josé gil olmos
Alito, el peleador marrullero
Alito Moreno es un político pendenciero y explosivo, así lo definen algunos de quienes lo conocen: antes de dejar el PRI en manos de otro prefiere dinamitarlo para que nadie más dirija lo que ya considera suyo.En el nuevo escenario político que se formó después de la elección del 2 de junio último el PRI, de la mano de Alejandro Moreno “Alito”, reafirmará lo que ya se ha delineado desde hace tiempo, convertirse en el PRIMOR: la supeditación al proyecto de Andrés Manuel López Obrador y la alianza con Morena en las cámaras de diputados y senadores.
Mantener la franquicia del PRI significa para Alito Moreno mil 866 millones 918 mil 380.75 pesos de presupuesto este año, pero sobre todo mantener un manto protector ante las denuncias que hay en su contra cuando fue gobernador de Campeche.
Esta última es la razón clave de Alito Moreno –también conocido como Amlito– al buscar la reelección en el partido y mantener el fuero en el senado seis años, el mismo fuero que tuvo como diputado tres años previos y que lo protegió de las denuncias penales que hay en su contra.
Apenas el 27 de abril último el diputado morenista Miguel Prado de los Santos presentó ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción de la FGR una denuncia contra Alejandro Moreno Cárdenas por diversos delitos, entre otros, desvío de recursos públicos por tres mil 941 millones 744 mil 886 pesos cuando fungió como gobernador de Campeche.
Alito tiene una larga lista de delitos en su contra, es acusado de probables actos de tráfico de influencias, desvío de fondos federales y corrupción, lavado, enriquecimiento ilícito, fraude fiscal, peculado, uso ilícito de atribuciones o facultades y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Toda esta lista de posibles delitos es la cola que viene arrastrando Alejandro Moreno siendo gobernador de Campeche donde hizo lo mismo que ahora con el PRI, convertirse en el dueño y amo del estado y ahora del partido.
Así es su naturaleza, controlar, dominar y golpear al enemigo de cualquier forma. No en balde cuando era joven y practicaba el boxeo le decían “El Púas”, en honor al peleador tepiteño Rubén Olivares.
Ante las denuncias y ataques Alito Moreno lanza golpes bajos con la ayuda del referí o de la autoridad.
Así, por ejemplo, ante las investigaciones del exfiscal campechano Renato Sales Heredia, desde la Cámara de Diputados sustrajo información de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), con la complicidad de su amigo el diputado federal Pablo Guillermo Angulo Briceño, en su calidad de presidente de la Comisión de Vigilancia en la Cámara de Diputados, para acusar a Sales de haber comprado equipo de espionaje.
De acuerdo a denuncias legislativas, Angulo Briceño –a quien Moreno Cárdenas quiere poner como presidente del PRI, si es que él no puede reelegirse por la presión de sus adversarios– dio carpetas a Alito de una denuncia federal contra el fiscal del estado de Campeche, Renato Sales Heredia. Con esta información difundida en redes sociales, el dirigente priista intentó atajar las investigaciones en su contra.
Y ahora que se aprobaron los cambios a los estatutos del PRI con la puerta abierta de que se reelija, Alito soltó otros golpes bajos a sus principales críticos acusándolos de estar involucrados en casos graves, como el asesinato de Colosio, en el caso de Manlio Fabio Beltrones, o del Pemexgate a Francisco Labastida Ochoa.
Alito Moreno es un político pendenciero y explosivo, así lo definen algunos de quienes lo conocen: antes de dejar el PRI en manos de otro prefiere dinamitarlo para que nadie más dirija lo que ya considera suyo.
Es tanta su obsesión de poder que entronizado será él quien elija a quienes coordinen las bancadas del PRI en la Cámara de Diputados y el Senado; será él quien negocie las reformas que vengan del próximo gobierno; será él quien realice las alianzas con Morena para sacar adelante programas de gobierno; será Alito Moreno quien se apodere del ring expulsando del partido a quienes están en su contra.
Por cierto… Con esta confrontación con Alito se abre la puerta para que Manlio Fabio Beltrones, senador por el PRI en la siguiente legislatura, se declare legislador independiente e impulsar las iniciativas que considere positivas. El priismo sería sólo una franquicia y comparsa de Morena en ambas cámaras, sin ningún peso político determinante, sólo de manto protector de Alito Moreno y sus comparsas.