Felipe Cazals

El premio Digna Ochoa, para Felipe Cazals

Los astros se conjuntaron para que la despedida del enorme cineasta Felipe Cazals, fallecido el día 16, tuviera un desenlace de justicia por su trabajo en el documental "Digna... hasta el último aliento".
sábado, 30 de octubre de 2021 · 19:09

Los astros se conjuntaron para que la despedida del enorme cineasta, fallecido el día 16, tuviera un desenlace de justicia por su trabajo en el documental Digna… hasta el último aliento. Primero, el Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social lo designó con la presea que lleva el nombre de la abogada, a dos décadas de su muerte. Y segundo, se anunció para diciembre el dictamen de la Corte Interamericana de Derechos Humanos relativo a la posible reapertura del caso por el Estado mexicano, que calificó de suicidio lo que Cazals sostuvo en su filme como asesinato.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Por el aporte con su docudrama Digna… hasta el último aliento para aclarar el caso de la abogada veracruzana Digna Ochoa y Plácido (encontrada sin vida a sus 37 años de edad el 19 de octubre de 2001 en su despacho de la colonia Roma), el cineasta Felipe Cazals, fallecido el pasado 16 de octubre, fue distinguido con el premio que lleva el nombre de la defensora de los derechos humanos.

La ceremonia sucedió el mismo día que se cumplieron los 20 años de la muerte de Ochoa, en el auditorio igual llamado como ella de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Ahí sorprendió una silla vacía con el nombre del realizador. La presea la entregó el Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social (Gadhjs). Primero se pidió un minuto de aplausos para el realizador de las películas de culto Canoa, El apando, Las Poquianchis y Los motivos de Luz.

Después, el reconocimiento a Cazals fue recibido en su nombre por la actriz, productora y también activista Vanessa­ Bauche, quien interpretó a Ochoa en Digna… hasta el último aliento (de una hora 58 minutos y cuyo estreno ocurrió en el Festival Internacional de Cine de Berlín en 2004), de manos de Jesús, hermano de Ochoa.

Cabe destacar que también a Bauche (Ciudad de México, 1973) le fue entregado el mismo reconocimiento por su interpretación como Digna; la cinta ofrece más de 60 testimonios de criminólogos, periodistas, defensores de derechos humanos y abogados amenazados, religiosos, policías, analistas políticos, luchadores sociales, familiares, militares y amigos, “que determinan el perfil de la activista”, resultado de 180 horas de grabación.

Cazals muestra en el largometraje información de que la abogada fue asesinada, rechazando la causa del suicidio, como entonces lo dio a conocer la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, cuyo titular era Bernardo Bátiz (Proceso 1422).

Bauche, en entrevista telefónica con Proceso, resaltó la responsabilidad social “inherente a la obra del maestro a lo largo de un proyecto de vida, donde fue congruente, valiente, incisivo y totalmente comprometido con la verdad histórica en la justicia social de México.”

La también intérprete de Amores perros, de Alejandro González Iñárritu, expresó que el asunto de Ochoa será un parteaguas en el sistema de impartición de justicia, ya que se espera que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Coridh), en diciembre próximo, emita un falló positivo para que el Estado mexicano reabra el caso.

Bauche, además cantante, recordó que la audiencia del Coridh se efectuó virtualmente los pasados 26 y 27 de abril, y como Cazals tuvo problemas para conectarse vía internet, ella le narró todo. Además, mencionó que el pasado viernes 15 de octubre le comunicó que le entregarían el premio Digna Ochoa, pero él le informó que no asistiría por problemas de salud y la remitió con su esposa Rosa Eugenia Báez, “sin saber que al día siguiente trascendería”.

Jesús Ochoa y Plácido, en conversación con este semanario después de la ceremonia de entrega del premio –también otorgado a otros activistas– enfatizó que Digna... hasta el último aliento ha sido una importante contribución en el suceso de su hermana:

“Platiqué con Felipe Cazals en varias ocasiones y prácticamente él estaba muy seguro de que el caso Digna Ochoa había sido un homicidio. Y no hay duda sobre eso. El cineasta efectuó una investigación profunda. Realizó muchas horas de entrevistas y nosotros en algunas ocasiones le pedimos información, nos dio parte, él también corría muchos riesgos y yo lo entendí, por eso no aportó todo lo que poseía, porque eran cosas muy comprometedoras. El entonces subprocurador Renato Sales Heredia fue el creador de la versión del suicidio, a mediados de diciembre del 2001.

