MONTERREY, N. L. (apro).– Agentes de la Fiscalía General de la República (FGR) efectuaron hoy un cateo en el Motel Nueva Castilla de Escobedo, donde el 21 de abril fue encontrado el cuerpo sin vida de la joven Debanhi Escobar, un caso que sigue sin ser esclarecido.

Luego de ocho meses de la tragedia, y tras 132 dictámenes practicados, se desconoce qué provocó su muerte, si fue accidente u homicidio, y dónde estuvo en los días previos al deceso.

En redes sociales, Mario Escobar, padre de la chica desaparecida el 9 de abril, confirmó la diligencia efectuada en el inmueble ubicado sobre la Carretera a Nuevo Laredo, donde fue vista por última vez la joven de 18 años.

No ha sido proporcionada información oficial sobre las actuaciones de los peritos que revisan hoy el inmueble donde fue hallado, en el fondo de una cisterna con agua, el cadáver de la estudiante de derecho de la UANL.

Al inicio de las indagatorias, la Fiscalía General del estado, encabezada por Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez, informó que la chica pereció por una contusión de cráneo al golpearse en la frente, cuando cayó al depósito.

Sin embargo, la FGR intervino y dispuso que exhumaran el cadáver sepultado en el municipio rural de Galeana, procedimiento efectuado el 1 de julio, y cuyos resultados fueron dados a conocer el 16 de ese mes.

Se determinó en la segunda autopsia que Debanhi murió por asfixia por sofocación y que estuvo con vida entre tres y cinco días antes de ser hallada, sin que se haya dado a conocer hasta ahora cuál fue el paradero previo a su fallecimiento.

El dictamen destruyó la conclusión de la necropsia practicada por los médicos forenses del estado, que habían informado de una causa de muerte diferente.

El 29 de septiembre finalmente la carpeta fue entregada a la FGR, para que diera continuidad al caso, mientras el padre de la fallecida pedía que fuera destituido el fiscal estatal, por incompetente.

Días después el fiscal de la entidad dimitió y su lugar, hasta ahora, es ocupado por un encargado del despacho.