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“El futbol femenino nos agarró en fuera de lugar”: Karina Báez, directora técnica de Pumas

No obstante quedar fuera de la liguilla del Apertura 2021, Karina Báez, directora ténica del equipo femenil de los Pumas, admite que el futbol femenil agarró a muchos desprevenidos y en fuera de lugar.
sábado, 11 de diciembre de 2021 · 13:55

Karina Báez está en la cúspide de su carrera como directora técnica del equipo femenil de los Pumas. No obstante quedar fuera de la liguilla del Apertura 2021 –su primer fracaso–, admite que el futbol femenil agarró a muchos desprevenidos y en fuera de lugar. No obstante, se muestra optimista ante lo que viene pues, dice, tiene todo el apoyo. Lo importante es formar especialistas en futbol femenil sin distinción de género.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Veinte años después de haberse convertido en futbolista, Karina Báez recibió la oportunidad de sus sueños: dirigir al equipo femenil de los Pumas. Ya recibió su primer descalabro, quedó fuera de la liguilla del Apertura 2021, el primer torneo que dirigió. Por primera vez en dos años, verá por televisión las finales de la Liga MX femenil.

Pumas femenil finalizó en la posición 10 de la tabla con 21 puntos, producto de cinco triunfos, seis empates y seis derrotas. En su favor, habría que decir que fue el tercer equipo que menos goles recibió (16), sólo detrás de Rayadas (10) y Tigres (7), pero en goles marcados se quedó con 19, muy lejos de los 52 que anotó Tigres, los 45 de Monterrey o los 37 del Santos Laguna.

Karina Báez no rehúye su responsabilidad; sabe que en su primera oportunidad como directora técnica en la Liga Femenil quedó a deber. Está consciente de que el trabajo que ha hecho como auxiliar técnica la puso en el radar de Pumas, la institución cuyos colores defendió durante seis años como jugadora amateur, a la par que estudiaba derecho en la UNAM. Otros cuatro también fungió como entrenadora en los representativos de los Pumas.

Hasta hace algunos años se imaginaba ejerciendo como ministerio público; incluso aplicó para ingresar a la Policía Federal, pero en su camino se cruzó Eva Espejo, una de las pioneras del futbol mexicano, quien la alentó a tomar el curso de entrenadora. Báez pasó de la incertidumbre sobre a qué se dedicaría en la vida a la certeza de ser directora técnica de futbol.

En 2017 llegó al club Pachuca como auxiliar técnica de Eva Espejo y dos años después lo fue de Roberto Medina, el entrenador de Tigres femenil, el equipo más ganador con cuatro títulos y seis finales disputadas, la última hace apenas siete meses.

“Yo estaba un lunes jugando la final contra Chivas y unas horas después la directiva de Pumas me contactó para saber si estaría dispuesta a dejar Tigres. Por supuesto que fue un sí. No me dio tiempo ni de pensar, de mi parte siempre fue un: ‘estoy dispuesta; sí quiero. Ya estoy lista’. Es de las oportunidades más grandes que he tenido en mi vida”, dice en entrevista con Proceso.

Karina Báez. Foto: Benjamín Flores

–Ileana Dávila inició el proyecto de Pumas femenil, se fue y llegó usted con una responsabilidad más grande de hacer lo que ella no pudo, ¿le pidieron títulos?

–Con Ileana hicieron cosas muy buenas, como la calificación a la liguilla (estuvo en cuatro de los nueve torneos que dirigió; tuvo siete derrotas y un empate), partidos muy importantes, pero la responsabilidad ahora es avanzar y dar otro paso. Esa responsabilidad me lleva a otro tipo de presión: tienes que dar resultados. La idea es permear la experiencia que traigo de Pachuca y de Tigres, y señalar cuál es el camino. Tenemos que dar un golpe con mayor autoridad.

–¿La directiva está casada con la idea de que sea una mujer la que esté al frente de Pumas femenil?

–Sí, esa es la idea del club, del ingeniero Leopoldo Silva (presidente del club Universidad). En este club han optado por una mujer. Para mí es el camino correcto, muchas venimos desde atrás empujando. Ahí está también una Ana Galindo qué pasó de América a selecciones nacionales (dirige la Sub-17). Somos gente con experiencia que hacemos lo imposible por seguir preparándonos.

–Dirigió su primer torneo y no calificó a la liguilla, quedó a deber…

–Sí, claro que quedé a deber, quedamos a deber. Amerita mucho análisis y es parte de la transición al proyecto. No voy a salvar esta parte de que se queda a deber, pero hay cosas muy importantes y positivas que hicimos como ir al Azteca ante el América, venir de un 2-0 abajo y empatar. Nunca en un torneo regular Pumas le había anotado más de un gol al América. Nunca se le había anotado a Tigres (en tres juegos 0-0, 4-0 y 3-0); vamos de visita, estamos ganando y al final por detalles no pudimos (perdieron 2-1), pero les hicimos daño.