“Todo lo que aportábamos a la Procuraduría lo utilizaban para encuadrarlo dentro de la hipótesis del suicidio. Entonces, qué bueno que el maestro Cazals no aportó toda su investigación. Probablemente hablaremos con su esposa, a ver si es posible que nos pueda aportar algo más, algún video.”

Cabe destacar que Renato Sales Heredia es el actual fiscal general de Campeche, propuesto por la gobernadora Layda Sansores.

Asimismo, el abogado de la familia Ochoa y Plácido, David Peña, apreció igualmente el nivel de la película como fundamental para el caso:

“Primero, el colocar a Digna como una mujer acosada, que sufría amenazas y actos de agresiones, fue importante porque la hizo humana y dejó fuera todas las versiones sobre que estaba trastornada y que padecía problemas mentales. Y segundo, desde luego que en la reconstrucción ficcionada que realizó Cazals de los hechos, todos los datos apuntan a un homicidio, lo cual ha mantenido durante muchos años viva esa hipótesis del asesinato, que al final él lo podía decir en términos artísticos, y lo que nos tocaba a nosotros era probarlo en terminos judiciales, en términos legales, y eso fue lo que hicimos. Nos tardamos, porque la justicia en México es lenta y la justicia internacional también.”

Y recalcó:

“Entonces la película de Cazals fue literalmente un aliento también para seguir exigiendo justicia y para seguir sobre todo recalcando los puntos que eran inverosímiles en la versión de la Procuraduría. Creo que eso fue clave. Lo lamentable no era que lo sostuviera el gobierno, sino que durante muchos años una parte del movimiento de los derechos humanos se inclinó por la hipótesis del suicidio.”

La periodista Blanche Petrich, quien además recibió el mismo premio, recordó que desde que se estrenó Digna... hasta el último aliento, “con Cazals y Pilar Noriega, amiga y compañera del bufete de Digna, formamos el club contra la hipótesis del suicidio y nos reunimos durante todo ese periodo mínimo cada tres meses para desahogarnos, para escuchar la santa ira del magnífico Felipe contra la injusticia”.

“Una obra maestra”

En 2003, antes del estreno, el narrador y guionista de cine, dramaturgo, periodista y fundador de este semanario, Vicente Leñero, escribió en Proceso que el docudrama “es una obra maestra por su habilidad para informarnos, para interesarnos, para conmovernos y para enfurecernos”.

También destacó que “ningún reportaje ni ningún alegato han dicho tanto como lo que muestra esta impresionante película documental sobre Digna Ochoa”. Continuó:

“Pero Cazals no alega ni discute ni sermonea. Se limita a presentarnos testimonios y más testimonios. De quienes la conocieron de cerca, pero también de quienes la descalificaron en vida y de quienes protegen con indolencia o con intereses oscuros a sus asesinos.” (Proceso 1394.)

Por su parte, en febrero de 2004, Cazals expresó en entrevista que la injusticia y el atropello lo impulsaron a crear Digna... hasta el último aliento:

“El trabajo de Digna Ochoa era un ejemplo absolutamente fuera de serie, lo que se llama luchadora social. Hay mucho interés por desvirtuar lo que eso significa. Ser un defensor de derechos humanos es muy difícil. El arrojo, la decisión, la integridad y la valentía que ella tuvo durante el tiempo que le tocó ejercer esa profesión, me parece sobresaliente.

“Si algo me queda claro de todo el trabajo de investigación, todo el sondeo de testimonios y demás elementos con los que trabajamos, es que estaba muy lejos de agredirse con su propia mano.”

Bauche rememoró que a sus 14 años de edad vio dos películas de Cazals en el Cine Gloria, en un programa doble: Canoa y El apando. Como era menor de edad, se le aceptó bajo la responsabilidad de su mamá, quien le advirtió que en las escenas fuertes le daría un codazo para que se tapara los ojos:

“Pero gracias a ese viaje auditivo, pude escuchar un tono autoral que jamás me imaginé, y por supuesto que se me movió dentro de mi algo muy fuerte que me determinó a luchar por ser una actriz de Felipe Cazals algún día.”

