Futbol
En Europa tampoco pueden vivir del futbol
En sus tres años y medio de vida, la Liga MX Femenil ha exportado cuatro jugadoras mexicanas hacia Europa. En entrevista, tres de ellas reconocen que, si bien tuvieron una mejoría económica en su salario, en Europa tampoco pueden vivir del futbol, al menos por ahora.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En sus tres años y medio de vida, la Liga MX Femenil ha exportado cuatro jugadoras mexicanas hacia Europa: la arquera Cecilia Santiago (América) al PSV de Holanda, la zaguera Paulina Solís (Tigres) al Damaiense de Portugal, la delantera Rubí Soto (Chivas) al Villarreal de la Segunda División de España y la delantera Estefanía Fuentes (América) al Sassuolo de Italia.
En entrevista con Proceso, las tres primeras reconocen que, si bien tuvieron una mejoría económica en su salario, en Europa tampoco pueden vivir del futbol, al menos por ahora.
La principal razón que las motivó a irse de México fue salir de su zona de confort, mejorar su nivel de juego, tener roce con jugadoras de otros países y tratar de participar en torneos internacionales. Ser mejores jugadoras les permitiría hacer una carrera larga en Europa, volver al futbol mexicano y cotizarse mejor, o ser convocadas a la Selección Mexicana.
“La mayoría que está en selección son de fuera. Pensé: ‘Si me voy, quizá me puedan llamar’. Quiero ayudar a abrir una puerta: que existe la liga mexicana, que hay talento, que pongan los ojos ahí.
“Cuando me ofrecieron en segunda división llamé a Charlyn Corral (la pichichi mexicana del Atlético de Madrid) para pedirle consejo, me dijo que es buena oportunidad para tratar de llegar a primera. Dije: ‘Si no me va bien, tendré un nuevo aprendizaje, y si regreso a México, tendré las puertas abiertas’, comparte Rubí Soto, de 25 años.
Aunque a Soto le quedaba un año más de contrato con Chivas, la directiva le dio permiso de irse. En Guadalajara recibía los mismos servicios que el plantel varonil. En España le toca empezar de cero, no es titular y extraña los minutos que tenía en Chivas.
Ella firmó contrato por un año y le preocupa no poder enseñar su futbol para quedarse más tiempo o cambiarse a un mejor equipo. En España gana “un poquito más” que en México, pero como cobra en euros le rinde más el dinero que manda a su familia.
“Una mujer no puede vivir del futbol ni en México ni en España. Estoy ganando experiencia y aprendiendo futbol. Aquí me dan departamento (compartido), pero pago los servicios, no me dan comida. No tengo coche, me transporto con mis compañeras. Llegué siendo nadie. A veces digo: ‘Me hubiera quedado en México’, luego yo sola me motivo y me digo: ‘Estás aquí para crecer’”, añade Soto.
Por perseguir su sueño en Europa, la jugadora nacida en Los Mochis, Sinaloa, perdió el patrocinio que tenía con una clínica de rehabilitación donde tenía un preparador fisico personal y servicio de fisioterapia gratis. En España, esos “lujos” no puede pagarlos.
Por su parte, la mexiquense Cecilia Santiago se convirtió en la primera jugadora mexicana en partir a Europa. En una gira de la selección nacional en 2019, el PSV se enamoró de ella y la fichó. Coincidió con que su contrato con el América ya había terminado. Las primeras semanas sufrió con la adaptación al idioma, pero pronto aprendió las instrucciones en holandés e inglés.
“Algunas cosas cambiaron drásticamente. Llegué siendo la mexicana que era un boom en redes sociales y medios o que jugaba en el Azteca, acá no jugamos en el estadio de los hombres, aunque cuando acabe la pandemia eso ya pasará. En México transmiten la liga en la televisión, estamos en todos los medios y aquí sólo se difunde por redes y los partidos los transmiten en el canal de YouTube. Pese a que la liga holandesa tiene más tiempo (nació en 2007), me sorprendió que en México en sólo tres años estamos en todos lados, aquí apenas está empezando”.
En cuanto al salario, Santiago mejoró sus ingresos 30%, el club le paga un departamento –que comparte con otras dos extranjeras– y todos los servicios. “Vivo del futbol, pero me dan esas cosas. Si yo tuviera que pagar todo no sería autosuficiente”, matiza.
–¿Qué te parece que eso pase tanto en México como en Holanda?
