Zacatecas
La clave está en el narcomenudeo
El macabro regalo del Día de Reyes en Zacatecas –10 cadáveres en la Plaza de Armas– fue interpretado por especialistas como un mensaje al gobernador David Monreal de parte de uno de los dos cárteles que se disputan la plaza y que sienten que la administración estatal apoya al bando contrario.El macabro regalo del Día de Reyes en la capital zacatecana –10 cadáveres abandonados en la Plaza de Armas– fue interpretado por especialistas como un mensaje al gobernador David Monreal de parte de uno de los dos cárteles (el de Jalisco) que se disputan la plaza y que sienten que la administración estatal apoya al bando contrario. Y la criminal disputa entre ambas mafias, coinciden analistas, no tiene que ver con el control de las rutas hacia el norte sino con el consumo local: el narcomenudeo.
ZACATECAS, ZAC.- La camioneta Mazda gris salió de la cochera de una casa en Guadalupe, ciudad conurbada con la capital. El recorrido, captado por las cámaras del C5, la mostró circulando por la avenida Tránsito Pesado, siguió por las avenidas Arroyo de las Sirenas y Nezahualcóyotl e ingresó por la calle Quebradilla al Centro Histórico, para estacionarse al pie del árbol navideño colocado en la Plaza de Armas, a unos pasos del Palacio de Gobierno.
Fue allí donde su conductor la estacionó, con todo y los 10 cadáveres en su interior, a las 05:30 horas del pasado jueves 6, en un acto insólito que cimbró a los zacatecanos en esta fecha tradicional y que se vio como el más directo desafío dirigido al gobernador morenista David Monreal Ávila.
Después de abandonar los cuerpos de ochos varones y dos mujeres, el conductor huyó corriendo por el callejón de Las Campanas, entre el Palacio de Gobierno y la catedral. Unas calles atrás lo esperaban en otro automóvil, mismo que custodió en todo su recorrido a la camioneta, según confirmó Proceso con fuentes allegadas a corporaciones de seguridad del estado.
En un intento por sofocar la afrenta, unas horas después del hallazgo el gobernador Monreal aseguró que habían sido detenidos los responsables, mientras las redes sociales “reventaban” de comentarios de incredulidad y mofa a esta versión, que además, de manera inicial no fue precisa.
Los detenidos de los que hablaba Monreal fueron en realidad capturados inicialmente por un delito menor, revelaron fuentes del propio gobierno del estado que pidieron reservar su identidad. Pasaron siete días para que la Fiscalía del estado integrara una carpeta para solicitar la orden de aprehensión que cumplimentó en su contra, acusándolos específicamente del secuestro de las víctimas, pero no de los homicidios.
Al informar sobre lo sucedido, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el mandatario estatal presentaron una vez más estadísticas de la disminución de los homicidios en Zacatecas.
El presidente calificó el siniestro evento como “una provocación” del crimen organizado y el gobernador Monreal recurrió a su frase muy repetida: “La herencia maldita” de inseguridad que le dejaron sus antecesores.
Sin embargo, hay quienes ven un claro y directo mensaje al gobierno del hermano del senador Ricardo Monreal, como lo dice Iván Arturo Casas Figueroa, exfuncionario de la Fiscalía General de la República:
“Con la información que se tiene –entre otros datos, los presuntos antecedentes por narcomenudeo de algunas de las víctimas abandonadas en la Plaza de Armas– queda claro que la guerra que vive Zacatecas es por el narcomenudeo. Se están peleando dos cárteles la plaza del narcomenudeo, no se están peleando las rutas… Los homicidios no obedecen a las rutas, sino a que aquí hay un importante mercado de narcomenudeo, aunque muchos digan que no se compara con el narcomenudeo de Ciudad de México, León, Monterrey, de ciudades grandes.
“Como toda empresa, como lo es la delincuencia –precisa–, no quiere descuidar esta sucursal.”
Macabro Día de Reyes
No amanecía aún ese jueves 6 cuando el gobernador Monreal, con el rostro desencajado y los labios apretados, salió de su despacho en Palacio de Gobierno y caminó hacia el árbol junto al cual fue dejada la camioneta con la decena de cadáveres.
Esto quedó registrado en un video que circuló ampliamente en redes sociales, donde se veía a David Monreal hablando de que había personas “golpeadas, lesionadas” –no dijo asesinadas– en el interior de la camioneta Mazda CX3 estacionada, como un macabro regalo del Día de Reyes. El video fue posteriormente eliminado.
Después, en otro video que difundió el gobierno estatal, el mandatario aparece ya con un semblante más sereno, caminando en la misma plaza mientras declara: “Recibimos una herencia maldita (…) La inseguridad dejó de ser un asunto de Estado, para ser un asunto de todos, así es que hay que encomendarnos a Dios ¡En el nombre sea de Dios y vámonos a las actividades!”.
Lo cierto es que de un hecho como éste no existe antecedente en la entidad ni en el país. En la memoria de los zacatecanos está lo ocurrido el 1 de febrero de 2011, un enfrentamiento armado y “narcobloqueos” a las puertas del fraccionamiento Bonaterra, en la ciudad de Guadalupe, donde vivía el entonces gobernador Miguel Alonso Reyes, así como lo sucedido la madrugada del 18 de octubre de 2013, cuando civiles armados balearon el bar Cactus, a unos pasos de Palacio de Gobierno. Pero nada cercano siquiera a esta afrenta, una flecha de fuego al gobierno de Monreal.
