La tarde del viernes 13 de agosto próximo se cumplirán 500 años de la rendición de Cuauhtémoc, emperador de los aztecas, ante Hernán Cortés, el capitán del ejército español que, acompañado por miles de indígenas adversarios de los mexicas, había terminado con la resistencia final de México-Tenochtitlan. Sobrevenía una tormenta sobre el Valle del Anáhuac y por detrás de las montañas del poniente se ocultaba para siempre el Quinto Sol del pueblo originario de Aztlán.

Culminaba así el episodio histórico conocido como la Conquista de México, iniciado de hecho con el arribo en 1492 de Cristóbal Colón a lo que aquellos que se autodenominaron descubridores llamaron  Indias Occidentales y que inició su etapa final con el desembarco de Cortés y sus tropas en las costas de Quintana Roo.  

La Conquista de México fue uno de los acontecimientos más determinantes en la recomposición del mundo del siglo XVI y, sin duda alguna, uno de los más abordados por los historiadores, verdaderos o imaginarios, durante cinco siglos.

En su edición especial dedicada a la conmemoración de los 500 Años de la Conquista de México, que estará al alcance del público a partir del 1 de agosto, Proceso recoge relatos, testimonios, documentos, imágenes y análisis de expertos en la materia que, en su conjunto, ofrecen un abanico amplio de lo que realmente pasó, de lo que pudo haber pasado, de los mitos, invenciones y mentiras que han alimentado la historiografía occidental y, por supuesto, también la imaginación indígena.

En el subconsciente de la cultura mexicana subyace un entrevero de medias verdades, explicación no única pero sí suficiente de las profundas diferencias e injusticias que han caracterizado a nuestra sociedad.