OAXACA, Oax. (apro).- La descomposición del Estado y de sus instituciones, en especial de seguridad y procuración de justicia, son producto de un largo proceso histórico de fricciones entre grupos de poder y de la informalidad de poderes fácticos y criminales, tolerados o aliados de la institucionalidad, concluyeron organismos civiles, eclesiales y académicos de Oaxaca.

Reunidos en el Foro Justicia, Seguridad y Paz, los participantes dieron a conocer el lunes 21 un documento síntesis del foro, en el que afirman que se desarrolla un proceso de desdibujamiento de las fronteras entre los grupos de poder fáctico, autoridades de los tres niveles de gobierno y sectores de la economía legal e ilegal.

En el foro, convocado en la capital de Oaxaca por el Episcopado Mexicano y Jesuitas de México, participaron organizaciones de la sociedad civil, comunidades eclesiales de base, defensores de derechos humanos, representantes de organizaciones sociales y religiosas, académicos y familiares de víctimas.

Tiempos de impunidad

La síntesis conjunta señala que los testimonios que se presentaron en el Foro “nos corroboran que vivimos tiempos caracterizados por la inestabilidad institucional y consiguientemente por la impunidad”.

“Prevalecen el descontrol y el abandono de las funciones tradicionales del Estado, que debería ser en primera instancia garante de la procuración de justicia y de la seguridad pública”, afirman las organizaciones participantes.

A pesar de ese contexto adverso, “Oaxaca, en su proceso histórico, siempre ha sido un pueblo contestatario, caracterizado por sus luchas contra el autoritarismo, la defensa de los territorios, por la construcción de alternativas y la justicia para las víctimas”, reiteran en el documento.

Exponen que la violencia y la fragilidad de las instituciones “nos están conduciendo a la incertidumbre y al caos, que permiten la continuidad de la violencia, por lo que es urgente encontrar alternativas para construir seguridad”.

Por ello llaman a realizar acciones comunitarias “para impulsar procesos de recomposición del tejido social y de la seguridad ciudadana”.

Propiciar el diálogo

El sacerdote jesuita Jorge Atilano González explicó que a la fecha se han realizado ya 24 de 44 foros previstos en el país con el objetivo de propiciar un dialogo con actores locales para abonar a una Agenda Nacional de Paz que se abordará en el Diálogo Nacional por la Paz que se efectuará del 21 al 23 de septiembre en Puebla.

Desde el foro de Oaxaca capital, también se llamó a participar en la marcha que Colectivos de Familias Buscadoras realizarán el 30 de agosto a partir de las 10:00 horas y que partirá de la Fuente de las Ocho Regiones, en la capital del estado.

En su declaratoria también alertan que “hemos sido testigos de las violaciones de derechos humanos que ocurren todos los días, presentes en informes oficiales, medios de comunicación, investigaciones y documentación realizadas por la sociedad civil. Cada día encontramos denuncias sobre criminalidad y violencia, actos de horror, confirmando con preocupación que la violencia en el país se está normalizando”.

Fallas institucionales

Consideran “desgastante que las autoridades sean tan insensibles, que en lugar de realizar sus actividades, revictimicen; es una situación que viven día con día los familiares de personas desaparecidas”.

También reprueban que “Oaxaca no cuente con una fiscalía especializada en personas desaparecidas; nosotros tenemos ánimo para construir exigencias, pero no encontramos justicia”.

Por el contrario, hablar de justicia y paz es doloroso, dicen, ya que existen personas desaparecidas y familias que exigen su presentación con vida y que no son escuchadas.

Sostienen que el gobierno del estado de Oaxaca no se ha preocupado por la seguridad de la ciudadanía ni por que se mantengan altas cuotas de impunidad en los crímenes de alto impacto, como los feminicidios.

Advierten que los discursos emergidos desde el nivel federal no se corresponden con la situación estatal y local, ya que la triada gobiernos locales-empresas-poderes fácticos profundiza la violencia y las acciones contra comunidades y personas que defienden sus derechos.

Pueblo contestatario

A pesar del contexto adverso, recalcan las organizaciones participantes en el foro, en su proceso histórico Oaxaca siempre ha sido un pueblo contestatario, caracterizado por sus luchas contra el autoritarismo, la defensa de territorios, la construcción de alternativas y justicia para las víctimas, aunque la respuesta del Estado y sus instituciones históricamente también ha sido violenta.

Consideran que la corrupción y la impunidad características de las instituciones oaxaqueñas han frenado las aspiraciones democráticas, y descartaron que el actual gobierno esté a la altura de las exigencias ciudadanas.

Mencionan que son las mujeres quienes principalmente salen a las calles a exigir que se ponga freno a los feminicidios, son las madres de personas desaparecidas quienes exigen la presentación con vida de sus familiares, y en la defensa de los territorios, son las mujeres “quienes hemos alzado la voz para exigir cambios”.

“Pese a nuestra lucha, nos enfrentamos a un sinfín de ocurrencias institucionales, nada ha cambiado”, puntualizaron.

Reconocieron que la desigualdad profunda aún existe: “En el país, 11 mujeres son asesinadas cada día, a las mujeres hace mucho que nos arrebataron la justicia, la seguridad y la paz. Pero seguiremos exigiendo justicia y construyendo paz ante las altas cuotas de impunidad”.

Agenda de paz

Se pronunciaron a favor de “construir una agenda de paz que nos debe conducir a convocar a la ciudadanía que se siente ajena; a la sociedad civil organizada nos toca exigir, denunciar, documentar y construir alternativas para la construcción de la paz.

“Tenemos que establecer un diálogo con los medios de comunicación y todo lo que está a nuestro alcance para lograr condiciones de justicia, dignidad y paz en Oaxaca”, sentenciaron.

Además, “tenemos que vigilar al gobierno, porque ese es nuestro derecho, y denunciar a las autoridades por sus omisiones y acciones contra la dignidad de las personas. Ésta es una obligación que tenemos como ciudadanía”.

Finalmente alertaron “que, si no hay cambios institucionales de fondo, si el Estado continúa simulando, se agravarán las violaciones a los derechos fundamentales en el futuro inmediato”.

“La normalidad de la violencia y la fragilidad de las instituciones nos están conduciendo a la incertidumbre y al caos, que permiten la continuidad de la violencia, por lo que es urgente encontrar alternativas para construir seguridad.”

En el foro participaron, entre otras organizaciones y colectivos, el Comité de Defensa Integral de Derechos Humanos Gobixha AC-CódigoDH Campo, Oaxaqueños Unidos Exigiendo Justicia, Oaxaqueños Buscando a los Nuestros, Centro Calpulli y Madres contra el Feminicidio y la Impunidad Oaxaca.

Asimismo, el Colectivo Mujer Nueva, SER, Servicios para una Educación Alternativa, Centro de Derechos Indígenas Flor y Canto, Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca, y el Centro de Derechos Humanos Tepeyac.