Coronavirus

La ciudad del caos

Con una ocupación hospitalaria de 90%, la Ciudad de México padece ya un “colapso” sanitario debido al incontrolable aumento de contagios por covid-19
sábado, 23 de enero de 2021 · 17:41

No es ninguna exageración hablar de un colapso en la Ciudad de México, sostiene Andrés Castañeda Prado, coordinador de las Causas de Salud y Bienestar de la organización Nosotrxs por la Democracia. Y no es para menos: 90% de las camas de hospital están ocupadas debido al imparable aumento de contagios por covid...

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Con una ocupación hospitalaria de 90%, la Ciudad de México padece ya un “colapso” sanitario debido al incontrolable aumento de contagios por covid-19 que comenzó en noviembre pasado –con las compras del llamado “Buen Fin”– y continuó durante diciembre a causa de las reuniones navideñas y de Año Nuevo, que también relajaron las medidas de sana distancia.

Para colmo, la reciente suspensión en la actividad de las principales líneas del Metro –que afectó a 1.4 millones de usuarios y provoca grandes aglomeraciones– disparará todavía más el ya de por sí alarmante incremento de contagios en la sobrepoblada capital del país.

Ante este panorama crítico de saturación hospitalaria para enfermos de covid–19, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció un plan de emergencia de reforzamiento a través de un programa de atención especializada en casa para quienes tenían días o semanas hospitalizados, enviándolos a sus hogares con tanques de oxígeno y medicamentos.

Además, atención primaria con la Secretaría de Salud (Ssa) y el IMSS a través de la habilitación de los Módulos de Atención Respiratoria del Seguro Social.

A ese plan se integra la iniciativa privada, en coordinación con el Instituto de Salud para el Bienestar, ambos bajo la supervisión de la Ssa y el C5, a través del servicio Locatel y el número 911.

“En el caso de atención de instituciones públicas, estamos hablando de hasta 500 casos al mismo tiempo, y en el caso de este convenio que hace el Instituto de Salud para el Bienestar con instituciones privadas, inicia con 600 casos de atención y puede llegar hasta 6 mil casos de atención domiciliaria para las personas que, aun cuando están enfermas, pueden llevar la enfermedad en su casa sin necesidad de ir a un hospital, siempre y cuando tengan oxígeno y la atención de un especialista”, anunció Sheinbaum el jueves 14, cuando la saturación hospitalaria ya era evidente.

Andrés Castañeda Prado, coordinador de las Causas de Salud y Bienestar de la organización Nosotrxs por la Democracia, asegura tajante:

“En términos prácticos, podemos decir que la Ciudad de México ya está viviendo un colapso en materia de salud. Por su densidad poblacional, aquí se ha agudizado mucho más el contagio que en el resto del país. Y no es ninguna exageración hablar de un colapso”.

–El gobierno capitalino ya maneja porcentajes de 90% en ocupación hospitalaria, ¿qué nos dicen estas cifras?

–Son cifras verdaderamente alarmantes. No tienen ningún precedente en la historia de la salud en México. Estamos sobrepasados. Y lo peor es que no se ven signos prontos de recuperación. ¿Hasta cuándo podremos mantenernos así?… No lo sabemos.

Declaratoria tardía

Andrés Castañeda indica que “este repunte es difícil atribuírselo simplemente al retraso en la declaratoria de semáforo rojo en la Ciudad de México, como señalan algunos analistas, argumentando que esta declaratoria –hecha el 18 de diciembre por la jefa de gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum– debió haberse hecho semanas antes.

Aunque reconoce que, por las actividades comerciales y las reuniones familiares, los contagios comenzaron a aumentar “desde el ‘Buen Fin’ y luego durante la temporada navideña y la temporada de Año Nuevo. Esto es algo natural, pues a mayor actividad mayor número de contagios”, dice.

Y agrega:

“No podemos pedirle a los comerciantes que dejen de trabajar, porque entonces de qué comen. Para que puedan detener su actividad, necesitan recibir algún apoyo real, cosa que hasta la fecha no ha sucedido.”

El analista incluye también a una nutrida población capitalina a la que, por lo general, no se le toma en cuenta al analizar la cadena de contagio: son los miles y miles de personas que perdieron su empleo por el covid y deambulan por las calles en busca de trabajo.

Comenta:

“Luego de una aparente recuperación económica, que realmente fueron ofertas de trabajos de mala calidad y mal pagados, ahora se está viniendo un desempleo tremendo. Muchísima gente está saliendo a las calles a buscar algún trabajo en la informalidad, a emplearse en lo que sea con tal de llevar algo de comer a su familia. Son personas altamente expuestas al contagio.

“De manera que no se trata únicamente de los empleados de los restaurantes de la Ciudad de México, quienes en los últimos días han empezado a protestar en las calles mediante cacerolazos, y son la más visible manifestación del paro de labores y del terrible desempleo que está dejando la pandemia.”

Ante esta situación, dice, legisladores y organizaciones sociales vienen impulsando la propuesta de que se otorgue el llamado “ingreso vital único”, consistente en un apoyo económico destinado a las familias afectadas por el desempleo.