En 2003 Cazals la llamó:

“El maestro me contactó y empecé a gritar de la emoción y del miedo, porque había muchas leyendas alrededor de él: que era muy violento en el set, que daba de gritos, que era tiránico y no sé cuánta cosa. Pensaba: ‘¡Ay mamacita!, estoy feliz, pero si me echa un grito voy a salir corriendo porque a mí no me gusta la violencia’”.

Se vieron, pero primero le mandó el guion de Las vueltas del citrillo, y lo leyó en seguida:

“Me expresó que no podía empezar con Las vueltas del citrillo hasta que finalizara un docudrama sobre Digna Ochoa, pero que no había encontrado a la actriz. Le mencioné si era una proposición indirecta, pero me explicó que estaba muy chica. Le comenté que podría engordar para dar más edad. Me volvió a llamar, creo que al otro día, para volver a vernos, y me puso un sobre en la mesa, lo abrí y era la foto de Digna. Y me preguntó: ‘Jala o se pandea’. Yo le exalté: ‘¡Por favor maestro!, no me lo tiene que decir dos veces’. Creo que desde un principio hubo una gran complicidad que mantuvimos hasta el pasado viernes 15 de este mes.”

Bauche continuó:

“Entonces el maestro me preguntó: ‘¿Cuánto puede engordar?’, y le dije ‘¿en cuánto tiempo?’. Me señaló que en dos semanas. Enseguida le expresé: ‘¡No sea así maestro!, ¡qué bárbaro’. Y él me mostraría horas de material porque íbamos a construir una Digna que era la suma de todas las voces, los detractores, los de a favor, los amigos. Total, en dos semanas subí nueve kilos y fue una experiencia de dirección espectacular porque traía yo una especie de apuntador oculto. Durante la toma me puso en un lugar y me iba diciendo mientras filmábamos: ‘Dobla hacia la derecha’, ‘¡ahora vas para allá!’, ‘¡avanza!’, ‘¡despacio!’, y ‘¡espérate!’, en fin. Y ya para Las vueltas del citrillo era una delicia y bajé de peso, porque sin querer yo me seguí a los 12 kilos.”

En abril pasado, tras los dos días de audiencia del Coridh, lloró:

“Se me enchinó la piel porque la hipótesis que el maestro Cazals planteó hace 16 años fue exactamente la misma que arrojaron todos los especialistas internacionales forenses que sostuvieron la defensa de esta demanda contra el gobierno de México.

“Y lloraba conmovida por la humildad, la grandeza del alma del maestro para entregarse completamente con esta película de una forma tan valiente en honor de la verdad, por hacer justicia de género, por honrar la memoria de Digna, y en relación con la memoria de nuestro país.”

Resumió:

“Ni el maestro se esperaba que la Coridh lograra algo, y después de 16 años del docudrama. Le parecía muy conmovedor que no se rindieran ni la familia Ochoa ni el equipo de su abogado David Peña. Se preguntaba de dónde sacaban esa fuerza, porque fueron amenazados, hostigados, lo que ya sabemos que sucede cuando alguien busca justicia y se tocan callos que obedecen a intereses mucho más oscuros.”

La artista redondeó:

“El maestro vio que el cine tenía ese potencial de transformación de las conciencias.”

“Un cineasta de altura mundial”

El guionista Xavier Robles (Teziutlán, Puebla, 1949) trabajó cuatro guiones que rodó Cazals: Las Poquianchis (1976), con Tomás Pérez Turrent; Bajo la metralla (1983); Los motivos de Luz (1985), y El tres de copas (1986), con Jorge Humberto Robles. Por Zoom relató que “fue muy gozoso” laborar con el también realizador de El año de la peste (1978), Su alteza serenísima (2000), Chico grande (2009) y Ciudadano Buelna (2012).

Tras un sorbo a su café y una fumada a su cigarro, Robles, con 30 guiones suyos llevados a la pantalla, aseguró, contundente:

“Tengo la sensación de que con él se acabó una época del cine mexicano.”

