Covid 19
Nuevo León ante el covid-19: el optimismo se cayó
Pese a que Nuevo León regresaba a "su normalidad", la multiplicación de casos de covid-19 en la entidad ha obligado a dar marcha atrás y endurecer las medidas contra la pandemia.MONTERREY, N.L. (apro).- Nuevo León tuvo que poner freno a su optimista reapertura por el notable incremento en el número de decesos, contagios y ocupación hospitalaria por covid-19 en las últimas semanas.
Ante tan negro panorama, las autoridades tuvieron que endurecer las medidas sanitarias, al punto de sancionar con cárcel a las personas que no usen cubrebocas en la vía pública.
El semáforo epidemiológico retrocedió, de acuerdo con el anuncio oficial que el estado dio el pasado 22 de octubre, y la apertura que avanzaba se detuvo.
El 4 de septiembre, a causa del avance de la enfermedad viral, Nuevo León ordenó que todos los establecimientos estuvieran únicamente al 30% de su capacidad. Con apenas 100 inspectores disponibles, Salud poco podía hacer para revisar el aforo que, en muchos casos, se daba a su máxima capacidad.
Posteriormente, el 24 de septiembre, el gobernador Jaime Rodríguez anunció una semiapertura, con locales al 50% de su capacidad de restaurantes, cines, casinos, centros comerciales, iglesias, hoteles, parques públicos y quintas. La disciplina ciudadana había hecho que los contagios retrocedieran, por lo que el futuro se veía con confianza.
El secretario de Economía y Trabajo de la entidad, Roberto Russildi, explicó durante el anuncio que en agosto hubo 17 mil empleos recuperados, aunque restaban por traer de vuelta otros 63 mil para estar, en ocupación, como antes de la cuarentena.
Luego se anunció la desconversión de hospitales covid-19. Con optimismo, Manuel de la O, secretario de Salud del estado, dijo que los nosocomios de los municipios Montemorelos y de Benito Juárez dejarían de atender enfermos de la pandemia para volver a la normalidad.
Sin embargo, el jueves 22 de octubre, Nuevo León tuvo que frenar todo, porque el semáforo volvió a ponerse en rojo.
Para la semana 42 de la llamada nueva realidad, del 11 al 17 de octubre, de 10 indicadores del semáforo covid-19, tres resultaron en rojo. La semana anterior marcaban ese color de riesgo máximo los promedios semanales de defunción (27) y de casos nuevos (486). A estos dos se les sumó el de porcentaje de pruebas positivas, que pasó a 41%.
El plan de desconversión de hospitales quedó suspendido para que fueran habilitados, otra vez, para atender enfermos de coronavirus, al reportar un ascenso en la cifra de ocupación, que pasó de tener mil 012 al 12 de octubre, a mil 304 el 25 del mismo mes. En la entidad hay 2 mil 100 camas disponibles.
Hasta este martes 27 de octubre, en Nuevo León se registraban, en cifras acumuladas, 79 mil 579 infectados y 4 mil 450 muertos, a causa del Covid-19.
Los hospitalizados habían sido mil 287 (60% del total de camas disponibles), y se habían aplicado 235 mil 881 pruebas de covid-19 entre la población. Tan sólo en estos exámenes, la entidad ha gastado unos 400 millones de pesos.
Para combate al covid-19, la relación del estado con el gobierno federal está rota.
De la O se quejó de las 23 mil pruebas que únicamente ha enviado la Secretaría de Salud Federal. Dijo que, si solamente hubieran aplicado esas, el estado estaría en color verde del semáforo, porque no se hubieran detectado miles de casos.
Explicó que no siguen el semáforo nacional porque la realidad de Nuevo León es diferente a la del resto del país.
Ahora, se han anunciado medidas mucho más severas para evitar la propagación del virus.
El secretario de Salud anunció que el 1 de noviembre entrará en vigor un decreto para que sean los policías estatales y municipales los que puedan intervenir en festejos si es que hay más de 20 personas reunidas. Incluso, ha insinuado, pueden ingresar hasta las casas para hacer dispersiones.
El gobernador, por su parte, dijo que, de acuerdo con esta ley, habrá multas por hasta 100 mil pesos a quienes desobedezcan estas disposiciones.
El jueves 29, De la O, informó que el semáforo epidemiológico estatal marcaba indicadores aún más alarmantes, pues ya eran cuatro los indicadores en rojo.
Debido a ello, y para evitar más contagios, todos los establecimientos que abrían con un 50% de aforo, lo harán ahora al 30% y los que cerraban a la media noche ahora lo harán a las 22:00 horas.
Hasta ese jueves, Nuevo León registra 4 mil 522 fallecimientos y 80 mil 755 infectados.
