Ajedrez

¿Son útiles los libros de aperturas?

Se puede sacar provecho de ellos porque finalmente muchas jugadas son producto de esta lógica ajedrecística que en general es funcional.
lunes, 19 de diciembre de 2022 · 10:19

CIUDAD DE MÉXICO (apro).–El ajedrez es uno de los juegos que más literatura tiene. Cada año se escriben decenas de cientos de libros, lo que hace probablemente el juego de mesa más estudiado de todos los tiempos. Los aficionados (y también los profesionales), adquieren muchas de estas obras y las estudian a detalle. Hay libros de aperturas, medio juego, finales, de temas tácticos, estratégicos, problemas compuestos, estudios, anécdotas, etcétera, pero claramente a un jugador de torneo lo que le interesan son aquellos libros que le permitan subir de nivel.

Un pecado capital entre jugadores es el estudiar aperturas. A pesar de lo que Capablanca ya había advertido, que era mucho más sensato estudiar finales, los ajedrecistas no queremos perder en la primera etapa de la partida y en muchas ocasiones adquirimos obras dedicadas a las variantes de moda o a las que usamos. Por ejemplo, yo por muchos años he jugado la defensa escandinava y tengo la mayoría del material que se ha escrito sobre esta defensa.

Pero los libros de apertura tienen sus dificultades inherentes. Muchas veces son áridos y los autores llenan de variantes a los lectores en donde terminan con juicios como: "y las blancas tienen una posición prometedora" o "el negro tiene elementos defensivos suficientes", etcétera. Estos juicios muchas veces son dados por ajedrecistas expertos que valoran de forma mucho más sutil las posiciones, pero sé de muchos, muchos casos, en donde una recomendación de un libro uno la sigue y en su momento llegamos a la posición donde el autor dice: "y las negras no tienen dificultades" en esta posición, y perdemos.

Otras veces, los juicios de los analistas de apertura van de la mano con los motores de ajedrez que en el momento de escribir un libro tenían para consultar. Y entonces ocurre que valoraciones de la computadora, que dice -digamos- "0.78", lo cual significa que las blancas tienen una ventaja equivalente a casi un peón (que vale la unidad), puede cambiar si cambiamos de motor de ajedrez. Si vemos análisis de hace unos años y los sujetamos al juicio del analista de silicio hallaremos, probablemente, que las valoraciones que indica el libro están equivocadas. Vamos, hasta Kasparov alguna vez indicó que tenía una serie de análisis que esperaba poner en práctica contra Karpov, en sus reñidos encuentros. Y Kasparov pensaba que sus análisis eran como una espada poderosa. Cuando puso esos análisis contrastados con los motores de ajedrez, el mejor jugador de todos los tiempos dijo que se dio cuenta que a lo más, tenía un pequeño cuchillito y no esa espada que imaginaba tener. Claro, la confianza y el optimismo ayudan al jugador de ajedrez, pero evidentemente ante la frialdad del análisis de "engine", pues entendemos los defectos humanos en nuestros análisis.

Por ende, los libros de apertura son relativamente obsoletos en poco tiempo. Sin embargo, se puede sacar provecho de ellos porque finalmente muchas jugadas son producto de esta lógica ajedrecística que en general es funcional. Lo importante es entender la batalla de las ideas en la apertura y no el conocer 120 variantes de la Caro Kann, porque a la larga ese acervo de variantes se puede ir a la basura muy rápido pues la valoración muchas veces es de plano, equivocada.

Yo creo que los libros de apertura siguen siendo interesantes. Sugiero aquellos que hagan en un principio una revisión histórica de la evolución de las variantes, así podremos ver cómo empezaron los viejos maestros a jugar estas líneas para eventualmente llegar a las partidas modernas, en donde vemos a los ahora máximos exponentes desplegar un caudal de ideas que quizás no se encuentren en los libros que se imprimen sobre las diferentes aperturas.

El ajedrez se mueve demasiado rápido. Lo que antes era una variante valorada mejor para el blanco ha resultado ahora al revés porque la computadora ha hallado detalles que hemos pasado por alto los jugadores de carne y huesos. Por ello, siempre es importante hacerse de una buena base de partidas y un manejador como Chessbase o Chess Assistant, porque así podremos estar actualizados en los análisis y cuando nos preparemos, estaremos en mejores condiciones para hacer mejores jugadas y enfrentar lo que nuestros rivales nos obliguen.

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