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Región Valles del Yaqui y del Mayo: siembran trigo y cosechan deudas e incertidumbre

Productores de trigo en el sur de Sonora enfrentan pérdidas históricas por sequía y políticas federales, obligándolos a abandonar el cultivo tradicional. Pese a que la canola y el girasol emergen como alternativas, el endeudamiento y la falta de mercado complican la reconversión.
sábado, 9 de agosto de 2025 · 07:00

HERMOSILLO, Sonora (Proceso).– Pérdidas millonarias a causa de la sequía y una respuesta del gobierno federal centrada en una radical transformación económica, son dos asuntos que resumen las tensiones que actualmente viven los productores de trigo del sur de Sonora. 

A más de un año de esa situación, los ensayos con nuevos cultivos aportan esperanza, pero las deudas arrastradas de las temporadas pasadas mantienen la presión financiera. 

En suma, se informó a este medio, se proyecta “imposible” sembrar el grano para el ciclo 2025 - 2026, lo que representa un hito en el último siglo de la historia productiva de los valles del Yaqui y del Mayo, por lo que la transición a cultivos de menor demanda de agua ya tiene un tono de irreversible.

Recortes

Los informes de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Seder) exponen la magnitud de los recortes propiciados por la sequía y la política federal. 

Establecen que el promedio de tierras dedicadas al trigo en Sonora desde 1980 hasta 2024 está cerca de las 270 mil hectáreas por año, lo que representa prácticamente la mitad de la siembra del grano en todo el país. 

No obstante, hasta mayo de este 2025 los productores reportaron, en consonancia con los lineamientos de la Sader para dejar atrás este cultivo, de una siembra mínima que tuvo lugar en sólo 59 mil 439.94 hectáreas.

Pero las consecuencias económicas de la sequía ya se hacían presentes para el cierre del año pasado, cuando, pese a que se logró amortiguar los efectos y transitar con un recorte de 6.7% de las tierras sembradas, el tonelaje obtenido cayó 20.6% y las ganancias 38.7 por ciento. Esto último se expresa en que el balance de 2023 arrojó dividendos de más de 17 mil millones de pesos, mientras que para 2024 la cifra quedó por debajo de los 10 mil 500 millones. 

De tal modo que, de poder colocar el producto en el mercado, y de mantenerse el precio por tonelada de 2024, este año los ingresos del trigo en Sonora serían del orden de los cuatro mil millones de pesos; pero no se logró.

Trigo, mala apuesta de siembra. Foto: Margarito Pérez / Cuartoscuro

Juan Francisco Souque Campoy, agricultor de tercera generación de Cajeme, municipio con mayor tradición triguera del país, expone:

“Sembrar trigo este año fue mal negocio. Por haber poca superficie creímos que habría mejorar parte de los Molinos (que compran el grano para producir harina y sémola). Hace tres años lo vendíamos a siete mil 200 pesos por tonelada, aproximadamente, y creímos que este año la oferta y la demanda haría que alcanzáramos los seis mil 500, pero no se logró, vendimos a cinco mil 700 pesos por tonelada. Imagínate, produces seis toneladas, pero la producción te cuesta unos 22 o 23 mil pesos, y si le sumas la renta, ya son los 30 mil pesos más lo de la gasolina, ya no queda ganancia”.

Endeudados y sin mercado

Los estragos de los recortes de la producción se manifestaron también como cargas financieras excesivas para los productores.

“Ahorita es una etapa muy crítica, salimos del (ciclo agrícola) 2023 -2024 con problemas de baja producción y bajos precios de mercado. Imagínate el flujo que traía una empresa de 300 hectáreas con compromisos de tractores, de maquinaria… 

“El agricultor calcula que año tras año cumplirá con esos compromisos, pero (hoy) no puede. Viene arrastrando pérdidas e incertidumbre para el año que viene”, dijo.

Según el productor, uno de los factores que incidieron en que no se hiciera patente la ley de oferta y demanda, y por lo tanto un sobreprecio para el trigo cultivado en la región que pudiera amortiguar el problema, fue la importación de trigo y maíz.

“Llegaron barcos de Sudáfrica desde donde se proveyeron molinos como los de MASECA. Se habla de una soberanía alimentaria, pero no se está llevando a cabo”, concluyó.

Primeros pasos para la reconversión 

Los productores del sur de Sonora ven con buenos ojos, en lo general, los resultados que han obtenido mediante desarrollos con nuevos cultivos; especialmente aquellos bien posicionados en el mercado nacional de los aceites como la canola y girasol. Se vislumbra la salida de la crisis, aunque todavía queda camino por recorrer.

La información de los productores refiere que a inicios de este año fueron sembradas algunas hectáreas de canola para evaluar su desempeño en el suelo sonorense. Los números arrojaron un rendimiento de 2.8 toneladas por hectáreas, lo que se encuentra entre los valores óptimos para dicho cultivo, pese a que la siembra no se realizó en la fecha óptima.

Contenedores de Sudáfrica, golpe a la producción local. Foto: Antonio Nava / Proceso

A ello se suma que la canola mostró en el sur de Sonora una propiedad fundamental para protagonizar la reconversión de cultivos: la resistencia a las aguas de cuestionable calidad. Una condición generada por la sequía que vació las presas e hizo que el agua de los pozos llegara a los sedimentos salados del fondo.

Creemos que si tenemos agua de mejor calidad el desempeño va a mejorar. La canola sufrió estrés hídrico, pero a pesar de eso salió bien.

En general, son tres los retos a resolver para convertir la canola en el nuevo cultivo predilecto del “granero de México”: 

  • Mejorar las fechas de siembra y de cultivo. 
  • Mejorar la calidad y oportunidad del agua. 
  • Adaptar la trilla a las cualidades físicas de la canola.

Si bien algunos de estos factores pueden ser trabajados por los productores en colaboración con el gobierno federal, el tema del agua se encuentra anclado a las condiciones climáticas, por lo que, además de trabajar, se requiere “esperar a que llueva, a que haya agua en las presas”.

Con todo eso, este año se consiguieron semillas de la variedad de gañola que dio los mejores resultados para sembrar cerca de cinco mil hectáreas, de modo que de tal extensión será la superficie que abarque este cultivo durante el ciclo agrícola 2025 – 2026 a partir del 20 de noviembre próximo.

Un año después se prevé que las tierras del sur de Sonora dedicadas a la canola se multipliquen hasta que esta se convierta en el principal cultivo. Entre los factores que impulsan esta dinámica se encuentran negociaciones con empresas como Aceites del Mayo y productores del aceite marca Oleico para adquirir el tonelaje.

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