Elecciones 2024
Sheinbaum esquiva ataques y convierte el último debate en un largo spot
Xóchitl Gálvez repitió la táctica del segundo encuentro en sus cuestionamientos a la candidata oficialista, quien no se enganchó y optó por hablar a la cámara con un entrenado tono dulce, pausado y sonriente, el mismo de todos sus anuncios de campaña.CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- En su última oportunidad televisiva para convencer a los mexicanos de tener su voto el próximo 2 de junio, Xóchitl Gálvez insistió con los ataques a Claudia Sheinbaum, quien los esquivó y se dedicó a hacer un spot de hora y media, mientras Jorge Álvarez Máynez centró sus críticas en la primera y en hacer más propuestas.
La noche de este domingo fue la última vez que los tres presidenciables se vieron las caras, ahora en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, sede del tercer y último debate organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), y sacaron sus últimas cartas para reafirmar el lugar que llevan en las encuestas o tratar de subir puntos en las preferencias de los votantes.
En su mensaje inicial, el abanderado de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, llamó al voto útil y se dijo el único que respetó la ley electoral. La aspirante del PAN-PRI-PRD, Xóchitl Gálvez Ruiz, salió tan envalentonada por el resultado de la concentración de la llamada “Marea Rosa” horas antes en el Zócalo, que repitió su mensaje: “defender la vida, la verdad y la libertad… La esperanza ya cambió de manos”.
La candidata de Morena-PT-PVEM, Claudia Sheinbaum Pardo, apeló a la historia y lanzó el primer golpe al recordar que estaban en Tlatelolco, donde hace 56 años se dio “la represión” ordenada por un presidente priista y dijo: “hoy nos encontramos con el mismo PRIAN”.
De ahí, se soltaron. En el primer bloque, cuando hablaron de política social, Xóchitl Gálvez criticó que en el actual gobierno, “los únicos que salieron de la pobreza” fueron el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Barttlet, la candidata a gobernar Veracruz, Rocío Nahle, y “los hijos del presidente”.
Acusó que el gobierno de Morena “extorsiona” a los beneficiarios de los programas sociales y criticó que a los ocho años, cuando Sheinbaum “bailaba ballet, yo ya trabajaba”.
La exsenadora repitió recursos del segundo debate: sacó su pancarta de “Claudia miente” y una silueta con nariz “de Pinocho” y la volvió a catalogar como “la candidata de las mentiras”.
Y aunque no la llamó directamente “narcocandidata” –tal como se lo prohibió el INE–, explicó que en el segundo debate la llamó así, por las acusaciones que hizo la periodista Anabel Hernández contra la morenista y el exsecretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, en su libro “La historia secreta”. Hasta se le adelantó a la morenista y dijo: “Ya presenté la denuncia”, mostrando un cartel con la supuesta carátula de la denuncia.
De paso, acusó que el líder nacional de Morena, Mario Delgado, “está bajo investigación criminal” de la DEA.
El spot de hora y media
Ante los primeros ataques, Sheinbaum mostró la actitud que mantuvo durante todo el debate: esquivar las acusaciones y hablar a la cámara con un tono dulce, pausado y sonriente, el mismo que ha usado en todos sus spots de campaña.
Y repitió que la 4T son “los únicos” que pueden hacer que se mantengan los programas sociales. Sin engancharse con las acusaciones de su contrincante, la morenista jaló los hilos de las propuestas sobre educación, salud, vivienda, siempre viendo a la cámara y haciendo notar el entrenamiento que recibió para este tercer debate.
Sobre la acusación del libro de Hernández, Sheinbaum recomendó a Gálvez “mejor leer ciencia ficción o crónicas marcianas”.
Fue a los 20 minutos que lanzó, tajante: “los mexicanos no nos merecemos un debate presidencial lleno de calumnias y lleno de mentiras. Eso refleja ausencia de proyecto. No voy a caer en este caso en provocaciones… Entiendo la desesperación del PRIAN que va en un lejísimo segundo lugar. Nos toca respetar la investidura presidencial”.
Como en el segundo debate, Jorge Álvarez Máynez una y otra vez lanzó ataques a Xóchitl Gálvez, cuyo atril quedó en medio del primer y tercer lugar en las encuestas por disposición de los organizadores.
Varias veces le recordó que es la candidata del PRI y del PAN, a cuyos líderes la alianza colocó en los primeros lugares para las curules plurinominales. Al tiempo que criticaba a la exsenadora, parecía que defendía a Sheinbaum y al actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Donde sí repartió acusaciones parejo fue en el tema de la inseguridad y la injusticia, cuando aseguró que ni Gálvez ni Sheinbaum se habían pronunciado sobre las mujeres encarceladas por decidir sobre su propio cuerpo o los jóvenes presos por fumar mariguana.
También les criticó que ambas tienen a sus propios “García”, en referencia a García Luna, secretario de Seguridad en el sexenio de Felipe Calderón y hoy preso en Estados Unidos por narcotráfico; y García Harfuch, candidato al Senado por la CDMX y señalado por la periodista de tener vínculo con el crimen organizado.
Se apaga el debate
Al hablar de migración, política exterior y democracia, el debate se apagó, cayeron los ataques, vinieron más propuestas, pero el tiempo ya pesaba. El reloj se acercaba a marcar el cierre del debate.
Xóchitl Gálvez llamó a los mexicanos a optar por el camino de recuperar la libertad y reiteró que la “esperanza ya cambió de manos”.
Jorge Álvarez Máynez destacó que en 10 semanas le dio “la vuelta” a la elección y, de plano dijo que “es mejor” que la gente indecisa vote por alguna de las candidatas antes de decidir no votar.
Y Claudia Sheinbaum aprovechó para reiterar su invitación a su cierre de campaña el miércoles 29 de mayor en el Zócalo de la CDMX. “Los invito a votar masivamente, ya los conocen que son especialistas en fraudes electorales… Tenemos que demostrar un voto masivo” a las urnas, dijo.
Al final del debate, cada candidato con el respaldo de su equipo de campaña se dijo ganador del tercer debate y se retiró para preparar sus últimos 13 días de campaña antes de las elecciones del 2 de junio.