–Que falta mucho por hacer. Estoy cumpliendo un sueño, pero me gustaría que se viera reflejado en la cuestión monetaria. Al paso de los años han mejorado las cosas, pero no al ritmo que nos gustaría.
De su paso por Europa, Santiago, de 26 años, se ha beneficiado por jugar con extranjeras, con futbolistas de otros países como Bélgica y Alemania. En la Liga de Campeonas, el PSV enfrentó al Barcelona, al Lyon y al Wolfsburg, tres equipos de gran envergadura en España, Francia y Alemania, respectivamente.
“Ves la realidad de dónde estás parada, cuál es tu nivel. Ves fríamente el alto nivel del futbol y te obliga a mejorar o decir mejor me retiro. Me han exigido mucho física y técnicamente. Tuve que cambiar mi estilo latino, aquí usan mucho a la portera y participo más con las manos que con los pies”.
Apuesta por el representante
Paulina Solís partió rumbo a la liga femenil portuguesa en octubre del año pasado. Después de una lesión fue relegada durante siete meses en el club Tigres, donde se quedó esperando entrar a la cancha. Pidió salir a préstamo con otro equipo o que la dieran de baja, pero eso no sucedió.
Consiguió un representante extranjero que armó una serie de videos para mostrarla y le ayudó a negociar su contratación por dos años con el Damaiense, equipo que le paga casi 60% más de lo que ganaba en el cuadro felino, le dio un departamento amplio para ella sola y se marchó tras concluir su contrato de tres años.
“Recuperé la confianza, algo que perdí en Monterrey. Tengo una vida tranquila y estoy jugando, que es lo que quería. Fue la mejor decisión que tomé, salir de México también amplió mi panorama del futbol. Si tuviera que pagar renta bajaría considerablemente mi nivel de vida, pero esa fue una de las cosas que negociamos. Es muy dificil dedicarte al 100% al futbol en México porque puede que ganes bien, pero para una deportista profesional es complicado vivir de eso”.
Aunque Tigres es uno de los equipos que mejor trata a sus jugadoras, Solís asegura que quienes no viven en la casa club sufren para ser deportistas de tiempo completo: cuidar la alimentación, tomar proteína, ir al gimnasio, tener sesiones con un psicólogo deportivo. Simplemente no alcanza. En la casa club, por el contrario, se pierde la privacidad y no es el mejor estilo de vida.
“Las foráneas que estábamos en casa club queríamos irnos, pero lo pensábamos: la renta, la comida, la gasolina. Era vivir a raya. Tigres me pagaba la escuela, los alimentos y el transporte al principio cuando no conocíamos la ciudad y éramos muchas en la casa club. Acá puedo comer en la cafetería del club, tengo mi sueldo, el apartamento que yo no lo pago”.
Solís recuerda ademas cómo batallaba con la directiva de Tigres para negociar su contrato, pues se rehusaba a tratar con representantes.
“En México, los clubes negocian directo para ofrecerte lo mínimo en beneficio de ellos. Su respuesta era: ‘Yo con representante no me manejo, dime sí o no’. Si firmas por poco, qué bueno. Si no aceptas, te quedas sin jugar. Eso me pasó al final de la temporada con Tigres. Acá puedo tener representante, da la cara por mí, me consigue cosas”, asegura la jalisciense de 23 años.
La futbolista quiere quedarse mucho tiempo en Europa. Reconoce que la primera semana la sufrió porque no entendía el portugués y no conocía a nadie porque ha estado confinada por la pandemia. Está contenta con el sistema de juego que está aprendiendo, a pesar de que la liga no tiene mucha difusión.
“No me arrepiento. Es un buen reto y hasta que lo vives, lo entiendes. Ahorita ya estoy feliz. Me han tratado bien, me han cobijado. Estoy teniendo minutos, estoy creciendo. No quiero adelantarme. Quiero vivir esta etapa, si sale otra oportunidad para crecer, la tomaré”.
A las jugadoras que la Liga MX Femenil ha exportado hay que sumar a un grupo de seis repatriadas que jugaban en clubes europeos y que los equipos Tigres y Monterrey trajeron a México, cuatro de ellas con el primero y dos más con el segundo.
Se trata de Cristina Ferral (Marsella), Greta Espinoza (Levante), Stephany Mayor y Bianca Sierra (Islandia), así como Christina Burkenroad (Sparta Praga) y Mónica Flores (Valencia).
Proceso contactó a ambos equipos para entrevistar a las jugadoras. Ninguno atendió la solicitud.