El penalista Iván Casas Figueroa, quien se desempeñó como subdelegado y subprocurador de la Fiscalía General de la República en Zacatecas y Michoacán, sostiene que estos hechos “muestran el músculo de la delincuencia” y “la debilidad de las instituciones”.
Este acto, analiza el especialista, tiene un mensaje de desafío y advertencia. “Lo que leemos de este hecho es que el grupo delictivo de Jalisco considera que el gobierno tiene una inclinación o un favorecimiento, es lo que se interpreta, hacia el otro grupo de Sinaloa, y por esa razón dejan este mensaje como diciendo: ‘¿Por qué sólo nos combates a nosotros y no a ellos?’ (…) Algo similar a lo que sucedió en Veracruz”, donde también se cometió una masacre y sobre los cuerpos se dejó un mensaje, aunque éste dirigido al secretario de gobierno, Eric Cisneros, y en una carretera del estado.
El alcalde de Fresnillo y hermano de David y Ricardo, Saúl Monreal Ávila, descarta que el abandono de las 10 personas asesinadas a las puertas del despacho del gobernador pudiera tener una relación con la adelantada sucesión presidencial y la aspiración política de su hermano, el senador Ricardo Monreal.
“Creo que hay una realidad aquí, una disputa entre cárteles y no veo que sea político; a lo mejor en el hecho de dar la nota de que sea Fresnillo, sea Zacatecas, haya gente que quiera politizarlo, pero sería muy lamentable porque la realidad es que no sólo es Zacatecas, vea Veracruz, vea Morelos, es un problema del país.”
Presuntos culpables
“Hemos logrado la captura de los presuntos responsables”, dijo el mismo 6 de enero el gobernador en otro video oficial, sin dar más detalles.
David Monreal evita ser cuestionado. Sus mensajes los ofrece en videos difundidos en redes sociales y en conferencias de prensa, pero rechaza las entrevistas. “Ya ha fijado posicionamiento sobre el tema”, excusa su coordinador de Comunicación Social, Gerardo Flores, a la solicitud de entrevista hecha por este semanario.
“Como resultado del despliegue policial hubo personas detenidas que probablemente estén relacionadas con el hecho que se investiga”, informó el fiscal del estado, Francisco Murillo Ruiseco, la noche del 6 de enero también mediante un video. Murillo centró su mensaje en la identificación de las víctimas, sin dar detalles sobre cuántos eran los detenidos o del contexto de la detención.
Un hombre y una mujer fueron detenidos, pero Proceso pudo conocer que en realidad se les capturó inicialmente por un delito menor: atentados a la seguridad de la comunidad. Fue hasta el 13 de enero que agentes de la Fiscalía de Justicia cumplimentaron una orden de aprehensión en su contra por su presunta participación en el multihomicidio.
Así, mientras estuvieron detenidos por el otro supuesto caso, policías de investigación realizaron cateos en varios domicilios e intervenciones telefónicas para hacerse de las pruebas necesarias.
En una audiencia celebrada el 14 de enero, la Fiscalía local solicitó al juez la vinculación a proceso penal contra Juan Carlos y/o Juan José de 41 años y Perla Elizabeth de 20 años de edad, quienes se acogieron a la ampliación del término constitucional; la audiencia se reanudó el martes 18 y el juez resolvió vincularlos a proceso por los delitos de secuestro agravado y asociación delictuosa, por lo que permanecerán en prisión preventiva, y otorgó un plazo de investigación de cuatro meses.
De las 10 víctimas hasta ahora se sabe poco. Al informar los pormenores de las necropsias e identificación de los cadáveres, Murillo aseguró que uno tenía antecedentes penales por narcomenudeo y dos por robo calificado. Y detalló que todos fueron asfixiados por estrangulamiento, que la mayoría de los cadáveres mostraban lesiones de ataduras en pies y manos, y que uno de ellos fue torturado.
Posteriormente, la Fiscalía de Justicia informó que terminó el proceso de reconocimiento y entrega de siete de las 10 víctimas, seis hombres de edades entre 21 y 29 años, así como una mujer de 20, todos originarios del estado.
Esta última vivía en la colonia Felipe Ángeles, en la periferia de la capital. Amigos y conocidos de la chica, quienes pidieron mantener su anonimato, aseguran que no estaba vinculada a ninguna actividad delictiva y que una noche antes de aparecer asesinada, acudió a una fiesta a la colonia Colinas del Padre, en el surponiente de la capital.
Los supuestos antecedentes de las víctimas, considera el penalista Iván Casas Figueroa, plantean que la violencia desbordada en Zacatecas, como en la mayoría del país, puede obedecer al narcomenudeo. Este delito no se está combatiendo por las fiscalías estatales ni federal y es una de las razones principales de las disputas de los grupos del crimen organizado para controlar su mercado en los territorios, sostiene.
Mientras tanto, en menos de una semana ocho policías fueron asesinados en cinco ataques distintos y los homicidios de civiles tampoco cesan.
Fresnillo figura como la ciudad más insegura del país y la propia ciudad de Zacatecas ya aparece en cuarto lugar de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía con datos de diciembre.
Tanto Casas como el alcalde Fresnillo, Saúl Monreal, coinciden en que la estrategia de combate a la incidencia delictiva debe cambiar, ante la ausencia de resultados. Iván Casas advierte: “Debe enderezarse la estrategia a la investigación del homicidio doloso y el combate al narcomenudeo… esto no va a terminar con la simple llegada de más agentes de la Guardia Nacional”.