“Ante Pachuca, que fue el gigante dormido de esta temporada por el nivel de contrataciones y el nivel de inversión que le hicieron a esa plantilla, fuimos al estadio Hidalgo y evitar que esas individualidades de altísima experiencia nos vulneraran. Hay que medir otras cosas (no sólo los marcadores).”

Lo que viene

Tiene contrato por un año. Se le pregunta: ¿es suficiente para consolidar un proyecto en un futbol donde los resultados mandan o se vale que un equipo sostenga el tiempo que sea necesario a una mujer?

–Nosotras antes no teníamos los espacios y tenemos que ser conscientes de que nos toca trabajar el triple para sacar esos proyectos. En el siguiente torneo ya no puede quedar esa laguna, tiene que verse sólido mi trabajo. Tengo que dar la cara y hacer lo necesario para que esto vaya a los niveles que queremos.

–¿Pero considera que las directoras técnicas están en desventaja con los hombres, que las aguantan menos y cuando no funcionan, mejor designan a un hombre o, por el contrario, las sostienen más ­tiempo porque son mujeres aunque no den resultados?

–Las oportunidades a las mujeres se han dado. Ahí tenemos el caso de Fabiola Vargas que sale de Necaxa (fue reemplazada por Leonardo Álvarez), pero tiene la oportunidad de ir a Xolas (sustituyó a Frankie Oviedo). Está Carla Rossi (con Querétaro). Yo no estoy casada con el género. Hay muchos hombres directores técnicos que tienen muy bien desarrollada la pedagogía del futbol femenil en México, pues bienvenidos. Por otro lado, no por el simple hecho de ser mujer deberíamos tener a las mujeres.

“Las que estamos ahorita dirigiendo, como Cristina González (Bravas de Ciudad Juárez), Eva Espejo (Rayadas de Monterrey), hemos estado metidas en esto muchísimos años. Entonces, no es cuestión de si es hombre o mujer, sino de preparación. Nosotras empezamos con niños, en equipos de prepas y hemos tenido un proceso más lento en comparación con muchos hombres que, como fueron jugadores profesionales, les abren las puertas de un club por la experiencia que tuvieron.

“Sí debería haber más oportunidades para las mujeres y se están abriendo ahora con la creación de la Sub-17, donde es obligatorio tener una mujer en el cuerpo técnico; eso es muy positivo, pero no nada más es meterla, sino también que se empape de cómo funciona esto. El futbol varonil nos lleva años, esa es la realidad y no pasa nada, pero nosotras debemos acortar esa distancia.

“Hace tiempo platicaba con la auxiliar de un equipo profesional de Estados Unidos y me decía: ‘Nos preocupa México porque están creciendo de manera exponencial’, pero no es nada más que exista la liga y el futbol femenil, sino ¿cómo vamos a mejorar todo esto? ¿Qué tenemos qué hacer con esta monotonía o protagonismo de equipos como Tigres y Rayadas, que son los que más han llegado a finales? ¿Qué debemos hacer los demás equipos para también lograrlo? Para que este proyecto (la Liga Femenil de México) sea positivo tienes que invertirle en la capacitación, no importa si eres hombre o mujer.”

Motivaciones

–La cuestión económica es lo que ha inclinado la balanza, ¿en Pumas hay para invertir en extranjeras y para tratar de armar un equipo que sea protagonista o la realidad es que no hay dinero?

–La propuesta de Pumas es algo híbrido. Es necesario que todos los equipos tengan jugadoras que estén entre las mejores a nivel nacional. Tener jugadoras con experiencia conlleva el crecimiento de las demás. Me tocó vivirlo en Tigres. Ya había nivel, pero con la llegada (en 2019) de Bianca (Sierra) y Fanny (Stephany Mayor), que venían con un físico impresionante, de hecho acabábamos de perder una final (ante Rayadas), y el equipo quería alzar el nivel, las veían como un referente. En intensidad, el nivel se emparejó, quizá no en lo técnico, pero también pasó con la llegada (en 2020) de María (Sánchez) que siguió jalando. Eso pasó en Tigres, donde tienen a las mejores jugadoras en México y aun así el club sigue llevando este tipo de jugadoras top, pero otros equipos no hemos llegado a nuestro punto más alto para traer jugadoras referentes

“En Pumas me gusta mucho la parte de las juveniles. Me tocó esta temporada darle más minutos a Anahí (Gómez, defensa) y a Grecia (Pineda, mediocampista) que son de nuestras juveniles más chiquitas (17 y 16 años, respectivamente), y cada vez que entraron a la cancha respondieron con una personalidad impresionante en el estadio Universitario (de Tigres), donde la gente te abuchea y es horrible ir de rival porque a la gente la tienes encima.