“Llevamos meses impulsando esta propuesta, pues la recomendación del ‘Quédate en casa’ no podrá cumplirse mientras la gente no tenga qué comer en sus hogares”, dice.

Egresado de la carrera de medicina en la Universidad La Salle, con una maestría en gestión y políticas de salud en la UNAM y otra en economía del comportamiento en la Universidad de Middlesex, de Londres, Castañeda menciona otro factor que influirá en el incremento de infecciones en la capital del país: la suspensión de operaciones en varias líneas del Metro, ocasionada por el incendio en una subestación eléctrica que afectó –según cálculos oficiales– a 1.4 millones de usuarios.

“En un principio fueron seis líneas del Metro las que suspendieron actividades. Actualmente quedan tres. Pero son de las más importantes y con mucho flujo de pasajeros. Su cierre está provocando grandes aglomeraciones de usuarios que buscan transportes alternativos. La sana distancia ahí no se cumple como debiera. Obviamente que esto disparará más los contagios”, lamenta Castañeda.

Y aún está por verse, dice, si las nuevas cepas del covid-19 se propagarán en la Ciudad de México. “Estas cepas, tanto la variante inglesa como la sudafricana, son todavía más contagiosas, representan una alarmante amenaza”, agrega preocupado el especialista en salud pública. 

Saturación hospitalaria

Hasta el momento, añade, se han podido afrontar los duros embates de la pandemia gracias al apoyo de personal médico externo y a la ampliación de espacios hospitalarios.

Abunda sobre el punto:

“El sistema de salud capitalino está haciendo enormes esfuerzos al traer médicos de otros estados, ampliar el número de camas o habilitar espacios de atención en lugares que antes tenían usos muy distintos, como los del Centro Citibanamex o algunas áreas militares.”

La ocupación hospitalaria alcanza ya la alarmante cifra de 90%, el porcentaje más alto desde que comenzó la pandemia, informó Claudia Sheinbaum el jueves 14.

Dos días antes había detallado que en menos de un mes –del 15 de diciembre de 2020 al 12 de enero último– el gobierno capitalino se vio obligado a incrementar 38% la capacidad hospitalaria, pues se pasó de 5 mil 492 a 7 mil 570 camas en ese corto lapso.

Sin embargo, ese mismo martes 12 el personal de salud del Hospital General de la Villa realizó una manifestación de protesta porque, argumentó, en ese nosocomio simplemente se ampliaron las camas covid sin dar insumos médicos para atender a los pacientes.

Médicos y enfermeras bloquearon ese día la calzada San Juan de Aragón para exigir el cumplimiento a sus demandas, ondeando pancartas que decían: “No hay insumos”… “No a la conversión de camas”… “Fuera personal del sindicato”.

Por su lado, el médico Fabián Infante, uno de los líderes del Frente Nacional de Trabajadores de la Salud, indica que la reconversión hospitalaria se realiza de manera incompleta.

Explica: “No basta con ampliar solamente el número de camas, también se necesita una infraestructura que permita aislar a los pacientes, contar con insumos médicos para atenderlos y con equipos de protección para el personal de salud. Los hospitales tienen que ser modificados. De ahí que se haya dado esta protesta en el Hospital de la Villa, especializado en traumatología, ortopedia y cirugías mayores, no en afecciones respiratorias como el covid”.

Por si fuera poco, la Zona Metropolitana del Valle de México superó las cifras del peor escenario planteado por el Modelo Epidemiológico del gobierno capitalino, el cual proyectó que llegar a las 9 mil 512 personas hospitalizadas sería un punto crítico. Ese número se superó el miércoles 13, cuando se contabilizaron 9 mil 565 hospitalizaciones.

En medio de este escenario catastrófico, Fabián Infante indica que cada vez es más común “que los tratamientos médicos para esos miles de pacientes se agoten rápidamente, por lo que sus familiares tienen que comprarlos con su dinero. Y son tratamientos caros. De manera que no resulta gratuito el sistema de salud”.

Hasta al mismo personal médico que sale infectado, comenta, le resulta difícil encontrar cama de terapia intensiva. Y ejemplifica con el caso de la enfermera Martha Tlazalo Rueda, del hospital Belisario Domínguez, a quien la semana pasada le negaron una cama, mientras al hermano del director de ese nosocomio, José Refugio Alejo Navarro, le destinaron una sin siquiera necesitarla. “El personal médico tuvo que presionar para que su compañera enfermera fuera finalmente atendida. Todo esto nos parece muy injusto”, señala Infante.

Por su parte, a Castañeda Prado le preocupa el que sólo sea temporal la presencia de personal médico externo que llegó a brindar auxilio, lo cual hace muy vulnerable al sistema de salud capitalino.

“Estos médicos están aquí porque en sus estados no hay tanta emergencia sanitaria. Pero tendrán que regresar si las cosas se complican en sus entidades. De manera que hasta dependemos de esta circunstancia externa… En fin, la Ciudad de México atraviesa por una situación muy preocupante”, concluye.

Reportaje publicado el 17 de enero en la edición 2307 de la revista Proceso.

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