su mamá, Hilda Rodríguez Méndez, quien tras quedar embarazada ha sido echada de su casa por su padre. Sola y sin esposo, ella luchará para criar a sus dos hijos. Tanto el realizador como su mamá reflexionan en torno a la violencia naturalizada. La cinta, que también compite en la sección Documental Mexicano, expone cuáles son las distintas expresiones de la violencia machista, dice el director:

“No sabemos reconocer las agresiones psicológicas o emocionales. La ­película genera reflexión o inquietudes, y esa era también la intención. La sociedad en sí es muy machista y de ella bebemos todos, mujeres y varones. Además, la violencia la ejercen también las mujeres machistas. ¡Es muy fuerte! A veces a sus mismas compañeras les dicen palabras que tanto se usan en la sociedad mexicana, como ‘ramera’ u otras más fuertes que se replican en la boca de hombres y mujeres.”

Mamá tuvo mención especial del jurado FEISAL en la 37 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara y honorífica del Jurado Joven en la VI edición de Black Canvas del Festival de Cine Contemporáneo, México. Cabe señalar que será parte del Festival Internacional del Documental de Ámsterdam, a realizarse del 9 al 20 de noviembre.

Invitado a la mesa Mujeres indígenas en el cine: Miradas desde la intimidad, Sero rememora:

“El llamado me generó mucha inseguridad, de hecho se lo expresé a Marina Stavenhagen, quien lleva el foro. Le pregunté por qué estaba yo ahí. Me explicó que era un poco sobre las narrativas respecto a las mujeres en las películas, y era interesante por lo que he hablado de cómo planteamos la construcción de la figura de mi madre en el filme, y si podía compartir eso desde mi lado como varón. Era importante y ya no me sentí tan inseguro”.

Sero inició en el género documental relatando asuntos relacionados con la lucha de los pueblos originarios en Chiapas. Se formó en los talleres de Ambulante Más Allá y en el CCC con Patas y la Escuela de Cine Documental de San Cristóbal de Las Casas. Actualmente se desempeña como cinefotógrafo. Ya labora en otro filme sobre el racismo.

Por su parte, la productora y gestora cultural Ahumada Monroy precisa vía correo electrónico que Mi no lugar “surgió como un sentimiento de amor al cine documental”. Hacia el año 2015 recién había egresado de la carrera en comunicación y quería ser documentalista, apunta:

“Motivada a contar historias mantuve el ímpetu durante siete años que duró el proceso para crear este filme.”

Pero eso sólo fue el arranque, “porque lo más importante fue tener claro mi compromiso social con la historia, ese que siempre me ha impulsado a realizar cine”. Mi no lugar se centra en el niño Jonathan, quien migra de Guerrero a Colima guiado por la ilusión de sus padres jornaleros, alentado por estudiar la secundaria y reencontrarse con ellos. Sin embargo, las barreras de la desigualdad hacen que el chico se sume al ciclo ardiente de la zafra, y con ello recorra los paisajes de la exploración. Ahumada Monroy conoció a Jonathan cuando trabajaba como maestra en una escuela secundaria, relata:

“Fue mi alumno. Él, como muchos otros, había migrado a Colima para encontrarse con sus padres jornaleros de caña, no tienen opción y viven persiguiendo el trabajo. Jonathan tenía 12 años, una personalidad fuerte y reacia, se resistía a ser discriminado o relegado por no perecerse a la comunidad que habitaba. Así me convenció de seguirlo con cámara en mano para contar su historia. Conocer su ‘no lugar’, ese albergue de migrantes con incesante ruido, con niños corriendo, jugando, gritando, llorando, la música de todo tipo, la inexistencia de intimidad, los cuartos apretados, los pasillos humeantes con hornillas y tendederos de ropa, son cosas que me atraparon.

“La explotación laboral infantil, es una de las problemáticas sociales más fuertes e invisibilizadas en Colima, estado que durante años encabezó la lista de mayor explotación laboral infantil. Sin duda la industria azucarera es una de las responsables de esto.”

Isis Ahumada Monroy ha recibido algunos fondos estatales para la producción artística y audiovisual, destacando el Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico (PECDA) en 2015. En 2016 fue beneficiaria del Fondo del Programa para la Atención de Grupos Específicos; con este último desarrolló el taller de fotografía Desde aquí soñamos y creamos dirigido a niños y niñas migrantes. Fue abrir la senda hacia su ópera prima.

Le apasiona hacer cine y está convencida de la importancia que conlleva el impulsar la cinematografía en su Estado, así que fundó junto con productores y realizadores locales de Colima la Productora Hormiguero Audiovisual, además de ser desde 2013 productora del Festival de Cine Itinerante en dicho Estado.

Xóchitl, zapoteca

El cortometraje La baláhna (2022), de la zapoteca Xóchitl Enríquez Mendoza, compite además en la sección de Cortometraje de Ficción del FICM. Lo estrenó en el Sundance 2022 y acaba de ganar una mención honorífica en el Festival de Biarritz América Latina, realizado del 26 de septiembre al 2 de octubre.

Igual, La baláhna retrata el machismo y la violencia contra la mujer. Da cuenta de un ritual humillante que data de la conquista europea en el Istmo de Tehuantepec, donde se prueba si la mujer zapoteca es virgen. De no serlo es muy criticada, marginada y rechazada.

El corto de 15 minutos de duración muestra a Catalina, chica quien para demostrar su pureza y valía como mujer a su enamorado se somete a esa tradición de “baláhna” (palabra zapoteca que, según el cuento de 1936 “El baláhna”, de Aquileo Infanzón Garrido, “volteada al español, significa virginidad”); pero su cuerpo “la traiciona” y no logra demostrar su castidad. Xóchitl evoca que, hace unos 30 años, una mujer de su propia familia pasó por eso y así decidió narrar la historia, por lo que se dedicó a investigar. El guión lo escribió junto con Samuel Sánchez Tual.

Esta tradición –enfatiza– aún existe en algunas comunidades, como Álvaro Obregón, Juchitán y Unión Hidalgo, “aunque es verdad que en muchos municipios del Istmo de Tehuantepec ya se ha dejado de practicar”.

–¿Cómo ha afectado esta práctica a las mujeres oaxaqueñas?

–Psicológicamente. No a todas, pero sí a muchas mujeres que no pudieron demostrar su virginidad y que tuvieron que huir.

La egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica reúne en el corto a las actrices Emma Aguilar Malacara, Héctor Ortiz Valdovinos, Mayra Sérbulo y Maira Jiménez Desales. Realizadora, guionista y productora, Xóchitl produjo en 2018 el cortometraje Franco, de Mariana Martínez.    

Reportaje publicado el 16 de octubre en la edición 2398 de la revista Proceso cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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