En esa conferencia dio a conocer un decreto inusual: anunció que entre el 1 y el 30 de noviembre será obligatorio, aún entre extranjeros que se encuentren en la entidad, el uso de cubrebocas en la calle y espacios públicos, y a quienes desobedezcan, la autoridad estatal o municipal pondrá sanciones administrativas, arresto de 36 horas o trabajo comunitario.
Además, de acuerdo con el decreto, no se permitirán reuniones con aforo mayor a las 20 personas en casas particulares o en vías públicas, y en caso de que una persona desobedezca esta disposición se le aplicarán sanciones de entre 20 mil y 100 mil pesos.
Regaños selectivos
Manuel de la O parece candidato en campaña.
Se promociona a diario, con una hora de reality show de las 15:00 horas, de lunes a domingo, en TV abierta para actualizar las cifras del Covid en la entidad, emisiones en las que incluye capsulas en las que se le ve mientras efectúa visitas a las colonias.
Además, anuncia los sitios a los que recorrerá al día siguiente. Se forman tumultos y el mismo funcionario se toma las selfies, sin sana distancia.
Aunque afirma que sus decisiones son ajenas a la política, en numerosas ocasiones le han preguntado si se va a lanzar como candidato, pero responde con evasivas.
De la O ha sido selectivo en sus llamadas de atención y sanciones.
Por ejemplo, un grupo de aficionados de Rayados viajó en autobús rentado a Sinaloa, al partido del sábado 24 del equipo regiomontano de visitante contra Mazatlán.
De la O tuvo una tibia respuesta para los que viajarían, en tiempos de la sana distancia. Ante la pregunta sobre cuál era la recomendación para los fans que iban a desplazarse, les dijo que no lo hicieran, pero que, si lo hacían, que tomaran precauciones.
Los retenes para revisión de conductores ebrios ha sido una práctica habitual de fin de semana en los municipios de la zona metropolitana. Por orden de los Ayuntamientos, las dependencias de Tránsito colocan filtros de revisión en las principales avenidas y la revisión se hace mediante una aspiración al aparato denominado alcoholímetro.
De la O ya ha dicho que no instalen esos filtros, por el altísimo riesgo de contagio, por la interacción personal de los agentes y el uso de los dispositivos que se colocan directamente en la boca. Y pese a que presume “excelente” coordinación con los alcaldes ha sido olímpicamente ignorado.
Y las antialcohólicas continúan. Cada fin de semana se instalan retenes en Monterrey, Guadalupe y San Nicolás. Y así han estado las revisiones de Tránsito toleradas por Salud en tiempos del coronavirus.
En el paseo Santa Lucía, andador turístico que une el Centro de Monterrey con el Parque Fundidora, las lanchas que navegan los el canal lucieron este domingo atestadas y con niños, pese a que la presencia de los pequeños, por ser grupo vulnerable está vedada en espacios públicos. En las naves la sana distancia es ignorada y en los paseos se amontonan hasta 20 paseantes.
Nadie cuida que caminen por Santa Lucía y Fundidora menores de 12 años y mayores de 65, considerados población vulnerable.
En su reality show, De la O es el que manda. En la conferencia de prensa diaria, los periodistas le plantean preguntas a través de un grupo de WhatsApp controlado por el Gobierno del Estado. Son los encargados de prensa los que filtran las preguntas.
Y el secretario de Salud responde lo que quiere. A fin de cuentas, nadie puede interpelar sus contestaciones mochas.
El lunes 26 el gobernador convocó a un evento presencial en el Palacio de Gobierno. Hacía más de 100 personas reunidas, muchas de ellas de la tercera, edad, para escuchar, de voz del Bronco que estaba inconforme con la repartición de recursos de la Federación hacia Nuevo León.
El patio del inmueble fue una romería. Al final, el gobernador saludó de mano al Secretario General de Gobierno, Manuel González. De la O estaba presente y hasta fue orador.
En su presentación en televisión de esa misma tarde, se le plantearon a De la O, entre muchas otras la pregunta: ¿Por qué permitió que hubiera reunión de 100 gentes hoy con el gobernador?
El secretario respondió para salir al paso: “Hoy tuvimos en la mañana una reunión de unidad. Me encantó la reunión donde estuvimos un servidor, secretarios del gabinete, alcaldes, diputados, empresarios, rectores de las universidades, representantes de organizaciones de la sociedad civil.
“Todos fuimos convocados por el gobernador para mandar un mensaje de unidad hacia la federación. Nuevo León es estado poderoso, la locomotora que mueve al país. Fue un evento en el que estuve supervisando. Tuvimos sana distancia y observe al 100% que traíamos cubrebocas y todas las medidas sanitarias se llevaron a cabo, como toma de temperatura y uso de gel. No vamos a permitir un evento que ponga en riesgo la salud”.
Sobre los retenes antialcohólicos dijo que ya había cambios de protocolos, pero que eran buenos, para evitar que la gente choque cuando se emborracha. Y sobre las lanchas de Santa Lucía solo dijo que había inspectores revisando los abordajes.