Y consideró que la estafeta queda ahora en manos de Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Tatiana Huezo, “y de algunos otros pocos, porque realmente todos los demás que sobrevivimos somos menores en relación con Felipe. Él era un gigante, una estrella internacional, un cineasta de altura mundial. Su cine era reconocido en todo el mundo”.

Observó que podría contar múltiples anécdotas de trabajo con él, por lo cual escogió una:

“En Los motivos de Luz me sugirió que deseaba siete minutos a cuadro a la actriz Patricia Reyes Spíndola y que nada más se escuchara la voz de alguien entrevistándola. Esos son los grandes aciertos de Felipe.”

–¿Cómo surgió Las Poquianchis, sobre cuatro hermanas asesinas en San Francisco del Rincón, Guanajuato?

–Un día recibí la llamada de Pérez Turrent, a quien le había encargado Las Poquianchis, pero sólo contaba con información de la revista Alarma, y mi compañera Guadalupe Ortega y yo habíamos hecho una investigación muy acuciosa del tema de Las Poquianchis porque escribiríamos un libro sobre el tema. Y teníamos más de 20 caséts grabados con las víctimas y los verdugos, hasta del capitán Hermenegildo Zúñiga Maldonado, llamado Águila Negra. Todo ese material fue muy útil para el filme. Tomás me ofreció crédito y dinero, yo le dije que lo que quería era trabajar con ellos. Y Felipe lo autorizó. Felipe escuchaba los avances de cada quien y se divertía mucho.

Para el guion le expresó a Robles que deseaba un cine que se pareciera al del francés Robert Bresson:

“Hablábamos de cómo espiaban a través de la celda a Juana de Arco en El proceso de Juana de Arco. Los motivos de Luz es importante para la gente de psiquiatría. Es decir, la han comentado doctores y especialistas en psiquiatría. Discuten cuál era la enfermedad de Luz. En el largometraje Luz siempre fue Luz, nunca fue Elvira Luz Cruz, quien en la vida real mató a sus cuatro hijos. El filme fue muy criticado por las compañeras feministas, pero ya esas críticas se han olvidado y ahora la obra queda en la historia del cine mexicano.”

Escribió Bajo la metralla –dijo– porque el cineasta franco-griego Costa-Gavras dejó una locación en México:

“Me propusieron escribir una obra de terror político y propuse a Felipe, a quien le encantó la idea. Después claramente no seguí trabajando con él, pero también comprendí que ya había cumplido una fase de su vida profesional conmigo, y él quería experimentar otras cosa.”

–Cazals director puso bajo la lupa asuntos reales incómodos, pero no descuido el ángulo del arte, ¿es así?

–Felipe se expresaba con la cámara, y todos los diálogos que le escribía uno parecían magníficos, porque estaban muy bien dirigidos. Además tienen las pausas correctas. Les daba vida con los movimientos de cámara. Otra característica es que llevaba grandes actores, no porque eran sus cuates, sino porque eran los adecuados para el papel.

Y al hablar de Canoa, destacó que es una obra maestra de Pérez Turrent que Cazals dirigió “magníficamente”:

“Desde luego es una de las mejores películas del cine mexicano. Yo era un jovencito que efectuaba mis pininos e imagínate entrar a trabajar con Tomás Pérez Turrent y Felipe Cazals, nada menos. Entré directo por la puerta grande al cine. Esa generación ya dio lo que debía dar, queda Jorge Fons, y duramos trabajando hasta el 2000. Los jóvenes, alumnos de esta generación están dando la batalla, pero no han dado el salto.”

Reflexionó:

“Los premios son para los niños que se portan bien. Destacaba Felipe, y con mucha razón, que sólo hay dos tipos de cine: el que se olvida y el que no se olvida. Si tú haces el cine que no se olvida, ese es el premio.”

Creador del guion para Rojo amanecer junto con Guadalupe Ortega, se despidió contando el proyecto que ya no se hizo entre ambos:

“Le escribí a Felipe una obra sobre Plutarco Elías Calles, pero él me dijo que ya no estaba en condiciones de filmar una obra como esa…”

Robles dirigió el documental Ayotzinapa: Crónica de un crimen de Estado (2015).  

Reportaje publicado el 24 de octubre en la edición 2347 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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