Opus Dei
Opus Dei
Es falso que el ingreso a la Obra sea sólo para los deciles más altos del país; sí hay personas de altos recursos, pero con un compromiso social, que coadyuvan con solidaridad en los hechos y no sólo en la narrativa discursiva.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).–El Opus Dei es de ultraderecha, excluyente y sólo da cabida a las personas de mayores recursos. En suma, estos son los señalamientos hechos de mala fe o por ignorancia. El Opus Dei (que significa Obra de Dios) ha sido una congregación fundada por Josemaría Escrivá de Balaguer, un santo de la Iglesia católica, en 1928. Su vida la dedicó a mitigar las penurias de los menos favorecidos, a mejorar las condiciones de los trabajadores y a la educación como medio para salir adelante. Este texto viene a cuento a propósito de las modificaciones en sus relaciones con El Vaticano que en estos días se ha convertido en tema de la agenda pública. Se trata, sin duda, de un tema político que no es de interés de esta entrega. Aclaro también que no tengo ningún tipo de conflicto de interés con el Opus Dei, no trabajo, no me pagan ni soy militante activo de sus labores, para que no quede duda. Veamos.
Primero. El Opus Dei, desde la lógica de padres y alumnos, de la que conozco profundamente, tiene la impronta de la tolerancia. ¿Alguien en su sano juicio podría creer que un organismo de “ultraderecha” es tolerante e incluyente?. Nadie o casi nadie. Lo sé como egresado y también por mis hijos que son estudiantes del Cedros, la primaria y secundaria del Opus Dei en México. El Cedros y su Universidad Panamericana tienen altísimos niveles de exigencia académica. Y quisiera agregar un dato no menor: no hay la exigencia de que los alumnos sean católicos, como pasa en otras instituciones de primaria y secundaria privadas de alto nivel en la Ciudad de México. Obviamente, no es barato en lo absoluto, pero con un esfuerzo de la Obra, padres y alumnos se otorgan becas y grandes empresas privadas se suman para poner al servicio de los estudiantes las mejores condiciones, sean o no becados, que incluyen comida, canchas y juegos de esparcimiento, equipo de cómputo de última generación, desde el tercer año de primaria a la secundaria y después existen también otras modalidades de apoyo. Si esa escuela de “ultraderecha” brinda la mayor calidad académica gratuita a quienes tienen menos ingresos, incluido el inglés con examen de Stanford, y hay, además, respeto, tolerancia e inclusión, bienvenida sea al contrario, denostar a quienes patrocinamos esa posibilidad es una villanía aquí y ahora; debía hacerse una visita in situ, que mucho ayudaría para aclarar la confusión y reconocer que lo que hace la Obra es de gran interés público.
Segundo. Es falso que el ingreso a la Obra sea sólo para los deciles más altos del país; sí hay personas de altos recursos, pero con un compromiso social, que coadyuvan con solidaridad en los hechos y no sólo en la narrativa discursiva. Tener miembros supernumerarios y números en la Obra potencian las posibilidades de aportar, así sea en forma simbólica, a reducir la aguda brecha entre los más ricos y los más pobres. De nueva cuenta ¿quién en su sano juicio podría estigmatizar a personas físicas y morales que, por su propia circunstancia, pueden hacer múltiples donaciones en aras de mejorar la calidad académica? En este sentido hay tres instalaciones completas del Cedros (la escuela de primaria y secundaria en distintas zonas de la Ciudad de México) y además incluye la enseñanza del inglés con el sistema de la Universidad de Oxford y el francés DELF y DALF que otorga el gobierno de Francia. Clínica Universitaria en Pamplona, Navarra, cuenta con el mejor hospital de alta especialidad de Europa, lo que se dice fácil, pero requiere un esfuerzo, talento y disciplina permanentes.
Tercero. Estoy convencido de que el Opus Dei contribuye, en la medida de sus posibilidades, al objetivo común desde el sector público y privado para tener mejores posibilidades de desarrollo y, salvo error de apreciación de mi parte, la Obra es la que más recursos destina a los más necesitados y con ello se da vida a un tema fundamental hoy en día, la tolerancia y el desarrollo académico. Por lo que a mi familia y a mí concierne, no tenemos palabras de agradecimiento por esta venturosa iniciativa. Cada quien tendrá sus razones, teniendo acceso a medios, para quedarse callado, nosotros hacemos pública nuestra gratitud perenne.
evillanueva99@yahoo.com
ernestovillanueva@hushmail.com
Este análisis forma parte del número 2389 de la edición impresa de Proceso, publicado el 14 de agosto de 2022, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.