Gentrificación

Policías evitan que la tercera manifestación contra la gentrificación llegara a embajada de EU

Los integrantes de la marcha la redirigieron hacia la entrada del Zócalo capitalino, donde exigieron que la vivienda "sea un derecho, no un privilegio".
sábado, 26 de julio de 2025 · 18:40

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La tercera manifestación contra la gentrificación, convocada hoy en la Ciudad de México, no llegó a la embajada de Estados Unidos, como era previsto; debido a un despliegue policiaco desproporcionado con comparación con la cantidad de manifestantes, sus integrantes la redirigieron hacia la entrada del Zócalo capitalino, donde exigieron que la vivienda "sea un derecho, no un privilegio".

Rodeados por un muro de granaderos y una gran cantidad de periodistas, decenas de manifestantes jóvenes marcharon del Hemiciclo a Juárez al Zócalo, alzando sus cartulinas contra el despojo y banderas de Palestina, y gritando consignas como "vecino, callado, serás gentrificado".

"No hay forma de llegar a otro lugar", deploró, en las orillas del Zócalo, "Ramírez", una vocera del Frente por la Vivienda Joven, quien agregó que "nos parece un insulto que se defienda a los estadunidenses con tanta fuerza". "Lo único que hacemos es visibilizar los efectos de la gentrificación", añadió una integrante de la colectiva Vivienda Ultra Libres Autónoma de Mujeres.

Los voceros de la marcha rechazaron el calificativo de "fascistas" con el que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo tachó a quienes rompieron vidrios y se llevaron libros en la UNAM en la marcha del pasado domingo 20. "Los libros no se quemaron, se expropiaron y se redistribuyeron", clamó un joven con el rostro cubierto.

"Somos personas que fuimos desplazadas de todos los barrios, porque pagamos alquiler y tenemos que buscar rentas más baratas", comenta "Ramírez", trabajadora y estudiante, a Proceso.

En el Hemiciclo a Juárez, al filo de las 2 de la tarde, la marcha aún no arrancaba cuando un grupo de granaderos encapsuló a integrantes del contingente para decomisarles palos, bats, martillos y botellas rellenas de gasolina, y para impedir que grafitearan las vallas recién pintadas de negro, colocadas al lado del edificio.

Como ocurrió durante la protesta del pasado 20 de julio, este domingo los inconformes modificaron la ruta de la marcha, que en un principio estaba prevista para llegar a la embajada de Estados Unidos, en el Paseo de la Reforma. Tras un par de enfrentamientos con uniformados, la marcha avanzó por la avenida 5 de Mayo y después regresó a la Alameda Central.

Ahí, sus integrantes se sentaron en el piso, exigiendo que el retiro de los granaderos. Varios jóvenes tomaron la palabra para repudiar los costos elevados de la vivienda en la capital y su periferia, denunciar a las empresas inmobiliarias o deplorar la precariedad laboral que enfrentan.

"Somos la generación a la que no le tocó ni empleo, ni casa, ni jubilación", lanzó una joven. “No es que no queramos trabajar, no es que le echemos ganas, es que se pasan de verga con nosotros”, dijo una joven con el megáfono. "Yo estudio y trabajo, y no puedo pagar lo mismo que un extranjero", dijo otro manifestante.

"El problema no es el gringo, es el rico", comenta Zayi, una joven con el cabello pintado de azul, a Proceso, mientras pega una cartulina en un poste. Aunque la marcha reivindicó su rechazo a la xenofobia, algunas cartulinas hacían referencia al efecto de los extranjeros en el alza de los alquileres. "Aquí se habla español", planteaba una; "No me llames frijolero si vienes a gentrificar mi suelo", decía otra.

En entrevista con Proceso, Valentina Ramírez, representante del Frente por la Vivienda Joven, compartió que su principal inconformidad este sábado 26 de julio fue la falta de respuesta por parte del Gobierno de la Ciudad de México sobre la petición de entablar una mesa de diálogo con los integrantes de la organización juvenil.

“Habíamos pensado que el subsecretario de Gobierno (Fadlala Akabani) ya venía con la respuesta de Clara Brugada (jefa de Gobierno). Seguíamos esperando que nos respondiera sobre la mesa de diálogo, nos dijo que no quería destrozos y que no quería problemas con los estadounidenses”, declaró.

La representante del Frente adelantó que su intención con la mesa de diálogo es plantear los puntos que revisarán el próximo 9 de agosto en la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante el primer Congreso Regional Antigentrificacion y contra el Desplazamiento.

Ramírez dijo que ya no tienen previsto convocar a otra movilización, a causa de “la criminalización de la que han sido víctimas”. Al mismo tiempo reconoció que ningún integrante del FVJ fue llamado por las autoridades con motivo de la denuncia que presentó la UNAM ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), tras los destrozos que hubo en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), la semana pasada.

A la altura del Museo de Memoria y Tolerancia, los manifestantes comenzaron a enunciar, “¡ese museo no me representa!”, mientras metros más adelantes los uniformados interpretaron a una mujer encapuchada y le retiraron una mochila con una botella de gasolina y un martillo al interior. Lo anterior ocasionó el descontento de los jóvenes, quienes exigieron que su compañera fuera liberada, pues señalaron que había sido detenida.

Tras un breve diálogo con las autoridades, el contingente comenzó a replegarse, pero al notar una vez más la presencia de policías, comenzaron a avanzar por avenida Balderas. Al punto de las 4:30, bajo el argumento de que uno de los inconformes había sido detenido por las autoridades, el contingente tomó las instalaciones de la estación Juárez, del Sistema de Transporte Colectivo (STC), cuyas instalaciones fueron rodeadas por granaderos. Después de un último jaloneo, los manifestantes se fueron, no sin antes denunciar que fueron víctimas de violencia y represión policial.

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