“Eso me da esperanzas y motivación de decir: ‘el futuro viene muy fuerte’. Ahí está una Laura Herrera Macías de nuestras jugadoras (nacidas en) 2003, ya le tocó su primer llamado con Maribel Domínguez a la Sub-20, y a Grecia su primera convocatoria con la Sub-17. No calificamos, pero otro logro aislado es Melany (Villeda, portera) repitiendo convocatoria con la Selección mayor”.

–¿Las jugadoras creen en usted, la ven con respeto, como la líder de este proyecto?

–Sí, no es que lleguen y me lo digan. En los entrenamientos lo muestran. Ellas están convencidas, están, no sé si a gusto sea la expresión correcta, pero veo que lo disfrutan. Les preguntaba el otro día si consideran que crecieron esta temporada. Si no crecieron y sienten que fuimos para atrás son focos rojos para mí, pero la respuesta fue que sí.

–¿La han cuestionado duro sobre sus planteamientos o la posición que les asigna en el campo?

–No todo ha sido miel sobre hojuelas. No puedes darles gusto a todas. Se trata de que cada una tenga su mejor versión. Cada 15 días tenemos interescuadras con los niños y también ahí las fuerzas básicas nos apoyan siempre con sus categorías y los entrenadores dando retroalimentación con miras a ayudar al equipo femenil. El último interescuadras que tuvimos fue contra niños nacidos en 2006 y los dos tiempos los hicimos parejos. Eso es un avance y que todas se hayan sentido con la confianza de entrar y encarar, que el equipo se vio en bloque, que jugábamos a lo mismo y que ellas hayan salido sintiéndose bien, con confianza y motivadas porque hicieron un buen juego, son cosas objetivas que te dicen que vas por buen camino. Eso me deja tranquila.

–¿Qué pasó cuando no calificaron, la mandaron llamar para decirle: “Confiábamos en ti y no lo lograste”?

–La primera que siente la espina muy clavada soy yo. Soy autocrítica, pero también hay que hacernos responsables de lo que nos toca a cada una y no a manera de culpa. Durante todo el torneo con el ingeniero Silva hubo acercamientos, siempre con su respaldo. Le gusta y quiere mucho su proyecto femenil, lo procura. Sé que existe la expectativa de hacer lo que Tigres. Su respaldo ha sido incondicional, obviamente yo sé los términos en los que vine. Sé que esto es futbol y que tengo que dar resultados.

Carta abierta

–¿Hará ajustes importantes para el próximo torneo? ¿Usted decide si quiere cambiar a quienes integran el cuerpo técnico o no puede pedir lo que necesita para mejorar?

–Sí, tengo esa carta abierta y sí va a haber ajustes, se tienen que hacer. Las decisiones tienen que ser muy inteligentes y acertadas. Está la disposición de las jugadoras. Tenemos que dar pasos más firmes. Es muy fácil decir que ya se permiten extranjeras (en la liga), pero la única manera de garantizarlas es con la cartera.

–Le vendrá bien al futbol femenil que el rango de edad de las jugadoras del primer equipo no sea tan amplio y que las más chicas jueguen con las de su categoría…

–Le va a venir bien. La profesionalización es la parte dura y cruda del futbol femenil, pero es lo mejor que nos puede pasar: saber que no dependes sólo de una futbolista y que vienen generaciones muy bien preparadas. Si por alguna razón una no está lista sabes que está la que sigue. Me va a tocar como entrenadora también, atrás de mí vienen otras y me toca limpiarles el terreno.

–Es duro aceptar que no le tocó estar en la Liga Femenil como jugadora y que como auxiliar o como entrenadora también le toca picar piedra…

–A veces creo que ni nos damos cuenta. Las jugadoras (nuevas) llegan a esta estructura, entrenan aquí (en las instalaciones de la cantera), tienen todos los uniformes, fisioterapia, médico, psicólogo, área de coaching. Nosotras en los (equipos) representativos sólo teníamos uniforme; (a las más veteranas) nos va a tocar evolucionar hacia otros puestos. Debemos encontrar preparadores físicos, entrenadores, psicólogos expertos en futbol femenil. El futbol femenil agarró a muchos desprevenidos y en fuera de lugar. No somos expertos en mujeres y la mayoría ha tenido la voluntad de ir avanzando, obviamente va a haber errores porque pensamos que es de una manera y en el camino nos damos cuenta que no era por ahí. Lo que nos toca ahorita es desarrollarnos y estar conscientes de lo que nos demanda el futbol femenil profesional en México.

–Como pasa en el futbol varonil, ¿en el femenil hay que cortarle rápido la cabeza a una entrenadora que no da resultados o debe haber más tolerancia?

–Habrá clubes, los grandes, que le invierten un dineral a sus plantillas y lo que quieren son resultados, entonces hay una presión bárbara. Hay otros que miden su crecimiento con otros parámetros. No podemos dejar de lado que esto es una competencia.

Reportaje publicado el 5 de diciembre en la edición 2353 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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